Cantabria registra el mayor frenazo de España en su crecimiento económico en el último año

Así al menos se acredita echando mano de los guarismos más recientes ofrecidos por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que exhiben cómo la economía autonómica creció un 2,1% en términos interanuales en el segundo trimestre de 2019. El incremento, aún notable, sí que presenta una fuerte contracción si se confronta con el ritmo al que cabalgaba la riqueza regional en el mismo periodo de 2018, un 3,6%. En síntesis, 1,5 puntos de diferencia en apenas 12 meses, la mayor distancia negativa del conjunto del país, seguida por Madrid (-1,2 puntos), Castilla La Mancha (-0,8) o Galicia (-0,7). La diferencia negativa de la media española se frenó en este citado periodo de análisis en tres décimas.

¿Qué ha pasado en este último año? Por un lado, la parte final de las legislaturas autonómicas y municipales. Más importante aún, la llegada a Moncloa del PSOE con Pedro Sánchez al frente tras una moción de censura en mayo y junio de 2018 contra el líder del PP, Mariano Rajoy, que a día de hoy no ha cristalizado en la formación de un gobierno estable. Una interinidad que, en todo caso, ha mantenido prorrogados los últimos presupuesto del PP.

Más aún, si Cantabria salió más tarde de la crisis y posteriormente creció por encima de la media, este enfriamiento de su economía podría deberse exclusivamente a «una normalización» coyuntural, tesis esgrimida por el secretario general de Comisiones Obreras, Carlos Sánchez. Además, una inestabilidad global en plena escalada de tensiones internacionales.

Aún con todo, hay diversos factores que alimentan las tribulaciones. El crecimiento actual del PIB, el 2,1%, ya se emplaza por debajo del comportamiento general del país. Si bien el 3,6% arrojado en 2018 se ubicaba muy por encima del 2,6% de la media, ahora la Comunidad camina dos décimas por debajo de la tónica nacional (2,3%). Como complemento, supone el peor dato desde el primer trimestre de 2016.

No sólo eso. Si se pone la lupa en otros indicadores, por ejemplo la variación interanual de la producción industrial en los meses correspondientes a los segundos trimestres de 2018 y 2019, se observa que los grandes crecimientos de hace un año se han perdido. Según el Instituto Cántabro de Estadística (Icane), el pasado ejercicio la producción aumentó un 11,8; 7,9; y 5,5% entre abril y junio. Ahora, la diferencia fue del -0,2; 1,1; y -1,8%.

Similar patrón se observa en el sector servicios, cuya tendencia dibujada por el Icane se resume en una desaceleración progresiva al trocar alzas del 10,5; 10,2; y 7,8%, respectivamente; por otras en 2019 del 8,5; 8,7; y 2,6%. De hecho, algunos subsectores de este área ya están empezando a presentar evoluciones negativas.

Este periódico quiso consultar a los principales agentes sociales de Cantabria –la Consejería de Economía y la Cámara de Comercio excusaron su ausencia– para arrojar luz sobre lo que ha sucedido y lo que viene. Así, el presidente de CEOE-Cepyme Cantabria, Enrique Conde, sostiene que «no cabe llevarse las manos a la cabeza por los datos de la Airef puesto que el desempleo, la EPA y la evolución del consumo en sectores estratégicos vienen desde hace meses perfilando una fotografía de la economía regional coherente con la que muestran ahora los datos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal». En su opinión, la falta de Presupuestos nacionales y la situación de inestabilidad no sólo no favorecen a Cantabria sino que, como comunidad en la que lo público tiene un gran peso, las consecuencias de una situación prolongada en el tiempo pueden ser más graves que en otras autonomías.

Desde los sindicatos, el secretario general de UGT, Mariano Carmona, agrega que «no cabe duda de que influyen distintos factores tanto internos como externos, entre ellos la incertidumbre política que se vive en la actualidad o la ralentización global del crecimiento económico que está afectando ya a la mayor parte de los países industrializados, incluidos aquellos con un vínculo directo con Cantabria porque son el destino de muchas de las exportaciones de nuestras empresas, principalmente las vinculadas a la industria del metal, la del automóvil o la agroalimentaria», remacha.

Sánchez (CC OO), por su parte, además de abundar en el argumento de la «normalización» tras un crecimiento más expansivo, defiende que «nuestro modelo productivo está agotado. Tenemos dos grandes problemas que debemos despejar: el de la fiscalidad vinculado a la economía sumergida y el de la financiación autonómica. Además, contamos con más precariedad laboral que en el conjunto nacional».

Desde USO, su secretaria general, Mercedes Martínez, subraya que «el fuerte retroceso del crecimiento del PIB cántabro durante este último año no es algo circunstancial. Nuestra región tiene una sobreexposición en sectores en dificultades como el de automoción. El 25% de nuestro PIB depende o está ligado a ese sector».