Popular, en caída libre: cede otro 20% y pierde los 40 céntimos

Después del desplome de ayer, en el que las acciones del banco presidido por Emilio Saracho se dejaron un 18% y se situaron en los 0,5 euros, Popular había amanecido con algunas ganancias bursátiles. Pero desde hace apenas una hora, las ventas han vuelto a perjudicar a la cotizada. De hecho, su capitalización bursátil -el valor del conjunto de acciones de la entidad- se encuentra en el entorno de los 1.600 millones de euros, situándole como la firma del Ibex-35 más pequeña en términos de capitalización.

Con estos registros, el banco se encontraría a tiro de OPA, esto es, con un precio realmente atractivo para que otra entidad de un paso al frente y se muestre dispuesta a hacerse con la entidad. El problema sigue siendo el complejo balance que presenta el banco, con unos activos improductivos por valor superior a los 36.000 millones, de los que la entidad sigue analizando para dar muestras de confianza y claridad al mercado. Lejos quedan ya los 1,2 euros por acción con los que el equipo gestor contaba para poder salvar una buena operación de venta que no perjudicase a sus accionistas.

A pesar de que Popular ha perdido casi la mitad de su valor durante las últimas cinco sesiones, al pasar de los 0,7 euros del pasado viernes a los 0,38 de estos momentos, la CNMV no ha intervenido todavía para suspender la cotización de sus títulos. De hecho, el presidente del regulador, Sebastián Abella, indicó ayer que no hacía falta operar en este sentido y que había que dejar cotizar libremente las acciones de la cotizada.

Por su parte, el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, ha transmitido la "tranquilidad absoluta" del Ejecutivo ante "cualquier eventualidad" relacionada con Banco Popular, penalizado en Bolsa durante las últimas sesiones bursátiles ante la incertidumbre que está generando en el mercado su proceso de venta.

Respecto a la posible venta o ampliación de capital en la entidad presidida por Emilio Saracho, el portavoz del Ejecutivo ha comentado en su comparecencia tras el Consejo de Ministros -en la que no ha participado el ministro de Economía, Industria y Competitividad- que en el Gobierno existe una "tranquilidad absoluta" en relación al proceso.