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El comité de empresa de Teka en la planta de Cajo, situada en Santander, ya ha dado respuesta a la decisión de la compañía de despedir a dos trabajadores de la factoría, que casualmente conforman un matrimonio de 56 y 54 años, respectivamente, que ... llevaban desarrollando durante décadas sus labores profesionales en el centro productivo, tal y como explicó ayer El Diario.
La representación social, tras entrevistarse ayer con la Dirección de Recursos Humanos de la factoría y celebrar hace unos minutos un encuentro entre sindicatos para consensuar la hoja de ruta, arrancará movilizaciones la semana próxima. En concreto, plantea una huelga de carácter indefinido hasta que la compañía reconsidere su decisión. Teka, por su parte, sustenta estas dos salidas en «causas objetivas» ligadas a criterios económicos.
El presidente del comité, Luis Fernández (UGT), así lo confirma a este periódico. «Todavía no tenemos el día fijado, pero a partir de la semana próxima empezaremos con una huelga indefinida hasta que la empresa recapacite. Imagino que nos sentaremos en el Orecla (Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales) a hablar y tendremos que ver cómo reacciona la empresa. Nuestra intención es revertir la situación y hacer ver a la empresa que no puede hacer cualquier cosa. Ya son muchos años perdiendo derechos», critica.
En paralelo, los sindicatos remitirán una carta a la cúpula del Grupo para mostrar «nuestro malestar y hacerle ver que no se pueden permitir estas cosas que hacen».
El comité ha colgado un comunicado en la fábrica en el que resalta que «creemos que es el momento de que la plantilla de Teka Santander permanezca unida para pelear por nuestros puestos de trabajo, ya que dicha unión es lo único que nos dará la fuerza necesaria tanto ante estos hechos como ante futuros problemas o negociaciones en los meses venideros».
La plantilla visibilizó este lunes la problemática con una concentración a la entrada del recinto industrial. Según los afectados, ambos recibieron una llamada el pasado viernes a las 14.15 horas para poner fin a una relación laboral que se extendía 36 y 22 años en la factoría, respectivamente. «No sabemos exactamente qué ha pasado. Ha entrado gente nueva a los departamentos. Nos han despedido a los dos sin mediar nada y sin informar al comité. Nos llamaron y nos dijeron que estábamos despedidos los dos por causas objetivas, motivos económicos», informó ayer el trabajador a este periódico.
No sólo eso. «Nos dijeron que desde el Grupo habían solicitado la eliminación de dos puestos indirectos, a lo que preguntamos si de todos estos puestos en la fábrica tenían que ser los dos que conformaban un matrimonio», completó.
Ambos habían tratado años atrás, en 2012 cuando la planta de Cajo se enfrentaba a otra crisis con un ERE encima de la mesa para despedir a 198 personas, de diversificar su actividad. Para ello pusieron en marcha una granja de alpacas en Llanos de Penagos, un proyecto que incluso dio lugar a un programa de visitas para observar los ejemplares. Los empleados dudan de que este sea el motivo de la salida de Teka, pues desde la pandemia mantenían la instalación como afición.
Según fuentes sindicales, la empresa estaba hablando sobre un posible plan de prejubilaciones. Sin embargo, esta medida, sin consensuar con el comité, cayó por sorpresa en la fábrica.
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