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Bridgestone ha comunicado a los sindicatos la necesidad de negociar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para sus centros productivos en España, incluida la fábrica que tiene en Puente San Miguel, con cerca de 450 trabajadores. La notificación llega después de no alcanzar ... un acuerdo para poder hacer paradas y usar la flexibilidad laboral, un planteamiento trasladado no sólo a la factoría cántabra, sino igualmente a las de Burgos, Bilbao y Usansolo.
El pasado jueves 17 de noviembre se informó a través de la comisión de seguimiento de flexibilidad sobre la situación actual de la empresa con relación a las ventas e inventarios, así como del impacto en cada instalación nacional. Fue en ese encuentro en el que se propuso la necesidad de parar unos días próximamente, de media entre diez y cinco jornadas en todos los centros productivos.
Sin embargo, la representación legal de los trabajadores, según la empresa CC OO y BUB, trasladó la no constatación de tal necesidad al considerar un defecto de forma por falta de información. Según señala Bridgestone Hispania Manufacturing en un comunicado interno, al que ha tenido acceso El Diario, a raíz de esa negativa ha estado valorando otras posibilidades para llevar a cabo las mencionadas paradas.
En consecuencia, la corporación ha optado por la vía de aplicar un ERTE, decisión que ya se ha comunicado al comité intercentros. Como cierre, un mensaje de ánimo: "Aunque nos encontramos en momentos de inestabilidad constante global, debemos mantenernos resilientes y pensar en un futuro de mayor estabilidad y confianza que nos permita seguir avanzando".
La planta de Puente San Miguel, al igual que el resto de centros, estaba sufriendo en los últimos meses por la atonía en las ventas. De hecho, ya había mandado a casa a todo el personal eventual y sólo se hacían llamadas para cubrir bajas. Las bajas revoluciones de la industria de la automoción, así como el conflicto entre Rusia y Ucrania, se dejan sentir en la actividad ordinaria de la compañía.
No está siendo por tanto un año tranquilo para la factoría cántabra. En marzo igualmente se vio obligada a detener la actividad por falta de materias primas ante la huelga de transporte que paralizó el país en primavera.
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