Cantabria tramita cinco proyectos de almacenamiento de energía con baterías

En concreto, el Gobierno regional tiene encima de la mesa expedientes para levantar almacenes de baterías en Marina de Cudeyo, Solórzano, Ruesga, Astillero y Valdeolea. Los dos primeros ya cuentan con la solicitud de autorización administrativa previa, mientras que los tres restantes deberán obtenerla, según las estimaciones de la Consejería, entre abril y julio.

A partir de ahí comenzará el recorrido para comprobar el encaje de estas actuaciones con la normativa actual. Basta recordar uno de los casos, ya avanzado por El Diario en diciembre: el relativo a enclavar cerca de medio centenar de baterías, similares a los contenedores portuarios para el traslado de mercancías, en Fuente Las Varas, entre los pueblos de Riaño y Matienzo. La Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Crotu) tiene todavía que pronunciarse al respecto.

En los cinco proyectos, cuyas capacidades oscilan entre los diez y los 45 megavatios, lo que se pretende es preservar energía de origen renovable.

Estos sistemas de almacenamiento a gran escala (BESS por su acrónimo en inglés) cargan energía en baterías electroquímicas (litio, cadmio, níquel...) durante los periodos de baja demanda de electricidad o cuando hay excedentes de producción de energía eólica o solar. Cuando la demanda de electricidad aumenta o la producción renovable no soporta el consumo requerido, dichos acumuladores se vacían y entregan a la red la energía custodiada.

El progresivo crecimiento de este tipo de proyectos viene favorecido por el contexto y la planificación a nivel estatal. Los BESS están llamados a ser una de las patas sobre las que pueda avanzar el proceso de transición energética del país, especialmente por la flexibilidad que aportan al sistema y su aportación para la integración de una mayor cantidad de renovables en el mix general.

El Gobierno de España acordó en 2020 una Estrategia de Almacenamiento Energético que contemplaba una capacidad de 20 gigavatios (GW) en 2030. Sin embargo, dichos parámetros ya se han visto incrementados en la última actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) 2023-2030 remitido a Bruselas, un documento que recoge un volumen de 22 GW.

Dentro del almacenamiento Cantabria tiene otros proyectos estratégicos, como la esperada ampliación de la central hidroeléctrica de Aguayo que impulsa Repsol a la espera de normativa adecuada por parte de Transición Ecológica.

Sin embargo, el auge de las instalaciones de baterías obedece a que ésta es una tecnología ya muy probada en el mercado, con una rápida respuesta y, más importante aún, con un coste que ha ido en descenso de forma progresiva en los últimos tiempos.

No sólo eso. Las promotoras de este tipo de actuaciones sostenibles también tienen en cuenta la posibilidad de captar ayudas europeas, especialmente dentro de los Fondos Next Generation. En el otro lado de la balanza, un marco regulatorio todavía por concretar, algo que viene urgiendo el sector eléctrico. Esta indefinición no es óbice para que muchas empresas se embarquen en las tramitaciones administrativas de almacenes, como acredita que la firma que encabeza el plan en Fuente Las Varas tenga su domicilio social en Córdoba. A nivel global, este nicho está liderado claramente por Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia a día de hoy.