
La Cantabria mediocrática
ANÁLISIS ·
La región se mantiene en el nivel medio-bajo del índice de competitividad, por debajo en los indicadores fundamentalesSecciones
Servicios
Destacamos
ANÁLISIS ·
La región se mantiene en el nivel medio-bajo del índice de competitividad, por debajo en los indicadores fundamentalesRecuerdan ustedes a la Reina Roja, el personaje ficticio creado por Lewis Carrol en su obra 'A través del espejo y lo que Alicia encontró ... allí'? Aunque un poco tonta y, en principio, antagonista de Alicia, se ha hecho famosa por el siguiente pasaje, puesto en su boca: «Lo que es aquí, como ves, hace falta correr tanto cuanto uno pueda para permanecer en el mismo sitio. Si se quiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido».
La anécdota en cuestión viene a cuento de las enormes dificultades con las que, al igual que sucede con las personas, se enfrentan las regiones y los países si quieren prosperar y mejorar su posición tanto en términos absolutos como relativos. En este sentido, el último informe sobre la competitividad regional en España, publicado por el Consejo General de Economistas (CGE), analiza con precisión todo un conjunto de factores que, en principio, son los que condicionan y/o determinan el hecho de que una región progrese económicamente, se quede estancada, o retroceda.
El índice de competitividad elaborado por el CGE se estructura en torno a siete ejes: el primero sobre el entorno económico, su dinamismo y el tamaño de mercado; el segundo y el tercero, relativos al funcionamiento del mercado de trabajo y al capital humano, respectivamente; en el cuarto se analiza el entorno institucional y social, y en el quinto la disponibilidad de infraestructuras básicas; por último, en el sexto se examina el tejido empresarial y en el séptimo la innovación tecnológica. Aunque sería inapropiado señalar a alguno de estos ejes como más relevante que los demás, me parece a mí que, en la actualidad, los que se refieren al capital humano, entorno institucional y social, y tejido empresarial son, en buena medida, los que marcan la diferencia.
Si tomamos como referencia el caso de nuestra comunidad autónoma, veremos que, de acuerdo con el informe arriba citado, la misma disfruta (o padece) una posición competitiva media-baja que, además, se muestra bastante inalterada en el tiempo, y que explica a la perfección el hecho de que tanto el PIB per cápita como la productividad por ocupado en Cantabria se sitúen tradicionalmente por debajo de la media nacional. ¿Por qué es esto así? ¿Por qué, pese al paso del tiempo, seguimos manteniendo una posición relativa muy por debajo de la de regiones más competitivas y avanzadas?
La respuesta obvia a las preguntas anteriores sería, y es, que la comunidad autónoma se encuentra en una posición intermedia (baja o alta) en todos los ejes mencionados, excepto en el sexto (el relativo al tejido empresarial), en el que ocupa una posición baja. En todo caso, y examinando la cuestión desde una perspectiva un poco más subjetiva, me atrevo a decir que lo que de verdad hace que Cantabria esté donde está -como diría un castizo, ni so ni arre- se debe sobre todo a los tres factores diferenciales señalados previamente.
En primer lugar, y pese a que en lo que se refiere al capital humano ocupamos una posición media-alta, porque me parece evidente que el nivel de aprovechamiento del mismo que se hace en la región es bastante reducido, no sólo porque una buena parte del mismo se ve obligado a emigrar sino, también, porque otra parte desempeña tareas para las que, en principio, está sobrecualificado.
En segundo lugar, porque el entorno institucional y social no es el más proclive al progreso económico. Da igual de qué color sea el Gobierno, de centro-derecha como en el pasado o de centro-izquierda como en la actualidad, la falta de empuje a la hora de tomar decisiones que pueden ser vitales para la comunidad es manifiesta. Se trata, con frecuencia, de gobiernos que se limitan a gestionar lo ya existente, a menudo con muchas deficiencias (ahí está el último ejemplo de las ayudas a la hostelería); sea por las disputas intestinas, sea por la reducida masa crítica de la región, lo cierto es que ninguno (creo no equivocarme) de los grandes proyectos que en los últimos treinta años han promovido nuestros Gobiernos ha salido adelante.
Y en tercer lugar, y muy interrelacionado con el factor anterior, porque, en general, nuestro tejido empresarial y nuestra capacidad de emprendimiento y de asumir riesgos es manifiestamente mejorable. Sólo hay que compararse con el País Vasco para ver que las diferencias en nuestra contra son más que evidentes. En fin, la Cantabria mediocrática
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.