
Ver 12 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 12 fotos
El optimismo despertado el lunes con el anuncio del comité de Aspla en relación a una mayor moderación de sus reivindicaciones en pos de un ... acuerdo quedó segado ayer en seco. La expectación generada por la reunión convocada a primera hora en la fábrica entre sindicatos y Dirección tornó en apenas cuatro horas en pesimismo después de que el cónclave se saldara sin avances y nuevas acusaciones. El conflicto laboral por la renovación del convenio colectivo afronta hoy la decimoctava jornada consecutiva de huelga en las fábricas de Torrelavega y Reocín, con la producción totalmente detenida.
Lejos de que esa 'flexibilización' de la postura sindical coadyuvara a desatascar la situación, el comité denunció que «en vez de en una negociación» el proceso se está convirtiendo en un «chantaje». Desde el punto de vista de la Dirección, la sensación es de malestar ante lo que entienden como una postura inamovible de su plantilla, en especial en la exigencia de garantizar el 100 del IPC real, algo que ya ha venido insistiendo en que no puede garantizar de forma ajena al desarrollo del negocio.
De hecho, Aspla lamentó en un comunicado «la irresponsabilidad» del comité y avanzó sus temores en relación a que «no alcanzamos a ver cómo va a finalizar la actual situación, por mucho que nuestra pretensión sea la de minimizar los graves daños que se están causando».
Los trabajadores acudían a la cita con alguna rebaja en sus exigencias. La primera, aceptar una vigencia de convenio a cuatro años, tal y como proponía Aspla, frente a los tres a los que querían atarse los empleados. Así las cosas, se ofertó una reducción de jornada de cuatro horas anuales al tercer ejercicio y otras tantas para el cuarto. La plataforma de negociación sindical igualmente espació sus peticiones en cuatro años, con valores similares, según detalló en su habitual comunicado diario.
Ataques La Dirección acusa al comité de «inmovilista» y de querer politizar la problemática laboral
Quejas sindicales La representación social sostiene que el proceso negociador está derivando en un «chantaje»
Sin embargo, en el 'meollo' de la negociación, la revisión salarial acorde al IPC real de cada año, así como la retroactividad en los pagos, no se han producido novedades, por lo que el asunto sigue bloqueado. Las diferencias en este aspecto, el fundamental del problema al tratarse el ámbito económico, siguen prácticamente como al inicio. Los trabajadores no quieren perder poder adquisitivo, mientras que la empresa incide en que esa garantía tiene que estar ligada a la consecución de unos resultados, a día de hoy inciertos por el nuevo impuesto al plástico introducido desde el 1 de enero.
Como agravante, el comité afeó que la compañía ha propuesto ampliar la ultraactividad del convenio a seis meses a cambio de retirar tres pleitos pendientes de resolver, lo que a juicio de la representación social es un «chantaje». La ultraactividad es la prórroga automática de dicho convenio cuando este pierde su vigencia, en caso de haber terminado sin acuerdo el plazo máximo de un año de negociación entre trabajadores y empresas para llegar a uno nuevo. En el caso de Aspla, justo ahora se va a cumplir un año desde que expiró el documento.
Aspla no ve así la situación y entiende que ya ha ido haciendo esfuerzos para acercarse a las reivindicaciones de su personal, no sólo en estas tres semanas, sino durante las reuniones ordinarias para negociar el convenio.
Como última muestra, el incremento salarial del 2,7% en el segundo año o el descenso en el límite de beneficios para garantizar el 100% del IPC. Como complemento, la mejora en el plus de nocturnidad.
Además, cargó de nuevo contra el comité: «Persiste con una actitud continuista y contraria al diálogo, como lo ha hecho a lo largo de todo el proceso de negociación. Un proceso que comenzó en mayo de 2022, con pretensiones económicas equivalentes a un incremento salarial para el primer año de alrededor del 20%, lo cual hacía imposible cualquier intento de aproximación; con una parada de dos meses en las negociaciones a solicitud del Comité, y con una dilación en las conversaciones que claramente pretendía politizar un conflicto laboral. Estas actitudes desproporcionadas e inmovilistas continuadas durante toda la negociación ponen de manifiesto cuál es la parte interesada en su bloqueo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.