Celsa logra que la banca siga financiando su circulante

Fuentes financieras confirman esta prórroga de tres meses, un plazo revisable y que encaja con la actitud de la banca ante empresas en situación problemática, según detallan igualmente medios como elEconomista.

La familia Rubiralta, propietaria de Celsa, consigue así cierto margen en plena guerra con los fondos por el control de la propiedad y los diferentes vencimientos, incumplidos, de la deuda que mantiene con sus acreedores.

Fuentes conocedoras de la situación recuerdan que la banca española, que sí que fue saliendo del acuerdo Jumbo por el que se reestructuró el pasivo de la organización vendiéndola a los fondos oportunistas, sí que avalaba la reestructuración planteada por Celsa para obtener en junio el rescate de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Una suma de 550 millones que, por el contrario, la empresa no puede disfrutar al no alcanzar un acuerdo con los bonistas.

Desde Celsa no han querido hacer comentarios respecto a esta prórroga de la banca. La siderúrgica catalana puede seguir centrada así en su actividad ordinaria, condicionada por el precio de la energía –sin ir más lejos, GSW ha tenido que parar una semana en octubre y ya hizo lo propio en septiembre– y la debilidad de sectores estratégicos para sus aceros como el de la automoción.

De mar de fondo, la batalla que se está librando en el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Barcelona, que ya ha nombrado un mediador que tutele el conflicto que el Grupo Celsa mantiene con sus acreedores por la deuda y el intento de cambiar de manos la propiedad de la organización.

Como explicó este periódico a comienzos de mes, la encargada de desempeñar esta función de 'experto en reestructuraciones' será la firma Lexaudit, con amplia experiencia en procesos concursales de envergadura. A partir de ahora, tal y como figura en la actual legislación, tendrá que analizar y escuchar las propuestas de las partes con objeto de, a partir de ahí, presentar diversos informes al juez, para lo que incluso requerirá servicios de terceros que le aporten o ayuden a elaborar los mencionados análisis.

Así lo sostienen fuentes conocedoras del proceso, que confirman que Lexaudit no sólo evaluará el plan de reestructuración presentado por los fondos tenedores de la deuda de Celsa, sino la hoja de ruta que la familia Rubiralta, todavía dueña de la corporación, plantee para seguir al frente de la entidad. Como ya es sabido, los acreedores, que no cobran desde la pandemia, momento en que se produjo el detonante del actual conflicto, proponen trocar casi 1.300 millones del pasivo por el 100% del capital social.

Sobre los plazos, esta fase del proceso puede demorarse durante varios meses. Lo normal, por otra parte, es que así sea a tenor de la diversa documentación e informes que Lexaudit tendrá que analizar y elaborar.