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La dureza de la pandemia parece superada. No sólo en los últimos meses, sino que las heridas ya empezaron a suturar al cierre de 2021. Así lo entiende el Consejo General de Economistas, que en su último 'Ínforme de la Competitividad Regional de España (Icreg)', ... elaborado con datos y parámetros relativos al año pasado, envía una vez más a Cantabria al grupo de competitividad media-baja. Eso sí, la Comunidad se sitúa en solitario en octavo lugar de la clasificación, mejorando respecto al diagnóstico anterior, donde ocupaba el noveno lugar igualada con Asturias.
En esta salida de la crisis coronavírica Cantabria sí que ha acelerado respecto a Galicia o Asturias, que han perdido terreno. En el estudio de los Economistas, presentado públicamente esta semana a nivel nacional, se recoge que Cantabria se mantiene octava tras incrementar su índice de competitividad de forma moderada.
Sentada esta premisa, el diagnóstico entra en el fondo de la cuestión. El Consejo elabora sus conclusiones basándose en diferentes variables. Pues bien, a excepción del eje 1 (Entorno económico), los restantes mejoran aceptablemente, siendo el más intenso el dinamismo del eje referido al Mercado de trabajo (eje 2) y más leve el del Entorno institucional (eje 4).
El dinamismo más significativo se observa en las variables: Coeficiente de apertura externa (eje 1), Tasa de paro juvenil, Tasa de temporalidad y Ninis (eje 2), Formación de adultos (eje 3), Parque de vehículos ecológicos (eje 5), Dinamismo empresarial (eje 6) y Gasto en innovación empresarial (eje 7).
Las variables con evolución más desfavorable son la Tasa de ahorro (eje 1), Delitos (eje 4), Mujeres empleadoras (eje 6) y Empresas con medios sociales (eje 7). Todo ello conforma una nota de 8,31 puntos. Castilla y León, séptima, obtiene 8,70. Galicia. con sus 8,13 puntos, es novena.
«Hay que tener en cuenta que, en esta ocasión, confluyen diversos factores que obligan a tomar los actuales resultados del Icreg, y sus variaciones, con una especial cautela. Al 'terremoto estadístico' que sufrieron algunas variables en el año 2020, y al lógico e importante repunte posterior, se les une el hecho de no disponer del avance de la Contabilidad Regional de 2021 al cierre de este informe y, además, la incorporación de cambios metodológicos en algunas estadísticas, como, por ejemplo, la Estadística sobre actividades en I+D», precisan los economistas.
No obstante, y respecto a los siete ejes generales, la Comunidad sobresale especialmente en el relativo al capital humano, donde aparece en la cuarta posición nacional. Por contra, se desploma al undécimo lugar en la vertiente relativa a innovación. En el resto de corrientes generales permanece entre la séptima y octava localización.
La competitividad de las comunidades autónomas aumentó un 4,4%, de media, en 2021 y recuperó así los niveles previos a la pandemia. Esta última actualización, evidentemente, no refleja el impacto y tribulaciones ocasionadas por la guerra entre Rusia y Ucrania, pero sí que constata una evidente polarización entre territorios y que unas comunidades están mejor preparadas que otras para poder hacer frente a los desafíos de los últimos meses y los que están por venir a partir de 2023, en un contexto todavía marcado por la incertidumbre.
La comunidad autónoma que mostró más intensidad en el dinamismo de su competitividad fue Extremadura, seguida de Cantabria, Islas Baleares, Galicia, Principado de Asturias, Cataluña y Canarias, que registran un dinamismo moderado. Por su parte, La Rioja queda sin cambios, mientras que el resto de comunidades autónomas reflejaron un crecimiento leve en su competitividad.
El Consejo General de Economistas constata que Aragón, Islas Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana, Navarra y La Rioja todavía no han recuperado la competitividad previa a la crisis.
El presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, explicó que la recuperación de la competitividad comenzó «una vez levantadas la mayor parte de las restricciones derivadas de la pandemia». Para Pich, «esta es una muy buena noticia», ya que esta mayor competitividad permitirá a las comunidades autónomas «afrontar el complejo escenario económico que se dibuja en el corto plazo».
Esta edición del informe también incluye un monográfico dedicado a la digitalización, dada la «relevancia que tiene el proceso de transformación digital y su incidencia en la competitividad», como apuntó el director técnico del mismo, José Carlos Sánchez de la Vega.
Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco se ubican en el grupo de comunidades autónomas con una digitalización alta, seguidas de Canarias, Aragón, Islas Baleares, Región de Murcia, Comunidad Foral de Navarra, La Rioja, Andalucía y Principado de Asturias, con una digitalización media.
Las autonomías con menor implantación digital o digitalización baja son Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia.
«Si bien la todavía escasa evidencia empírica disponible parece poner de manifiesto un menor impacto sobre la productividad y el mercado de trabajo al que se generó al introducir otras tecnologías en el pasado, parece evidente que la digitalización permite mejorar la productividad merced a la automatización de los procesos, la simplificación en la gestión y administración, o la reducción en los tiempos y costes de producción y almacenamiento. Además, los efectos positivos sobre las relaciones empresa-cliente, en la realización de trámites con la Administración Pública o en el día a día de los ciudadanos», reza el análisis.
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