GSW convierte en rutina las paradas de la fábrica y cierra cuatro días desde el viernes

La compañía ha asimilado ya está práctica de los parones como una conducta habitual en su operativa ordinaria, pues en los meses previos igualmente se ha visto obligada a cerrar la fábrica por unos días por las mismas circunstancias. Tan sólo quedan exonerados del ERTE el departamento comercial; el área de compras de chatarra; el comité de Dirección; retenes de seguridad y servicios mínimos de Recursos Humanos; las jubilaciones parciales; y aquellos trabajadores que disfruten de permisos, vacaciones o días; así como todos aquellos empleados en situación de incapacidad temporal.

La situación, por tanto, parece haber pasado de lo coyuntural a lo estructural. En esa «falta de pedidos rentables» que enarbola la compañía integrada en el Grupo Celsa influyen diversos factores. Por un lado, los costes energéticos, aunque en las últimas semanas se han relajado considerablemente. Por otro, la atonía que presenta el sector de la automoción, uno de los clientes 'premium' de la fábrica cántabra, que tiene en esta industria un nicho claro para sus aceros de alto valor añadido. En consecuencia, los márgenes se estrechan, hasta el punto de que no merece la pena producir, como se viene repitiendo en los últimos tiempos.

No obstante, en relación al expediente temporal sí que existe cierta controversia. Al menos así se desprende de la solicitud presentada por el sindicato USO ante el Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales, (Orecla), registrada antes de conocerse esta nueva parada que ya se ha comunicado al comité de empresa.

La mediación deberá dirimir si se está produciendo un agravio comparativo con otras empresas del Grupo Celsa, que sí están complementando a sus plantillas cuando tienen que recurrir a sus respectivos ERTE.

En el caso de GSW, se acordó entre Dirección y sindicatos que siempre que se produjera una parada total de la actividad no se complementaría la prestación de desempleo de la plantilla. USO, en su escrito ante el Orecla, entiende que el espíritu de aquel acuerdo tenía un carácter 'excepcional' y no rutinario como se está empleando, por lo que observa «mala fe» en el comportamiento de la organización sin querer mejorar las retribuciones del personal cuando está en días de regulación laboral.

A este respecto, sostiene que en los tres primeros trimestres se ha incrementado producción como facturación. A más, aduce que «la falta de pedidos rentables» no encaja en el requisito exigido para que no se complementaran las prestaciones según se recogía en la prórroga del ERTE firmada a comienzos de año. En consecuencia, la mencionada demanda de conciliación de conflicto colectivo y reclamación de cantidades.

La cita en el Orecla tendrá lugar el próximo 5 de diciembre. A diferencia de otras sociedades de Celsa, GSW acabó 2021 con unos robustos beneficios, motivo en el que se apoya USO para llevar a cabo su reclamación.

Como ya es sabido, la industria electrointensiva se encuentra en momentos de dificultad. No sólo GSW ve condicionada su actividad. Ferroatlántica lleva cerrada desde finales de agosto. Reinosa Forgings & Castings, por el momento, ha adelantado trabajo en noviembre.