Las claves del acuerdo para el nuevo banco

Asimismo, en función de los resultados aportados por la auditoría de las cuentas de ambas entidades ('due diligence'), se ha acordado una ecuación de canje de una acción de Unicaja, de un euro de valor nominal, por cada 2,7705 acciones de Liberbank, con un valor nominal de dos céntimos cada una. El canje se atenderá con acciones de nueva emisión de Unicaja. Aunque adoptará legalmente el nombre del banco malagueño -la sede social también permanecerá en la ciudad andaluza-, en las comunidades de origen de Liberbank, entre ellas Asturias, mantendrá su denominación actual.

Según recoge el documento de fusión enviado ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), «esta complementariedad de la red de oficinas y zona de actuación de ambas entidades permitirá a la entidad combinada tener cuotas de mercado líderes en, al menos, cuatro comunidades autónomas». Una vez que se ejecute la fusión, entre finales del segundo trimestre y principios del tercero, la entidad resultante completará el análisis de los solapamientos, duplicidades y economías de escala derivadas del proceso, «sin que a esta fecha se haya tomado ninguna decisión en relación con las medidas de índole laboral que será necesario adoptar para proceder a la integración de las plantillas como consecuencia de la fusión». En total, suman alrededor de 1.600 oficinas y casi 10.000 trabajadores.

El mayor escollo, que ya hizo fracasar el anterior intento de fusión el pasado año, fue el papel de los máximos dirigentes de cada entidad. Finalmente, Manuel Azuaga se mantendrá como presidente, con idénticas funciones ejecutivas a las actuales, hasta su jubilación en 2023. En ese momento, Manuel Menéndez, el consejero delegado de Liberbank que también lo será de la entidad resultante, será «reevaluado».

En ese plazo máximo de dos años desde que se haga efectiva la fusión, el consejo de administración modificará el modelo de gobernanza, «de modo que la presidencia del consejo pase a ser no ejecutiva y se adapten las funciones del consejero delegado», con lo que se mantiene la incertidumbre sobre si Menéndez será el primer ejecutivo o, por el contrario, Unicaja nombrará un nuevo dirigente. El cambio responde a las directrices del Banco Central Europeo (BCE), que no ve con buenos ojos que un presidente mantenga poderes ejecutivos y prefiere que se concentren en la figura del consejero delegado.

Respecto a la composición del consejo de administración, estará formado por 15 miembros. Siete de ellos serán dominicales (cuatro de la Fundación Unicaja y tres de Liberbank) y otros seis serán independientes (cuatro y dos de cada banco), y Azuaga y Menéndez en calidad de ejecutivos. Está previsto que el proyecto común de fusión se someta a la aprobación de las juntas generales de accionistas de Unicaja y Liberbank, que se celebrarán previsiblemente durante el primer trimestre de 2021.

Luego, quedarían las autorizaciones administrativas pertinentes por parte de los reguladores y el Ministerio de Economía para que el quinto banco del país sea una realidad. A la segunda intentona de unión, va la vencida.