Cantabria destruye 3.166 empleos y suma 1.139 parados en enero pese a la reforma

Aún con todo, Cantabria acaba el primer mes de 2023 con 34.624 parados, lo que supone 1.139 más que al cierre de 2022. Un incremento del 3,4% que sitúa a la región con la tercera mayor subida de toda España, sólo superada por Asturias (3,78%) y Madrid (3,74%), y frente a una media nacional del 2,40%.

Mejor fotografía presenta el espejo interanual, con 2.804 parados menos que en el mismo momento de 2022, un 7,49% menos, frente a una caída del conjunto nacional del 6,87%.

No obstante, aquí sí que se observa claramente la influencia de las modificaciones introducidas por la reforma laboral. Como ejemplo, en esa balanza de sensaciones, frente a los 2.804 desempleados menos en un año se postula el crecimiento del colectivo de fijos-discontinuos, que en el mismo periodo ha engordado en 3.467 integrantes al saltar de 2.552 a 6.019, según los propios datos del Servicio Cántabro de Empleo (Emcan). La cuenta teórica apunta a que con la metodología anterior la región no sólo no hubiera mejorado sus niveles de paro en el último ejercicio, sino que tendría un mayor número de inscritos en búsqueda de empleo.

Cantabria no sólo engrosa la cantidad de nombres y apellidos que gestiona el Emcan, sino que igualmente destruye empleo en el primer mes del año de forma clara. Las afiliaciones a la Seguridad Social arrojan un saldo total de 220.653 cotizantes, según el Ministerio, un retroceso de 3.166 afiliados equivalente a un 1,41% menos. El recorte en España se frenó en el 1,06%. Tan sólo Comunidad Valenciana (1,52%) y Extremadura (1,58%) han tenido una merma superior a la cántabra.

En términos interanuales Cantabria fue la cuarta comunidad con un incremento más moderado de la afiliación, un 0,68% –en España creció el 2,3%–, correspondiente a 1.499 nuevos cotizantes. Del total de afiliados en Cantabria, el grueso –178.762– pertenece al Régimen General, de los que 600 se incluyen en el sistema especial del sector agrario y 4.645 en el del hogar.

En cuanto al resto de cotizantes cántabros, 41.057 son autónomos y 834 trabajadores del mar. Precisamente, respecto al colectivo de trabajadores por cuenta propia, la región perdió 281 efectivos el último mes, informó ATA.

De vuelta a los datos del paro, la fotografía estadística evidencia el peso del sector servicios. Todos los desempleados nuevos se concentran en el ámbito terciario (1.165) y en el colectivo sin empleo anterior (43). En cambio, bajan sus demandantes la agricultura, con 23 personas menos; industria (-28) y la construcción (-18).

Otro signo que preocupa es el de la contratación. Cantabria rubricó 12.507 documentos, 729 menos que en diciembre, lo que supone un desplome del 5,51% frente a un rebote en el país del 0,91%. La evolución interanual tampoco llama al optimismo, con 4.602 acuerdos menos, un 26,9% peor que en 2022. España frenó su caída en el 24,78%.

De esos 12.507 contratos, 3.284 fueron indefinidos, 618 más que el mes anterior (23,18% y mejor que la media), así como 1.141 más que en enero del año anterior, un incremento del 53,24%, menos de la mitad que una evolución media del 122,19%.

Sobre estos datos, diferentes reacciones. El Partido Popular denunció que Cantabria «expulsa a mujeres y jóvenes del mercado laboral y que cada vez hay menos posibilidades de trabajar en la comunidad autónoma». Así lo valoró el diputado Lorenzo Vidal de la Peña, en un enero que deja a la región como «la tercera comunidad que más paro crea».

Según expresó, 1.139 personas desempleadas más que en diciembre de 2022 es un dato que pone en evidencia que «fuera de la temporada de verano y de las compras de Navidad, Cantabria no es capaz de crear y sostener los puestos de trabajo que necesita para garantizar la calidad de vida económica y personal de los ciudadanos».

Desde Ciudadanos, Félix Álvarez manifestó que los datos «son inasumibles para Cantabria y que certifican el colapso de este Gobierno respecto a las políticas de empleo». En este sentido, agregó que «suben los parados, caen los afiliados, aumenta la precariedad y, mientras todo esto pasa, la gran preocupación de (Miguel Ángel) Revilla es el Rey Emérito y la alcaldía de Santander», criticó el portavoz de la formación naranja.

Por parte de Vox, su portavoz en la Cámara autonómica, Cristóbal Palacio, consideró que «los datos de la Encuesta de Población Activa del último trimestre de 2022 y los del paro registrado publicados demuestran que Cantabria se enfrenta a una recesión económica durante los primeros meses de 2023 ante la crisis del comercio y de la industria».

Desde la órbita de los agentes sociales, la directora de CEOE-Cepyme Cantabria, Isabel Cuesta, apuntó a que los datos ratifican el enfriamiento de la economía. «Evidencian un retroceso de la economía regional y una dependencia del sector servicios frente a otros tradicionales, como la industria o el sector primario. La comunidad afronta un periodo de inestabilidad que se ha intensificado tras el periodo navideño». Además, no ocultó su preocupación por la evolución de las afiliaciones. «Se trata del quinto mes consecutivo perdiendo afiliados, lo que demuestra la debilidad de nuestro mercado de trabajo».

Por el lado de los sindicatos, Julio Ibáñez, secretario de Empleo de UGT, afirmó que «como suele ocurrir en el mes de enero, el desempleo vuelve a aumentar en la Comunidad y lo hace exclusivamente en el sector servicios y especialmente en las mujeres y los jóvenes que dependen más de él», tras destacar que «sigue creciendo la contratación indefinida pero 18 puntos menos que la media».

Su homóloga de CC OO, Laura Lombilla, opinó que «venimos hace años insistiendo en que hay que apostar por el empleo de mayor valor añadido, como es el caso del industrial, y que urge desestacionalizar el sector servicios porque está claro que el empleo que se genera en este sector no es un empleo de calidad y tampoco proporciona estabilidad».

Como contrapeso, la secretaria general de USO, Mercedes Martínez, afeó que «una vez eliminado el maquillaje del conteo de parados impuesto por la reforma laboral, la estadística nos arroja que nuestra región aumentó el paro en el último año en 663 personas, un crecimiento del 1,7%, lejos del -7,49% y 2.804 parados menos que anuncian los organismos gubernamentales una vez convenientemente cocinada la estadística del SEPE», reprobó en referencia al mayor aumento de fijos discontinuos.