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Phone & Fun acelera su liquidación y cierre. La empresa de 'contact center' con oficinas en Santander, que pidió en septiembre el concurso de acreedores y que arrastraba impagos a la plantilla, no tendrá una segunda vida. Los administradores concursales han agilizado el proceso e ... incluso han pactado un acuerdo con la representación social para proceder a un despido colectivo que afectará a la totalidad del personal, unos 320 empleados.
El contenido de dicha resolución deberá ser refrendado ahora por el Juzgado de lo Mercantil de Santander. A partir de ahí, los afectados tendrán que acudir al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) para percibir las cantidades pendientes de cobro, desde la indemnización por despido hasta los atrasos correspondientes, parte del final de la organización, toda vez que el personal tenía una infinidad de demandas en los tribunales por reclamaciones que estaban empezando a arrojar sentencias favorables a los trabajadores.
Los administradores concursales, una vez tomaron posesión del cargo, han dedicado unas semanas a sondear y buscar grupos empresariales que pudieran estar interesados en quedarse con Phone & Fun. Sin embargo, dichas gestiones han resultado infructuosas, por lo que se ha procedido a agilizar todos los trámites para que los empleados puedan desvincularse de la compañía, solicitar al Fogasa sus cantidades pendientes y poder buscar una nueva vía laboral.
Según explicó este periódico en septiembre, cuando la situación de la empresa de atención telefónica desembocó en el anuncio de insolvencia, la clave de la deriva había que buscarla en sede judicial. La compañía se enfrentaba a más de 300 demandas de su plantilla por atrasos previos, por un importe que superaba los 1,5 millones de euros. Así lo confirmó en su momento la secretaria general de la Federación de Servicios de CC OO, Marta Careaga, al ser consultada respecto a la situación de la compañía. De hecho, el sindicato registró en bloques de cinco las diferentes demandas, que estaban empezando tras el verano a arrojar sentencias favorables para los trabajadores. CC OO seguía con atención la evolución de la empresa, que cuenta con Orange como cliente principal.
Fuentes de UGT completaron en octubre, momento en que finalmente el Juzgado aceptó la solicitud de insolvencia y declaró el concurso de acreedores, que la organización seguía funcionando con normalidad y pagaba las nóminas. Phone & Fun saltó a la actualidad tras comunicar a su plantilla que sólo podría abordar la mitad de la nómina de agosto. Unos días después anunció la presentación del concurso.
La empresa, cuando fue cuestionada por el Gobierno de Cantabria respecto a sus problemas, trasladó que el origen de sus tribulaciones había que buscarlo en la modificación del artículo 66 de la Ley General de Telecomunicaciones que prohibe las llamadas comerciales antes de las nueve de la mañana y después de las nueve de la noche. Estas llamadas suponen el 50% del negocio de la empresa, por lo que hace inviable la continuidad, adujo la compañía.
No obstante, la propia Careaga, en una entrevista en El Faradio, rechazó tal argumento al sostener que en esa franja horaria «la empresa está cerrada».
En paralelo, un proceso de concentración del sector que obliga cada vez más a unificar centros de trabajo. En esta situación se halla la plantilla de Digitex en Maliaño, pendiente de la resolución definitiva en sede judicial del expediente de traslado colectivo de toda la plantilla a Andalucía y Cataluña, que se saldará con despidos al no aceptar la mudanza.
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