Copsesa y RIC Energy firman la compra de los terrenos de Sniace

No en vano, la operación se ha venido retrasando más de lo previsto inicialmente, especialmente por la demora en el plan de descontaminación y achatarramiento del propio complejo productivo de Sniace, unos trabajos que todavía continúan cuando la previsión inicial era que estuvieran finalizados en torno a junio. Las labores actuales se centran en el entorno de la depuradora pero no concluirán ahí. Sin ir más lejos, ya se ha aprobado la demolición de la icónica caldera que empleaba la cotizada en Torrelavega para su producción de fibra y celulosa.

RIC Energy, promotor de desarrollos renovables; y su socio local, la constructora cántabra Copsesa, depositaron las cantidades que ofrecieron en las subastas de hace ya casi año y medio. En concreto, en aquel momento pujaron 6,2 millones, impuestos aparte, por la mayor finca del complejo, donde se enclavaba el centro fabril de Sniace, un activo valorado en el plan de liquidación en poco más de 30 millones. En paralelo, la alianza empresarial también resultó adjudicataria de un segundo lote valorado en más de 1,8 millones, por 525.000 euros más impuestos. Este espacio tiene capacidad de uso terciario y, de hecho, había atraído el interés de otras sociedades para poder levantar un centro comercial.

La confirmación de la nueva propiedad con la escrituración de los suelos viene a reforzar la certidumbre en torno al proyecto del hidrógeno verde, tremendamente complejo tanto por la ambición del mismo como por los diferentes desafíos tecnológicos y normativos que aún rodean a esta fuente energética para consolidarse como palanca de la industria europea. Los nuevos dueños continúan haciendo gestiones ante los diferentes organismos involucrados en la tramitación de la actuación, desde el Gobierno de Cantabria hasta la Confederación Hidrográfica, pasando por Red Eléctrica, entre otros. Es probable que el plan pueda verse matizado durante la primera mitad de 2025.

Con todo, antes de que el nuevo proyecto coja velocidad debe cerrarse definitivamente la etapa de Sniace. Este ha sido uno de los principales asuntos de debate entre los inversores y los administradores concursales. Copsesa y RIC Energy, como explicaron a El Diario en verano, cuando se cumplió un año de la celebración de las subastas, estaban trabajando en paralelo a la espera de que el Ejecutivo regional pudiera clausurar todas las autorizaciones ambientales de Sniace. Sin que estas estén liquidadas no podrá arrancar el proceso para otorgar nuevos permisos en la zona. En el medio, las diferentes medidas de descontaminación y rehabilitación ambiental marcadas desde la Dirección General de Medio Ambiente, adscrita a la Consejería de Fomento que pilota Roberto Media.

Los empresarios presentaron en sociedad su proyecto hace casi un año. Lo hicieron en un acto público en la propia fábrica, con el respaldo de las principales autoridades locales, incluida la presidenta autonómica, María José Sáenz de Buruaga. Allí hicieron hincapié en que la actuación transcenderá las fronteras nacionales y de concretarse según estaba diseñada la factoría pasaría a ser una de las mayores de la UE, con una inversión final, en una primera fase, de 850 millones, por encima de lo que se había estimado inicialmente.

Una cuantía para la que RIC y Copsesa confían no sólo en captar fondos europeos, sino que contemplaban introducir socios foráneos en el consorcio que permitieran sufragar la iniciativa. En la otra cara de la moneda, la creación de puestos de trabajo: 250 empleos. Todo un balón de oxígeno para el Besaya en caso de confirmarse la hoja de ruta, que ahora despeja de la ecuación una de las principales cuestiones pendientes.