Defensa de la actividad económica

La primera reunión de empresarios vinculada a la Cámara de Comercio de Santander fue el 23 de septiembre de 1886, en la sala de actos del Ayuntamiento de la ciudad. Se había creado una comisión para la constitución de la entidad, aprobar un proyecto de reglamento de régimen interior y elegir su primera junta directiva: el primer presidente fue Ángel Bernardo Pérez, con Estanislao Abarca en la vicepresidencia. ¿Qué se requería entonces para pertenecer a la Cámara? Ser español, comerciante, industrial o naviero por cuenta propia con cinco años de ejercicio, pagar contribución directa al Estado y contribuir al sostenimiento de la institución con la cuota que se fijara en el reglamento.

El 'Boletín de Comercio de Santander', una de las cabeceras regionales más leídas entonces, relataba los fines de la Cámara: «Pedir o proponer al Gobierno las reformas, beneficiosas para el comercio, la industria y la navegación. Proponer la ejecución de obras o el establecimiento de reformas de los servicios públicos. Dirigir y organizar las exposiciones comerciales y de industrias terrestres o marítimas. Procurar la uniformidad de los usos y prácticas mercantiles. Resolver como jurado las cuestiones o diferencias que sometan a su decisión los comerciantes, industriales o navieros. Fomentar la enseñanza en los ramos aplicaciones de su institución. Deducir entre los tribunales las acciones criminales, para la persecución de los delitos contra sus intereses». A don Ángel Pérez le sucedieron en la presidencia esos primeros años Antonio Fernández Baladrón, Leopoldo Pardo, Ramón López Dóriga, Ramiro Pérez Eizaguirre, Leonardo Corcho y Ángel F. Pérez Eizaguirre.

En 1911 se instauró en España un modelo europeo que se basaba en la adscripción obligada a las cámaras correspondientes de los empresarios o personas vinculadas a las actividades empresariales. Dios años más tarde se creó la Cámara de Comercio de Torrelavega para su ámbito local, manteniendo la de Santander la jurisdicción sobre la capital y el resto de la provincia. Desde entonces presidieron la entidad santanderina, sucesivamente, Eduardo Pérez del Molino y Rosillo, Luis Pereda Palacio, Manuel Prieto Lavín, Eduardo Pérez del Molino Herrera, José Saro Martínez, Isidoro Vergara Zubiri, Pedro Pérez del Molino Pombo, Modesto Piñeiro Ceballos, Fernando Correa y Jesús de las Cuevas. Entre los presidentes, Pedro Pérez del Molino, Modesto Piñeiro y Fernando María Pereda fueron merecedores del máximo reconocimiento otorgado por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España, la Medalla de Oro al Mérito de las Cámaras de Comercio.

La historia de nuestra región, con sus luces y sombras en todo ámbito, incluido por supuesto el económico, tiene entre sus protagonistas a la Cámara de Comercio, muchas veces en la tensión entre los intereses mercantile's y las actuaciones políticas. La propia entidad recuerda en su web uno de los acontecimientos ciudadanos más notables que organizó, bajo la presidencia de Eduardo Pérez del Molino, un ya lejano 7 de abril de 1933, en defensa del ferrocarril Santander-Mediterráneo: una manifestación de más de cuarenta mil personas ante el Gobierno Civil para reivindicar un proyecto que hubiese resultado vital para nuestra economía.

Lo cierto es que el fallido proyecto revela muy bien el papel en que los gobiernos centrales han solido tener a la provincia de Santander o C.A. de Cantabria. La Cámara ha intervenido e interviene en múltiples estímulos, hasta el punto de que un simple listado de los más relevantes ocuparía más de esta página. Baste citar la creación del Depósito Franco de Santander, la electrificación del ferrocarril de Alar-Santander, la instalación y ampliación del aeropuerto de Santander y la consecución del Polígono Industrial de Guarnizo.

La Cámara tiene su sede en el número 5 de la plaza Velarde en Santander. Pero, como no puede ser de otra forma en toda entidad centenaria santanderina que se precie, su domicilio no ha sido siempre el mismo. El primero fue en la antigua calle Eugenio Gutiérrez, 3, y, a partir de 1940, en la calle San José, 18. