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La industria de la automoción, que se encuentra inmersa en su propio laberinto producido por la caída de actividad fruto de las dudas regulatorias y el camino acertado hacia la electrificación de los vehículos, se encontraba ya impactada por los efectos de la crisis del ... covid-19. En general, una menor demanda que había golpeado a las fábricas y a toda la cadena de componentes. Ahora, n nuevo enemigo ha irrumpido en los procesos de producción hasta detener varias de las principales factorías de fabricación, así como los centros auxiliares.
La ausencia en el mercado de microchips y de metales como el aluminio y el acero ha activado las alarmas en el sector nacional, en el que este cortocircuito ha devenido en parones de la producción en varios sectores. La mayor incidencia, en el automóvil. La onda expansiva ha llegado a la cadena de componentes de Cantabria, que aglutina cerca del 30% del Producto Interior Bruto (PIB) industrial de la Comunidad. Ya hay centros de producción como el que Chassis Brakes opera en San Felices de Buelna que han anunciado paradas en diversas líneas por esta problemática.
La cuestión es que las grandes fábricas nacionales están anunciando internamente paradas por varias semanas, en algunos casos hasta junio, lo que derivará en ajustes de empleo, por lo general por la vía de los ERTE o prescindiendo de eventuales.
La Consejería de Empleo, a través de la Dirección General de Trabajo, por el momento no tiene constatación oficial de esta circunstancia, por lo que el Gobierno está a la espera de acontecimientos.
Los que sí ratifican la encrucijada son los responsables del Clúster Grupo de Iniciativas Regionales de Automoción (GIRA). Su gerente, Celia Monsalve, sostiene que «el otro día lo estuvimos hablando en el Comité Ejecutivo. Hay algunos miembros que durante Semana Santa prevén quitar el turno de noche o parar algún día más de los planteados inicialmente por el tema de los chips semiconductores».
Según Monsalve, «el tiempo de parada de las fábricas sí que nos va a influir pero tampoco es algo que nos vaya a matar. Lo que sí se prevé es que este problema se alargue hasta junio o julio», manifiesta.
La portavoz de GIRA entiende que «a nosotros nos afecta más la caída de las ventas que los semiconductores en sí, al final todo influye. La situación global en cuanto a caída de la demanda y sobre todo por la incertidumbre en cuanto al futuro de la electrificación y los plazos tiene mayor peso en el éxito y fracaso de las medidas que las empresas están tomando. Incluso el Canal de Suez está parando plantas por el retraso en los envíos, pero creemos que la mayor problemática es la otra», cierra.
Según explicó días atrás Público, el aumento de la demanda global de semiconductores por el mayor consumo de aparatos tecnológicos con la pandemia, caso de los informáticos por el teletrabajo y los ciberestudios y de los audiovisuales por el mayor consumo de ocio doméstico, lleva camino de arreciar en el segundo semestre, lo que, además de tener efectos en empleo entraña el riesgo de acabar afectando, como 'efecto secundario', a algunos flancos de la reconversión del sector de la automoción como la fabricación del coche eléctrico.
Los semiconductores, piezas de silicio, selenio y germanio con las que se fabrican los microchips y los componentes electrónicos, se encontraban en máximos históricos en vísperas de la pandemia, con la que se ha disparado una demanda para producir móviles, ordenadores y televisores que ya acaparaba el 63% del género y cuyo crecimiento ha achicado el 12% que se llevaba una automoción cada vez más dependiente de ellos, remacha Público.
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