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La particular nebulosa que vive el sector de la automoción a nivel mundial, con compañías como Nissan a punto de informar sobre sus planes y reconversiones a escala global, ha impactado de lleno en toda la industria de componentes del automóvil. El sector, con numerosos ... obstáculos a finales del año pasado por las tensiones arancelarias, la incertidumbre sobre el camino hacia la electrificación y los interrogantes sobre el uso o rechazo del diésel, ha visto cómo la llegada del Covid-19 acrecentaba sus tribulaciones. Nada exclusivo de este ámbito de negocio, pero que sí golpea directamente a grandes industrias de Cantabria.
El último ejemplo, SEG Automotive, con fábrica en Treto y cerca de 770 personas en plantilla, uno de los referentes industriales de la Comunidad y joya de la corona del sector secundario en la zona oriental de la región. El comité de empresa remitió una comunicación el martes a los trabajadores en la que anunciaba una serie de «medidas de presión» para tratar de aclarar varios puntos sobre el futuro de la factoría, tanto el inminente como el que asoma en el medio plazo. En este segundo apartado, la amenaza emergente por los planes que actualmente evalúa la corporación para sus fábricas europeas -ubicadas en Bárcena de Cicero, Alemania y Hungría-, que pasarían por una «reestructuración de plantilla» para los centros continentales de cara a 2021, lo que supondría «despidos» tanto en el área directa como indirecta.
La hoja del ruta del comité, aprobada por UGT, CC OO, CGT y Sauga, contempla igualmente solicitar a la Dirección una reunión urgente de los representantes de los trabajadores con los ejecutivos de la corporación china ZMJ, que es la propietaria de la división de SEG Automotive en Europa tras la operación con Robert Bosch a finales de 2017. Estos sindicatos son los que han presionado para desafectar a los 30 sindicalistas que la compañía tiene actualmente en ERTE, varios de ellos liberados.
«No se trata de un tema productivo, sino más bien un problema estructural que se registra desde hace tiempo en la compañía», apuntaron desde el comité a Efe, quienes no ocultaron su preocupación ante esta incertidumbre y barajan la convocatoria de una huelga indefinida a partir del 15 de junio.
Si bien la crisis sanitaria del Covid-19 o la caída del sector de la automoción han podido «agudizar en algo» la inestabilidad, los sindicatos sostienen que son pérdidas acumuladas de millones de euros las que han obligado a la propietaria china ZMJ a buscar soluciones.
Frente a las plantas de Alemania y Hungría, la fábrica de Treto cuenta en su haber con que en sus líneas de montaje se está elaborando el alternador de última generación BRM para vehículos híbridos.
En este sentido, se prevé para los próximos meses un crecimiento progresivo en la demanda de este producto por parte de las casas europeas de automoción al estar considerado el paso previo hacia una electrificación total de la movilidad. Según el comité, en la actualidad ya están trabajando cerca de 400 personas de las 700 que constituyen la plantilla no directiva. La fábrica cántabra tuvo que aplicar un ERTE por el coronavirus que en principio se proyectaba durante seis meses.
En una situación como la actual, la amenaza proviene de plantas homólogas, no de empresas competidoras. Como ejemplo, el temor a que la producción de motores de arranque y alternadores pueda potenciarse en la fábrica de Miskolc (Hungría), donde la producción es «más barata» y la compañía está invirtiendo en una ampliación. Otro riesgo se localiza en Hildesheim. En esta localidad alemana SEG Automotive solo produce motores de arranque cuya «tendencia es a desaparecer», aunque también pesa que la gerencia se ubica en ese país.
Los sindicatos firmantes igualmente han reclamando a la Dirección cántabra que aporte un mayor complemento a los compañeros afectados por el ERTE ahora que la factoría va recuperando el pulso.
La sección de USO, que no ha firmado el comunicado, «considera impresentable la propuesta defendida por el líder de UGT, Mariano Carmona, de poner como condición a la empresa que los 30 sindicalistas retornen del ERTE aun cuando no vayan a tener ocupación y solo con el objetivo de cobrar el salario completo». USO defiende la «solidaridad» con los casi 400 compañeros aún en regulación.
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