«Cantabria tiene todo el potencial para afrontar los retos del futuro»

–¿Cuál es la labor de un administrador al servicio de la UE?

–La Comisión Europea es la institución encargada de proponer legislación y hacer cumplir las leyes europeas. Muchas regulan el funcionamiento del mercado interior europeo, los productos y servicios que compramos y vendemos al exterior. Por eso, la UE tiene competencia exclusiva en la negociación de acuerdos comerciales con el resto del mundo y la Comisión es la encargada de negociar y hacerlos cumplir. Como administrador ahora y durante años jefe adjunto del gabinete de la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, he participado en múltiples negociaciones comerciales con EE UU, China, Mercosur, México o la Organización Mundial del Comercio.

–¿Los tres focos de interés de la UE en 2020 serán EE UU, China y el 'Brexit', como adelanta en el título de su conferencia?

–La nueva presidenta de la CE, Úrsula von der Leyen, ha dicho que esta Comisión será 'geo-política', que reforzara el papel y la presencia de la UE en el mundo. La Unión es la mayor economía y el euro es la segunda moneda de reserva después del dólar. El objetivo es hacer valer aún más nuestra visión del mundo, defender los valores europeos de democracia, el Estado de Derecho, la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, los derechos sociales y la economía de mercado. La salida del Reino Unido nos obliga a reflexionar sobre nuestro futuro y a profundizar la unidad europea precisamente para mantener esa influencia. El resto del mundo no desea un mundo polarizado entre China y EE UU y la Unión Europea se percibe como el único contrapeso posible.

–El próximo presupuesto de la PAC es el foco al que miran agricultores y ganaderos que se quejan de que no reciben un precio justo en origen. ¿Qué medidas pueden corregir esta circunstancia?

–La política agrícola común se creó en los años 60 en un momento de penuria para asegurar la autosuficiencia alimentaria y una vida digna a los agricultores. Se ha ido reformando con los años, reduciendo la sobreproducción en algunos sectores y adaptándose a los precios mundiales. Desde la Comisión hemos apoyado al sector abriendo nuevos mercados y aumentando la exportación. Los productos lácteos europeos son ahora muy competitivos en calidad-precio y la demanda en Asia y América Latina y África no hace más que crecer. Con una población europea que apenas crece, el futuro de la agricultura europea está en más exportación. Para el periodo 2021-2027, la CE propone un ambicioso presupuesto de 365.000 millones de euros, que se dividirá entre sus dos 'pilares' tradicionales: ayuda directa a los agricultores y medidas de mercado por un lado, y desarrollo rural por otro. Además se potenciarán las ayudas a los jóvenes agricultores, la producción sostenible y el mantenimiento de los ecosistemas.

–¿Tiene Cantabria potencial para su desarrollo económico?

–Cuenta con una posición geográfica privilegiada. Con un puerto entre América, África y el Norte de Europa y una excelente imagen de marca, asociada a la sede del mayor banco de la UE. Somos una región de tamaño medio, con autonomía, un Gobierno regional próximo a las empresas y a los ciudadanos y donde las decisiones pueden tomarse con agilidad para responder rápidamente a las necesidades económicas. Tenemos una Universidad muy bien valorada y centros de investigación punteros como el Instituto de Hidráulica o el Hospital Valdecilla. Tenemos una economía diversificada, con un sector industrial de un peso en la media europea, un sector pesquero, agrícola y ganadero eficiente y unos servicios que complementan el resto de la economía. Cantabria tiene todo el potencial para afrontar los retos del futuro que son la doble transición hacia una economía digital y sostenible con el medio ambiente. Tenemos las competencias, la infraestructura y los medios humanos para lograr con éxito esa transición, pero es necesario actuar con rapidez, unir fuerzas y trabajar velando por el interés general de la región.

–¿Las políticas proteccionistas de Trump están haciendo mucho daño al crecimiento global?

–Se ha resentido. El comercio global crecía un 6% en 2017, bajó a un 4% en 2018 con las primeras medidas proteccionistas y ha cerrado 2019 con un raquítico 1%. Sin duda los aranceles de EE UU y China han mermado este crecimiento, afectando a todas las economías. El levantamiento de parte de las medidas acordadas a final de año ha aliviado esa tensión, pero el impacto del coronavirus se hará notar en 2020 sobre todo en este primer trimestre, donde ya es visible la desaceleración de los intercambios comerciales debido a la interrupción de los suministros procedentes o con destino a China. A largo plazo el crecimiento económico mundial podría reducirse más. Por eso la UE ha intensificado las negociaciones comerciales. En los últimos cuatro años hemos concluido acuerdos con Canadá, Japón, Singapur, Vietnam, México y Mercosur que permitirán aumentar nuestras exportaciones y crear nuevos empleos.

–¿Cree que el 'Brexit' puede resultar un contagio para otros países de la Unión?

–El Reino Unido ha tenido un encaje particular a lo largo de sus 47 años en la Unión. No formaba parte del euro, ni del espacio Schengen de libre circulación de personas, estaba excluido de casi toda la política de justicia e interior, social y laboral; no participaba en las misiones militares en el exterior y a menudo bloqueaba avances en otras políticas como la defensa. En ese sentido, la salida tiene menor impacto en muchas políticas europeas. El 'Brexit' ha creado mayor unidad entre los 27 estados y ha mejorado el apoyo de los ciudadanos europeos al darse cuenta de la importancia de la Unión.