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La Cámara de Comercio de Cantabria vuelve a tener encima de la mesa la posibilidad de vender su sede situada en la Plaza Porticada, en Santander. Dicho escenario, manejado durante la década anterior debido al estrangulamiento financiero que vivía la organización tras los cambios introducidos ... en la Ley de Cámaras y que reducían los recursos de este tipo de entidades, ha cobrado fuerza otra vez con la llegada de los nuevos responsables, con el empresario Tomás Dasgoas al frente, que cumplirá ahora un año como presidente de la organización en sustitución de Modesto Piñeiro.
La Ejecutiva cameral espera que sea el Gobierno autonómico quien se quede con el edificio, y en ese sentido lleva varias semanas negociando. No es ningún secreto que la Administración regional acumula una factura millonaria cada año por alquileres donde alojar sus diferentes dependencias, por lo que la adquisición del inmueble ayudaría a recortar dicha partida.
5 millones era la última tasación del inmueble, que el Gobierno considera excesiva.
1 millón es el descuadre presupuestario de la Cámara, según los actuales gestores.
De hecho, el Ejecutivo contempla trasladar a la actual sede de la Cámara la Consejería de Economía en caso de que las conversaciones finalicen con un acuerdo. Aún está en cuestión el montante final de la operación. La entidad encabezada por Dasgoas contaba con una tasación pasada que situaba el valor del activo por encima de los cinco millones de euros, aunque el Gobierno presidido por María José Sáenz de Buruaga no quiere pagar dicha cantidad al considerarla excesiva, pues además entiende que la obra que tendría que acometer en caso de hacerse con las llaves no sería menor.
Ese factor ya emergió años atrás, cuando la entonces Ejecutiva de Piñeiro atendió a algunos interesados en el edificio. La estructura y disposición actual de la sede empujan a un 'vaciado' entero para poder optimizar los espacios, limitados por el núcleo central de las escaleras. En aquella época la mejor propuesta rebasó los tres millones de euros.
Por parte de la Cámara no entran en detalle del proceso, más allá de confirmar las conversaciones, aunque dejan claro que no hay nada cerrado.
Tal y como explicó este periódico en enero, la nueva Ejecutiva cameral ya había pedido en el último tramo de 2023 ayuda al Gobierno para «estabilizar» la entidad, al entender que se había generado una «abultada» deuda en los últimos años.
En aquellas conversaciones los empresarios mostraron su preocupación «por la situación de la deuda generada a lo largo de los últimos años y, en especial, por el deterioro del edifico de la Cámara de Cantabria». De ahí que se propusieran «soluciones concretas y realistas al respecto, con el objetivo de garantizar la viabilidad económica y financiera».
Fruto de esas voluntades nació una estrategia que pivotaba en torno a un grupo conjunto de trabajo, así como una mayor transparencia. En paralelo, el Ejecutivo se comprometía a participar en diferentes vías para canalizar más recursos hacia la institución cameral.
Por un lado, se acordó que la Cámara sea socio del Gobierno regional utilizando como herramienta las encomiendas de gestión para ejecutar aquellos proyectos en los que el Ejecutivo precise colaboración para impulsar el desarrollo económico de la Comunidad. La Consejería solicitó a la Cámara que consiga la «atracción de proyectos e inversiones para Cantabria, como una forma de poner en valor y reforzar su actividad». La institución se comprometió a desarrollar planes específicos para el logro de este objetivo. En aquel momento no se informó públicamente de vender la sede.
La operación inmobiliaria que pretenden concretar la Cámara de Comercio y el Gobierno de Cantabria no será inminente. Al menos así lo entienden fuentes conocedoras de la situación, que matizan que todavía restan muchos factores clave por dilucidar para poder sellar un compromiso en firme.
De hecho, las conversaciones mantenidas hasta la fecha y el resultado de las mismas se habían reservado a un grupo limitado de empresarios, así como de miembros del Ejecutivo, a la espera de comprobar cómo avanzaba la negociación.
El próximo 10 de julio se cumplirá un año desde que los nuevos responsables iniciaran una nueva etapa al frente de la Cámara de Comercio. Tomás Dasgoas fue elegido presidente entre los miembros del Pleno de la organización como candidato de consenso después de que durante las semanas anteriores el empresariado no lograra completar un proceso electoral controvertido que acabó con la anulación de la candidatura que encabezaba Antonio Cornadó al perder a última hora a uno de los miembros de su lista, el entonces presidente de los hosteleros, Javier Bedia. El otro aspirante, Manuel Huerta, tampoco obtuvo los respaldos suficientes.
Dasgoas asumió la Presidencia de la Cámara con la voluntad de 'homogeneizar' la línea de acción del asociacionismo corporativo cántabro, tal y como venían defendiendo desde meses antes la actual patronal, CEOE-Cepyme; y la Federación de Comercio de Cantabria (Coercán). Ambas entidades tienen el peso de la Ejecutiva de la Cámara.
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