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José María Camarero
Madrid
Jueves, 26 de julio 2018, 12:15
Bankia también ha entrado de lleno en la gestación de lo que será el futuro impuesto a la banca que prepara el Gobierno rechazando de forma tajante esta posibilidad al considerar que «no tiene mucho sentido hablar de ese impuesto en este momento». Así lo ha expresado el consejero delegado de la entidad, José Sevilla, quien ha explicado que, aunque desconoce cuál sería ese gravamen y cómo se configuraría, se trata de un impuesto «discriminatorio» al aplicarse solo al sector bancario, porque afectaría a su futuro.
De hecho, José Sevilla ha recordado que el mero hecho de especular con la posibilidad de aplicar ese tributo, tal y como viene haciendo el Ministerio de Hacienda desde que el PSOE llegó al poder a principios de junio provoca daño al sector, en general, y a Bankia en particular. «Nuestro comportamiento malo, y el de la banca, en la Bolsa ha sido por la incertidumbre de los beneficios futuros del sector en medio del debate sobre ese impuesto».
Las palabras de Sevilla, en la presentación de resultados semestrales del grupo, han ido más allá
al recrodar que «lo que precisa la banca es ser rentable», no tanto para que los accionistas ganen más con sus participaciones sino porque esa rentabildiad «es la antelasa de la solvencia». «Si realmente queremos ser solventes», ha avisado al Ejecutivo. En cualquier caso, el ejecutivo de Bankia no ha querido entrar a pronunciarse en los efectos que tendría ese tributo -vía incremento de comisiones, por ejemplo, como han planteado algunos grupos- ni en cómo podría hacerle frente Bankia llegado el caso. «Depende de la fórmula que se use, la desventaja será mayor o no», ha afirmado.
Se da la circunstancia de que una de las razones que esgrime el Ejecutivo para tomar esta medida es que la banca rescatada devuelva a la sociedad parte de lo prestado en el peor momento de la crisis con el rescate. Y ahí Bankia se encuentra en el centro de la diana. Sin embargo, José Sevilla ha matizado que el rescate «no fue a los banqueros, sino a los depositantes». Además, fue una medida que, ha recordado, «contribuyó a que bajara la prima de riesgo». Y, en cualquier caso, el objetivo del grupo pasa por «crear valor y devolver lo máximo posible de lo recibido».
El consejero delegado de Bankia también ha sugerido que la privatización de la entidad, en la que el Estado aún controla un 60% del capital a través del FROB, puede retrasarse con respecto a los planes iniciales, dependiendo de la política de tipos de interés que vaya realizando el Banco Central Europeo (BCE). «La normalización de tipos va con retraso y puede afectar a corto plazo al valor de Bankia en Bolsa», ha afirmado Sevilla. La entidad es muy sensible al incremento del precio oficial del dinero porque la mayor parte de su cartera hipotecaria depende de la evolución del euríbor, ahora en negativo. «No queremos que los tipos suban mucho, pero sí que estén en positivo, y no sigan en negativo», ha explicado.
Para Sevilla, aunque esa fecha de privatización se alargue «lo importante es hacer las cosas bien, buscar el mejor momento». Incluso ha comparado esta situación con el propósito habitual de «dejar de fumar». «Nunca hay un buen momento, pero al final hay que hacerlo», ha indicado.
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