El proyecto supone situar a la fábrica a la vanguardia tecnológica del sector y permite seguir proveyendo de servicios a los clientes de todo el grupo a nivel mundial, asegurando el futuro de la planta cántabra.
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Comienzos
La planta de San Felices es la filial española del grupo y data de 1978. Está considerada centro de competencia a nivel mundial para las actividades de mecanizado y cincado.
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Fracturación
En 2016, las ventas del grupo llegaron a 882 millones de euros, de los que 64 millones corresponden a la planta cántabra.
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Plantilla
Actualmente la fábrica cántabra emplea a 230 personas y exporta el cien por cien de su producción.
El Gobierno regional ha valorado, además, «la huella económica y fiscal» que genera la instalación para la región en términos agregados (efectos directo, indirecto e inducido), que pasará de 99,6 millones de euros previstos para 2017 a 155,6 millones de euros estimados para 2022. Actualmente la plantilla está integrada por 230 trabajadores.
El 26 de junio de 2017 Chasis Brakes International Spain solicitó a Sodercán apoyo institucional y financiero para afrontar la fuerte inversión que requiere su conversión en un TIER1, es decir, en un proveedor directo a fabricantes de automóviles. Esto lleva asociado un plan de actuaciones de I+D para el periodo 2017-2018.
La condición de proveedor directo permitirá asegurar, según destacó el Gobierno cántabro, además del futuro de la planta, «el desarrollo industrial y tecnológico de otras empresas de la región que colaboran habitualmente con ella, generando riqueza y bienestar social» en una zona de especial interés como la Cuenca del Besaya. También contribuirá a «mejorar la solidez de la industria cántabra desde uno de los sectores más relevantes», la automoción.
La filial española de Chassis Brakes International trabaja en el suministro de sistemas de frenado innovadores para la industria de automoción, opera en una veintena de centros de ingeniería y fabricación y tiene presencia en los cinco continentes. Además, es uno de los tres mayores fabricantes de frenos para la industria del automóvil a nivel mundial. El centro productivo de Cantabria exporta el cien por cien de su producción.
Robotización
La capacidad anual instalada es de 15 millones de piezas mecanizadas y de 20 millones de piezas cincadas a lo que contribuye un alto grado de robotización de todos los procesos, con 6.000 colaboradores en plantas ubicadas en Europa, China, India, Brasil, Australia y Tailandia. Los principales clientes son Citroën, Peugeot, Ford, BMW, VW y Toyota.
Con la aportación de la Administración regional, el Ejecutivo participará en el proyecto para la conversión de la fábrica cántabra como proveedor directo a fabricantes de automóviles. La instalación trabaja en el tratamiento superficial de componentes para frenos de disco, que son posteriormente enviados a las fábricas del grupo para monta y venta a los fabricantes de coches.
A finales del año pasado, el director de la factoría de San Felices de Buelna, Antonio Monteiro, anunciaba la puesta en marcha de un proyecto en 2017 para homologar la línea de producción y validar los procesos que se tienen que seguir con la idea de comenzar la entrega de los primeros frenos, montados al completo, en enero de 2018.
Las previsiones empresariales pasan por capear los dos o tres próximos años para recuperar mercado e ir creciendo con ese horizonte de 2022 en cuanto a crecimiento de plantilla superando los mejores momentos de la planta cántabra. Para ello ya se han comprometido algunos contratos con clientes automovilísticos.
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