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Mientras Estados Unidos abraza la incertidumbre, con las decisiones de su imprevisible presidente, Donald Trump; el Banco Central Europeo (BCE) mantiene su senda de reducción ... de tipos de interés. Ayer el Eurobanco rebajó el precio del dinero en 25 puntos básicos, hasta el 2,5% -su nivel más bajo desde febrero de 2023-; pero, al mismo tiempo, la institución presidida por la francesa Christine Lagarde mira de reojo a Washington y a la onda expansiva que provocará el dirigente republicano en la economía europea. Los aranceles a los productos europeos y el fin de la ayuda económica y militar a Ucrania tendrán un impacto en Europa y, en este contexto, la institución desliza que podría producirse una pausa inminente en las bajadas de tipos.
El comunicado de la institución señala que la política monetaria del BCE está siendo «cada vez significativamente menos restrictiva», un cambio en el lenguaje, que podría estar indicando un parón inminente de las bajadas de tipos de interés en las próximas reuniones del Consejo Gobernador. Pero Lagarde evitó desvelar ayer las cartas de la institución: «Existe una incertidumbre gigante y, en esas circunstancias, es más relevante que nunca no comprometernos a una senda concreta», explicó y destacó que las futuras decisiones del BCE seguirán determinadas por la inflación, la tasa subyacente -aquella que excluye el precio de la energía y de los alimentos no elaborados- y la fuerza de la transmisión de la política monetaria. «Tendremos que estar vigilantes y ser ágiles para responder ante lo que nos indiquen los datos», añadió la francesa.
Con Trump en la Casa Blanca todo puede cambiar en cuestión de días. Una de sus amenazas, los gravámenes a los productos europeos, al acero y al aluminio podrían tener «un fuerte impacto» en la economía, tal y como ya advirtió el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. En paralelo, el plan del rearme de Europa y el impulso de las ayudas a Kiev supondrán un gran desembolso para los países europeos. «Los aranceles no son buenos para ninguna de las partes, ya que reducen la confianza en las inversiones y en el consumo», indicó Lagarde.
La presidenta del BCE pidió cautela sobre el plan europeo en Defensa, aún una simple propuesta de Bruselas, que espera movilizar 800.000 millones de euros. «Tenemos que ver cómo evolucionan los planes de la zona euro y Alemania», destacó, en referencia al anuncio del Gobierno alemán de que destinará 500.000 millones de euros en fondos al gasto en Defensa y a la construcción de infraestructuras.
Todo ello tiene lugar en un contexto económico en el que la eurozona sigue sin registrar un crecimiento. La institución calcula que las economías de los países del euro avanzarán un 0,9% en 2025 antes de acelerar al 1,2% y al 1,3% en 2026 y 2027, respectivamente.
La buena noticia es que la inflación sigue una senda desinflacionaria y empieza a acercarse a su objetivo del 2% (registró un 2,4% en el mes de febrero, según datos de Eurostat). Las nuevas proyecciones del BCE apuntan a que los precios cerrarán el año en el 2,3%, antes de caer al 1,9% en 2026 y situarse en el 2% en 2027. En cuanto a la tasa subyacente, se espera que se sitúe en torno al 2,2% en 2025, en el 2% el año que viene y en el 1,9% en 2027.
La inflación doméstica, en cambio, sigue siendo alta (muestra de ellos es el 4,4% que registraron los precios en Bélgica en febrero). Según el BCE, este fenómeno se debe a que los salarios y los precios de ciertos sectores aún se están ajustando a picos inflacionarios pasados con cierto retraso. «De todos modos, vemos como el aumento de los sueldos se está moderando dentro de lo esperado y que los beneficios están amortiguando el impacto en la inflación», señaló Lagarde.
Pero la incertidumbre se ha instalado en los mercados con las políticas de Trump, que amenazan con perturbar la economía mundial y ante las que el BCE podría optar por pausar sus bajadas de tipos de interés.
Las divisiones dentro del Consejo Gobernador también son cada vez mayores, con los 'halcones' presionando para que se produzca una pausa en los recortes, y las 'palomas' apostando por mayores bajadas que impulsen el crecimiento económico. Con todo, la decisión de reducir los tipos de interés en 25 puntos básicos se tomó ayer por unanimidad -con tan solo una abstención- en un contexto en el que la economía europea enfrenta «un panorama desafiante».
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