«La crisis ha cambiado la estrategia de transformación inteligente de los territorios»

–¿Cómo definiría un Territorio Rural Inteligente?

–Desde la Consejería de Economía de la Junta de Andalucía venimos impulsando desde 2015 la iniciativa AndalucíaSmart como modelo de desarrollo inteligente basado en tres principios: garantizar la cohesión del territorio, la colaboración entre las instituciones y entidades que venimos a constituir el ecosistema inteligente, y la sostenibilidad técnica y económica de las actuaciones a desplegar. Para Andalucía, por desarrollo inteligente entendemos el proceso de las ciudades y territorios que deciden afrontar un cambio organizativo, tecnológico, económico y social, con la visión de transformarse en unas ciudades dinámicas, capaces de responder con eficiencia y calidad a los nuevos servicios que les demanda la ciudadanía. Este proceso de transformación va en ocasiones más allá de los límites del municipio o la ciudad, y es ahí donde entra el concepto de territorio inteligente, que en AndalucíaSmart lo identificamos como aquellas zonas o regiones de ámbito superior al municipal, capaces de construir sus propias ventajas competitivas en relación con su entorno, para el desarrollo de un proyecto tecnológico de interés común a todos ellos. El territorio inteligente puede llegar a integrar todo tipo de espacios, constituyendo un sistema policéntrico de ciudades: ciudades medias, cascos históricos, espacios naturales, núcleos de interés económico-social, núcleos rurales, núcleos de acceso al territorio y otros.

–¿Cuáles son los desafíos inteligentes que se presentan en el entorno rural?

–Andalucía cuenta con una enorme dispersión en su territorio y esto implica que sus ayuntamientos cuentan con menores recursos económicos y técnicos que las grandes ciudades y los núcleos metropolitanos para afrontar los retos de transformación inteligente que demanda la sociedad actual; pero los retos son similares, y podemos centrarlos en cuatro grandes bloques: las personas, donde los núcleos rurales deben esforzarse para hacer llegar sus servicios a la sociedad en condiciones de igualdad; los servicios públicos, donde la ciudadanía exige servicios útiles y de máximo valor gestionados con austeridad y eficacia; la economía, donde el municipio debe saber poner en valor sus sectores productivos o diferenciales; y el entorno, apostando por el medio natural y el urbanismo sostenible como elementos clave para lograr modelos de ciudad verdaderamente inteligentes.

–AndalucíaSmart busca impulsar el desarrollo inteligente de ciudades y municipios de la comunidad autónoma, ¿es distinta esa hoja de ruta a seguir cuando hablamos de entornos rurales?

–Cualquier modelo de desarrollo o transformación inteligente de un territorio amplio como es Andalucía, debe contemplar la perspectiva de la cohesión territorial, la sostenibilidad de sus actuaciones y la colaboración entre todo el ecosistema que participa en su desarrollo, para hacerlo verdaderamente eficiente. Para ello hay que apostar por la creatividad y la innovación para definir y diseñar los servicios que destinamos a la sociedad, así como por el uso de las tecnologías, bien disruptivas, bien maduras, pero siempre como un medio para diseñar nuevos modelos de servicio y de negocio de calidad, y por último, pero igual de importante, hay que asegurar la igualdad de oportunidades en todos los programas y actuaciones que se pongan en marcha, para garantizar la cohesión territorial y el desarrollo de las personas.

–Hablar de innovación y tecnología en el medio rural nos lleva a términos como la agrotecnología, sin embargo, los TRI se basan en otras áreas de actuación como el turismo, las personas o el medio ambiente, ¿es necesario que las administraciones públicas impulsen políticas a estos ámbitos de actuación? ¿qué tipo de políticas?

–Nosotros ya lo estamos haciendo; el Plan de Acción AndalucíaSmart tiene cuatro objetivos estratégicos, uno de ellos hace referencia expresa al impulso de la actividad I+D+i en el contexto de tecnología, productos y servicios destinados al desarrollo de las ciudades y territorios inteligentes, contando para ello con acuerdos estratégicos con grandes empresas tecnológicas que faciliten a empresas y emprendedores el acceso a entornos de desarrollo de soluciones, validación y testing de los productos, realización de experiencias piloto, etc.

–¿Es necesaria una mayor innovación y digitalización de la administración para facilitar la vida en los pueblos y luchar así contra la despoblación rural? ¿En qué líneas?

–Las administraciones públicas deben estar en permanente proceso de innovación para lograr la máxima eficiencia en la prestación de sus servicios; el objetivo último es alcanzar la excelencia. Podemos adelantar que nos encontramos en proceso de elaboración de una ambiciosa estrategia que hemos venido a denominar Andalucía es Digital, y cuyos principales retos se han organizado en cinco áreas de actuación: 'Competencias Digitales', para las medidas de apoyo al conocimiento y habilidades necesarias para la población andaluza para interactuar con el entorno digital; 'Empresa Digital', con medidas dirigidas a que las empresas se sumen a la revolución digital y aprovechen las oportunidades y beneficios de la digitalización para hacerse más competitivas; 'Startups e Innovación Empresarial', ya que Andalucía necesita más startups y empresas que generen servicios y productos de alto valor añadido, y convertirse en una región de referencia para el emprendimiento tecnológico e innovador; 'Ecosistema Inteligente', con el objetivo de que Andalucía disponga del mejor entorno habilitante para impulsar la transformación digital en todo el territorio; y por último, la de 'Ciberseguridad' con medidas para que el entorno digital a construir sea seguro y confiable para administración, ciudadanos y empresas.

–¿Qué consecuencias económicas y sociales está suponiendo la crisis del covid-19 en el entorno rural?, ¿se han vuelto más atractivas las zonas rurales?

–Es pronto para evaluarlo, pero lo que sí podemos decir es que esta crisis ha empezado a cambiar la visión y preferencias políticas de nuestros ayuntamientos y diputaciones a la hora de diseñar su planificación estratégica de transformación inteligente de sus ciudades y territorios, y ya estamos empezando a observar cómo en muchas de estas entidades locales que se encontraban en proceso de formulación y aprobación de estos planes de ciudad, sus programas y actuaciones prioritarias de desarrollo inteligente se están reorientando a todo lo que suponga la reactivación de las economías locales, como pueden ser las áreas del turismo, la cultura o el comercio.

–¿Cuál es el principal obstáculo para fijar población en los pueblos?

–En Andalucía, en aquellos casos donde la población decrece, la principal causa es la ausencia de oportunidades de empleo. Andalucía cuenta con una tasa de paro del 21,2%, casi 7 puntos más alta que la de España, y es precisamente la población joven en edad de empleo activo la que se ve obligada a abandonar sus pueblos de nacimiento y desplazarse a las capitales de provincia y a otras comunidades autónomas con mayores oportunidades laboral.