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Cantabria es una de las comunidades que tendrán menos dificultades en encarar su recuperación económica tras la crisis provocada por el covid. Esta es una ... de las conclusiones del estudio realizado por el Consejo General de Economistas de España en el que se recoge el Índice de Competitividad Regional con datos de 2020 y que fue presentado este lunes por el presidente de la Cámara de Comercio de Cantabria, Modesto Piñeiro, y el decano-presidente del Colegio de Economistas, Fernando García Andrés. La región se mantiene en el nivel medio-bajo en lo que a la competitividad se refiere, si bien adelanta un puesto a Galicia y se sitúa en la misma posición que Asturias.
Los economistas consideran que, a día de hoy, es difícil conocer cuáles pueden ser las «secuelas persistentes» que la pandemia haya podido dejar en las economías regionales, ni el impacto a corto plazo de los riesgos ligados a la evolución epidemiológica, la escalada de la inflación, los «cuellos de botella» en las cadenas de suministros o el calendario y el efecto multiplicador de los fondos europeos Next Generation. A pesar de ello consideran que, ante el desafío de la recuperación, cobra interés analizar las bases de las que parten las comunidades autónomas para afrontar este reto en el medio y largo plazo.
«Parece evidente que aspectos como los bajos niveles de productividad, los déficits de capital humano, la desigualdad social o la insuficiente digitalización, pueden lastrar la recuperación de determinados territorios y dificultar la consecución de los objetivos perseguidos. En otras palabras, la diferente situación de partida de las regiones españolas puede dificultar la consecución de los objetivos perseguidos y entraña riesgos en el proceso de recuperación», consideró García Andrés.
Cantabria se sitúa entre las que están en disposición para alcanzar una recuperación «sólida, inclusiva, verde y digital» junto a Aragón, Asturias, La Rioja, Cataluña, Navarra, País Vasco y Madrid. Variables como el mercado de trabajo, la inversión en innovación o el capital humano han tenido peso en esta valoración.
Hay que tener en cuenta que se han analizado 15 indicadores para las 17 comunidades autónomas. En el informe se ha procedido a comparar cada observación con el valor promedio de España para, posteriormente, establecer una clasificación en 3 niveles, según la exposición al riesgo respecto a la media que presentan en el momento actual, utilizando la siguiente escala: «Alta», con un valor superior al 115% de la media; «Media», valor comprendido entre el 75 y el 115% y «Baja», cuando el valor es inferior al 75% de la media.
En cuanto al Índice de Competitividad Regional (Icreg) referido al año 2020, no experimentó cambios significativos respecto a 2019. No obstante y aun manteniendo el nivel competitivo medio-bajo, escaló una posición (a la novena), en detrimento de Galicia, en la que cayó.
Otros datos referidos a Cantabria en dicho informe son que la contribución positiva más significativa se obtuvo en las variables: tasa de ahorro (eje 1), abandono escolar temprano (eje 3), delitos y déficit (eje 4), empresas de más de 250 trabajadores (eje 6) e investigadores, gasto en I+D, comercio electrónico y empleados que usan ordenador (eje 7). Por el contrario, las variables con evolución más negativa fueron: variación PIB real (eje 1), tasa de paro y tasa de paro juvenil (eje 2), formación por ocupado (eje 3), esfuerzo fiscal (eje 4), tráfico aéreo (eje 5), variación CLU y variación productividad (eje 6) y patentes (eje 7).
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