«Si la CEOE no apoya la reforma del desempleo será por razones políticas»

De esta forma, el sindicalista no sólo destaca en positivo que «por primera vez haya en el país 21 millones de personas dadas de alta en la Seguridad Social», sino que además incide en que «más de diez millones de ellas son mujeres» y que «hemos conseguido reducir notablemente la temporalidad». Aprecia también que los últimos datos confirman que «el desempleo no se comporta como lo hacía tradicionalmente en nuestro país porque ya no hay que esperar a mayo para que el turismo tire del empleo», un sector que al mismo tiempo destaca que «cada vez es menos estacional».

Sin embargo, reclama Álvarez, «todo eso no es suficiente, seguimos con problemas y dificultades». Por ejemplo, en su opinión, hay que seguir impulsando el sector industrial. Asimismo, entre las necesidades más apremiantes cita la de reducir la jornada máxima de trabajo que «no se toca desde hace 40 años» y muchos sectores siguen con ello. En concreto, habla de la hostelería y del comercio como los dos más afectados por esta situación e insiste en que es posible pasar a las 37 horas y media porque, además, no existe riesgo de deslocalización de esas empresas. «No van a llevarse los bares y tiendas fuera del país», insiste.

Respecto a la recién anunciada reforma del subsidio por desempleo que se ha sabido que está sobre la mesa, el cabeza de UGT adelanta que el acuerdo con el Gobierno es inminente. Tanto que cree que se va a poder sacar adelante «hoy mismo». Aunque, eso sí, desconoce si en el mismo estará la CEOE pero «en el caso de que no forme parte será por cuestiones políticas porque de contenido beneficia a todo el país y a las empresas incluidas porque ayuda en la protección y recolocación de los empleados». Además, cree que es un acuerdo «múltiple y variado» que también aborda el subsidio agrario y servirá de barrera de contención a la España vaciada.

También apunta a la necesidad de poner en la agenda la salud laboral «como un elemento clave de futuro», algo para lo que desde el sindicato creen que sería necesario una nueva ley y no reformar la existente como pretende el Ejecutivo porque «poco tiene que ver con la actual y hay que incorporar elementos como la digitalización, la desconexión el teletrabajo o cuestiones de salud mental».

A colación de esa confrontación entre intereses empresariales y laborales, menciona que «defender los derechos de los trabajadores no tiene por qué ir en contra de los negocios». En concreto, apunta a que «los empresarios de las pequeñas y medianas empresas deberían dejar de mirar a los empleados como el foco de sus problemas y verlos como aliados», porque para el sindicalista el verdadero frente que les debería de preocupar son «las multinacionales que por poco se llevan la mayoría del beneficio». Asimismo, incide en que desde UGT siempre se ha respaldado que «haya reparto de beneficios pero dejando margen para que se puedan afrontar las necesidades que garanticen el futuro de los puestos de trabajo».

Pepe Álvarez ha abordado otras cuestiones durante su presentación. Ha aprovechado para reclamar el fin de los conflictos tanto de Gaza como en Ucrania porque «en el siglo XXI los dramas humanos habría que evitarlos a toda costa». También ha destacado la importancia de las próximas elecciones Europeas, a las que ha tildado «de muy importantes». Igualmente la cita con las urnas de este fin de semana en Cataluña, que cree que está «en un nuevo ciclo» ya que «el proceso que se ha hecho va a reintegrar» a la comunidad.

Asimismo, a preguntas del público presente, ha contestado que cree que el periodo de reflexión de cinco días que se tomó el presidente «sí sirvió porque hemos visto que es un hombre de carne y hueso» y porque, según él sindicalista mantiene, «ha podido pensar y ha decidido que quiere continuar con más fuerzas». Eso sí, ha criticado cierta inactividad del Ejecutivo desde las elecciones, aunque también lo achaca a que «en este país llevamos mucho tiempo en el que se vota y no se reconoce el resultado».

Por último, respecto a si seguirá al frente de UGT, Álvarez ha reconocido que al tener 68 años «estoy en una edad en la que parece que lo razonable sería pensar en la jubilación» y además está satisfecho de la gestión que ha realizado porque «he hecho todo en el sindicato», pero precisamente por eso adelanta que «hará lo mejor para la organización» por encima de sus intereses personales, y que deberá tomar una decisión al respecto que emplaza «en septiembre u octubre».