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Enrique Conde acaba de transformar CEOE-Cepyme. Tras ganar las elecciones para relevar a Lorenzo Vidal de la Peña al frente de la patronal en abril de 2019, y con el 'viacrucis' vírico por el camino, ha efectuado una remodelación profunda del Comité Ejecutivo de ... la confederación, con nueve incorporaciones y siete salidas. El objetivo, sostiene, reforzar a la organización para los retos que están por venir y donde Cantabria se la juega, asegura.
-Ha pasado prácticamente año y medio desde que fue elegido presidente de CEOE-Cepyme Cantabria tras ganar las elecciones. ¿Por qué ha optado por una remodelación tan profunda del Comité Ejecutivo en este momento?
-Como bien dices, llevaba ya año y medio como presidente, aunque casi ocho meses con el dichoso covid. Uno se sitúa y ve las necesidades que tiene la organización para ser determinante en la política que se haga en Cantabria y en el devenir de la economía de la Comunidad. Somos empresarios y estamos obligados a ir cambiando en función de los requerimientos. Lo que necesita CEOE ahora mismo es avanzar y transformarse. Seguramente requerimos de un Comité mucho más determinante en cuanto al peso específico de las empresas. Esa es la razón. El Comité hasta ahora ha hecho una labor incontestable. Se ha avanzado en muchos aspectos durante este año y eso en buena parte ha sido gracias a la Ejecutiva.
CANTABRIA 'POSTCOVID'
FONDOS EUROPEOS
RELACIÓN CON EL GOBIERNO
-Las salidas se concentran en empresarios que ya habían estado en etapas anteriores en la Ejecutiva. ¿Obedece a algún motivo concreto?
-La verdad es que no. Yo los conocía de etapas anteriores, por lo que tengo una relación fluida con ellos a nivel personal. No es que dejen de formar parte de los órganos de CEOE-Cepyme, sino que van a estar en otras áreas y grupos de trabajo fundamentales. Simplemente es un tema de peso específico de empresas y de ese giro que queríamos dar al Comité, con mayor influencia del sector industrial, donde creemos que tiene que coger peso específico esta región.
-¿Qué busca con los nuevos perfiles que ingresan en el Comité?
-El Comité de CEOE debe ser una Ejecutiva que haga determinante para Cantabria la labor de la patronal. Dentro de ese peso específico de las empresas tiene que haber preponderancia industrial. Se ha visto que los territorios donde el sector secundario es influyente sortean mejor esta pandemia económica. No quiere decir que dejemos aparte otros sectores fundamentales como el turismo o la construcción. Otra área importante para nosotros va a ser la agroalimentaria, pero creemos que su evolución ira vinculada a la transformación de la propia industria.
-Usted nunca se encontró especialmente cómodo con la etiqueta de 'candidato continuista' cuando optó a presidir la confederación. ¿Empieza ahora su verdadero mandato?
-No diría que no estaba cómodo. No me dejo influir excesivamente por lo que se diga fuera. Realmente es lógico que te liguen a una etapa anterior cuando has formado parte de la misma. No me considero vinculado a ninguna etiqueta. De hecho, seguramente la razón de que sea presidente de CEOE sea que no pertenezco a ningún grupo 'de poder' o 'histórico'. Ni en la patronal ni en Cantabria. La ciudadanía y los empresarios tal vez estén hartos de etiquetas. Lo que se pide es trabajo, humildad en el mismo y unos órganos de gobierno que al final sirvan para que la patronal esté en el lugar que le corresponde. Creo que eso se ha ido consiguiendo. Tenemos una relación estupenda con el Gobierno regional, algo que se ha ido logrando durante este año. Soy un obseso de la unión y creo que así tenemos que estar todos.
-¿Qué pilares sustentan su estrategia para los próximos meses?
-Queremos ser determinantes en el devenir de Cantabria. Para eso debemos ser leales a los cántabros, es decir, a su Gobierno, pero lógicamente hablamos también de exigencia. Las políticas públicas tienen que ir hacia un modelo productivo diferente al que tenemos. Antes del covid ya alertamos de que la industria es el sector más tractor y que estaba pasando por una transición injusta. Hay que entrar de forma vehemente con el sector industrial.
-Ustedes llevan tiempo trabajando con el Ejecutivo para agilizar la burocracia administrativa que penaliza a las empresas. ¿Qué avances van a conseguir en este campo?
-Lo que funciona en otras autonomías es lo que debemos trasladar aquí. Hay comunidades como Baleares que han sacado decretos que liberalizan de forma exagerada todas aquellas tramitaciones que no dejan que la economía fluya. Ha sido un trabajo objetivo, elaborado por técnicos y no por empresarios. Se lo hemos cedido al Gobierno para avanzar con las diferentes consejerías. Esperamos ver, posiblemente a mitad de diciembre, el primer avance en ese gran objetivo con una agilización en licencias de actividad y construcción.
-Hablemos de fondos europeos. ¿Tiene Cantabria un plan vertebrador de lo que quiere como Comunidad o se limita a presentar proyectos aislados?
-Tienen un gran pero, que no ha habido letra pequeña desde el minuto uno. Eso ha condicionado tanto el trabajo de los gobiernos como el de los empresarios. CEOE-Cepyme Cantabria ha formado un grupo de trabajo para intentar llevar al día toda la información de Bruselas y trasladársela a los empresarios. Ellos nos están devolviendo sus proyectos. Aquellos que son de naturaleza público-privada los estamos trabajando con el Gobierno regional. El Ejecutivo ha sacado unas actuaciones iniciales. Pretende que haya muchas aportaciones y si hay algunos de los planteados que no tiene sentido, retirarlos. Lo que es fundamental es acertar, y esa sí que creo que es función de CEOE. Tenemos dos variables: la calidad del proyecto, que debe ser la mejor posible; y la política, que todos sabemos cuál es el peso de Cantabria a nivel nacional. Debemos defendernos de otras comunidades.
