«Cantabria puede convertirse en un estandarte en igualdad de género emprendedor en España»

-¿Cómo se puede llevar a cabo el cambio cultural y de mentalidad que propone en un país en el que actualmente ser funcionario se considera un éxito?

-Primero, conociendo nuestra propia historia. Uno de los defectos de los españoles es desconocer quiénes somos en realidad. Hace 500 años, con un fondo de capital riesgo de monedas de plata, España envió a Juan Sebastián Elcano a dar la vuelta al mundo. Eso supuso un avance tecnológico, científico y económico que duró siglos y marco la historia de la Humanidad. Más recientemente, en España se han inventado cosas como el submarino, el autogiro, el precursor del libro electrónico... En Cantabria, el mando a distancia o el puntero láser...

Esto demuestra que somos una nación emprendedora. Desafortunadamente, a partir de 1898, en aquellas conversaciones en las que Unamuno y Ortega y Gasset discutían sobre si España debía sumarse a la modernidad europea o 'que inventen ellos', trajo un siglo XX marcado por lo segundo. No fue hasta la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea cuando empezamos a sacudirnos esa rémora. España creó el año pasado el Alto Comisionado de la Nación Emprendedora para revertir esa tendencia. Las mentalidades de un país se cambian con visiones a largo plazo, como nuestra estrategia de hacerlo en menos de 10 años haciendo del emprendimiento innovador el rompehielos de un nuevo modelo económico. Como no podía ser de otra manera, con políticas transversales de inclusión. Creemos que es una buena manera de empezar a llamar la atención de la gente.

-Dentro de esta estrategia de España Nación Emprendedora, ¿qué objetivos son más realistas y cuáles más ambiciosos o difíciles de alcanzar?

-La estrategia recoge cuatro grandes metas. La primera, la inversión: tenemos que incrementar la inversión en emprendimiento innovador. Estamos cuatro veces por detrás de Francia y cinco de Alemania. Sin embargo, nuestras cifras no paran de subir. Sólo durante el primer trimestre de 2021 se han hecho más aportaciones que en todo 2020, cuando fue un ejercicio que aguantó. Segundo reto, retener y atraer talento internacional, con diferentes herramientas que nos permitan competir. Tercero, el emprendimiento innovador, aunque pudiera parecer lo contrario, no está al inicio, sino al final de su vida. Lo que tenemos que lograr es escalar el tamaño de las empresas y elevar su internacionalización. Las empresas de más de 500 trabajadores han sido las únicas que no han destruido empleo; al contrario, han sumado 85.000 afiliados. Como cuarto desafío, conseguir un sector público emprendedor que genere marcos regulatorios favorables y en ocasiones realizando inversiones que ni el capital riesgo acomete. Para descender varios niveles de concreción hemos venido dialogando con diferentes sectores. Hemos llegado a un gran consenso sobre metas a diez años. Aquí se ven cosas más sencillas de conseguir. Hablamos de la Ley de Empresas Emergentes; la Red Nacional de Centros de Emprendimiento; o el Programa de Atracción Internacional del Talento de las Mujeres.

-¿El autoempleo va a ser una necesidad más que una posibilidad a tener en cuenta?

-La estrategia no nace para el emprendimiento en sí, sino para transformar las bases productivas del país. En 2008 vimos cómo no todos los países se recuperan igual de una crisis. Reino Unido, Francia o Alemania lo hicieron en dos años; España, en tres veces más, lo que provoca un importante sufrimiento humano. El objetivo es el de contribuir a crear más empleo y de más calidad, no el de empujar a gente desempleada al autoempleo. Queremos ayudar a que las personas que tienen una buena idea y capacidad para llevarla a cabo puedan avanzar, de forma que se conviertan en los grandes gigantes empresariales en 2030. Un empleo que sabemos es de mayor calidad que la media.

-¿Cuáles son los principales consejos que le daría a una persona que tiene una idea y está pensando en emprender?

-No basta con una idea. Debe convertirse en una buena idea, esto es, que haya pasado por tres umbrales. La primera, entender cuáles van a ser las principales necesidades de sus hipotéticos clientes. Cuando confirme una de sus tres principales necesidades, ha detectado un problema importante. Segundo, hay que presentar tu solución para ese problema, validando que la solución encaja. El tercer elemento, y ahí podemos empezar a hablar de modelo de negocio, comprobar cuánto estarían dispuestos a pagar por ello esos hipotéticos clientes. A partir de ahí se abre todo un mundo, pero este sería mi primer consejo para empezar.

-¿Cuáles son las principales barreras con las que se topa en la actualidad un emprendedor en España?

-Hemos analizado los problemas del país. Necesitamos mayor disponibilidad de capital. No necesariamente en momentos iniciales, pero sí que España provea las rondas de financiación que no se encuentran con facilidad, de modo que las empresas que piensan en crecer puedan encontrar esta ayuda en el país. Otro reto es el talento: existe una batalla constante por retenerlo y, en paralelo, necesitamos atraer. Debemos generar mejores marcos regulatorios y remover barreras administrativas.

-¿No contrasta este esfuerzo por impulsar el emprendimiento con la percepción de castigo que tiene el colectivo autónomo con esa propuesta para modificar al alza sus cuotas?

-Una de las demandas de los autónomos ha sido que la cuota fuera progresiva. Esto es lo que ha presentado el ministro de Inclusión (José Luis Escrivá). El Gobierno va a hacer todos los esfuerzos en pos de una imposición equitativa. Lo que tenemos que entender es que las administraciones ponen a disposición de los emprendedores un montón de cosas. Disponemos de la mayor red de fibra óptica de Europa, más que Reino Unido, Francia o Alemania juntas. Eso viene de los recursos públicos. Tenemos seguridad jurídica, sanidad que atrae talento internacional... España es un entorno con muchos activos para emprender. Hay que aspirar a un país que paga los impuestos para todo lo que demandamos.

-¿Cómo ve el emprendimiento en Cantabria?

-La tasa emprendedora a nivel nacional se redujo el pasado año. Sin embargo, en Cantabria tenemos unos índices por encima de la media. Muy especialmente son interesantes los índices de emprendimiento potencial, por lo que podemos decir que hay un buen caldo de cultivo para construir un sector del emprendimiento innovador que levante la bandera cántabra en España. Me ha parecido también relevante lo cerca que está de cerrarse la brecha de género, un 53% hombres y un 47% mujeres. Con un esfuerzo adicional podemos hablar de una región realmente igualitaria que sea un estandarte dentro de España, pero también internacionalmente.