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Con el covid replegando posiciones y ya a raya gracias a los procesos generales de vacunación, el cierre de 2022 es buen momento para hacer balance del absentismo laboral en Cantabria, una problemática situada en el primer escalafón de preocupaciones en la mente de numerosos ... directivos y empresarios de la Comunidad. El Observatorio que Mutua Montañesa elabora con carácter trimestral arroja de nuevo conclusiones inquietantes. Como ejemplo, 9.769 trabajadores de media diarios no acudieron a sus trabajos por incapacidad temporal el pasado año.
Alberto Martínez Lebeña, director de la Mutua, acaba de presentar la nueva actualización del estudio en la sede de CEOE-Cepyme Cantabria. Durante su discurso hizo hincapié en el «aumento muy fuerte de la incidencia en contingencia común», que arroja un incremento del 33% respecto a 2021. Como complemento, el arranque del nuevo año no trae mejores noticias, puesto que las estadísticas se elevan ya un 13% en enero y febrero respecto al mismo periodo de 2022.
Una tendencia que refleja que Cantabria tiene dificultades para gestionar este absentismo. De hecho, Martínez Lebeña habla de un «embolsamiento», puesto que entran más casos nuevos que las altas que el sistema es capaz de otorgar. Así lo reflejan las cifras, con más de 1,12 millones de jornadas perdidas, lo que supone una subida del 4,6% en relación al ejercicio previo.
Un fenómeno que construye una factura elevadísima para las compañías de la Comunidad. Según las estimaciones de Mutua Montañesa, el absentismo regional por incapacidad temporal en 2022 supuso un coste de 534,43 millones de euros. De esa cuantía, el 72,03% corresponde a las bajas por contingencia común (384,93 millones); el 14,95% a covid sociosanitario (72,88 millones); y el 13,03% restante a accidentes de trabajo (69,62 millones).
Mutua Montañesa, una vez extrapolado el covid de los datos generales, extrae diversas conclusiones adicionales. Entre ellas, «el fuerte incremento de los procesos de más de 180 días, cuyas jornadas perdidas han pasado a representar un 43,63%, frente al 27,25% que suponían la primera mitad de 2022». Esto supone casi nueve puntos más que en 2021, lo que ratifica ese «embolsamiento» de procesos largos.
Por patologías, respecto a 2021, preocupa el incremento del 12,27% de las incidencias psicosociales, que suponen un 10,43% de las jornadas perdidas en 2022. Como complemento, en franja de edad y día de la semana se mantienen las mismas tendencias vistas a lo largo del año y que no presentan cambios significativos respecto a 2021.
En cuanto al diagnóstico sectorial, la metalurgia acapara el 25,74% de las jornadas perdidas; seguida de recogida y tratamiento de residuos (22,12%); actividades de construcción especializada (20,52%); industria de la alimentación (20,32%); fabricación de productos metálicos (20,3%); construcción de edificios (18,29%); y comercio al por menor (18,02%).
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