-¿Les está haciendo caso el Gobierno cántabro a la hora de perfilar las propuestas que se envíen a Bruselas?
-De momento tenemos una relación fluida. Hemos trasladado varias iniciativas público-privadas. Esas las tiene todas el Ejecutivo. El Gobierno igualmente ha presentado una serie de proyectos públicos. Luego será cuestión de que se examinen y ver si tienen sentido o no. Pensamos que los proyectos tienen que ir ligados a las empresas, son las que van a sacar la economía adelante.
-¿También ha atendido la Administración las demandas trasladadas por los sectores golpeados por el covid?
-Hay varios temas. Una de nuestras grandes quejas es que, si nosotros regalamos lealtad, vamos a ser muy exigentes. Los sectores lamentan la falta de coordinación a la hora de tomar decisiones por la pandemia sanitaria, que afectan a la economía. Creo que el Gobierno regional tendría que ser mucho más comunicativo en este sentido.
-¿Qué le parecen los Presupuestos del Gobierno de Cantabria para 2021?
-Están condicionados por el covid. El aumento en el apartado sanitario y de políticas sociales no tiene otro sentido que la atención a la demanda por la pandemia. Tal vez a los empresarios nos hubiera gustado un poco más de audacia para que las políticas fueran más productivas. A los sectores afectados hay que ayudarlos, pero lo que no puede ser es que no se reanime la economía. Eso se acordó en un acuerdo del Diálogo Social en mayo. Eso no terminamos de verlo. Fue de lo poco que pedimos.
-¿Puede alargar Cantabria el discurso de posibles maltratos de Madrid o esperar que la capital resuelva problemas históricos de la autonomía?
-Creo que ese es un mal endémico a nivel de España. Ahora que el tren de los fondos europeos no se puede perder, no se pueden basar las políticas en este dinero. Hay que tener claro lo que se quiere y utilizar las armas que ofrece el mercado. No podemos lastrar la economía por el covid, que evidentemente condiciona la economía, pero ya advertimos antes de que la industria estaba muy tocada y había que defenderla. Es una batalla global que condiciona la producción europea. La transición justa sólo lo es en el Viejo Continente. Europa se tiene que defender.
-¿Qué Cantabria va a quedar después del covid?
-Pues una Cantabria muy castigada. Una Comunidad que depende del sector terciario. No hablamos sólo de sectores tan manidos como la hostelería o el comercio. Pienso en el transporte de viajeros, los concesionarios de automóviles... Hablamos de gasolineras, cultura, deporte, formación, guarderías... Hay un elenco de actividades sectoriales que no se están teniendo en cuenta a la hora de plantear las ayudas. Nos mostramos dialogantes con el Gobierno para que nos pregunten y digamos dónde hay que poner el foco. Creo que va a quedar muy castigada. Si el covid ataca al sector servicios y la industria ya estaba tocada, el panorama es el que es. Aún así, los empresarios cántabros creo que han reaccionado muy bien. Como ejemplo, el suministro de material sanitario que hicimos al comienzo de la pandemia. Lo único que necesitamos es que nos dejen trabajar. En un mundo tan competitivo, si Cantabria no mejora burocráticamente o fiscalmente respecto a su entorno, las empresas se van a marchar alrededor.
-¿Qué perspectivas tiene para el próximo año con el posible éxito de las vacunas?
-El objetivo es ponerse en el nivel de 2019 cuanto antes. Luego ya veremos cómo desarrollamos esas políticas de las que hablamos. El panorama ya lo dibuja la Comisión Europea, hasta 2022 no volveremos a esos parámetros. En nosotros está acelerar esa vuelta. Esto solamente se logrará si estamos unidos.
–¿Teme que los ERTE actuales acaben convirtiéndose en despidos?
–Dependerá también de las políticas que se hagan a nivel nacional. El escenario que tenemos los empresarios cuenta con una incertidumbre brutal. Las decisiones no se pueden tomar de tres meses en tres meses. Lo lógico es que los ERTE se prolonguen hasta mayo. Esa decisión es muy necesaria. Si llegamos al verano con esa protección, tanto para empresas como para trabajadores, creo que esos ERTE pueden convertirse en puestos de trabajo.
–¿Qué líneas maestras va a seguir la patronal en el diálogo social?
–Hay que darle una vuelta al diálogo social. Es un instrumento muy necesario, pero al igual que digo esto aseguro que al menos lo que he conocido yo durante este año debe dar un giro importante. No tiene sentido que en un año haya 90 reuniones y que al final apenas se decidan cosas. Creo que al diálogo social hay que llevar temas que tengan que ver con el trabajo. Hay otros temas que corresponden al Gobierno, y el resto estamos para ayudarle. El diálogo social tiene que ser mucho más útil que hoy en día.
–¿Otea una catarata de concursos de acreedores cuando finalicen las moratorias en primavera?
–Diría que en el sector terciario en general, pese a los meses de verano, a nivel de España y Cantabria, se prevén cierres del 20%. Tal vez el panorama es más positivo del que se esperaba a comienzos de la pandemia. Aún así, vamos a sufrir y todos tenemos que estar a la altura.
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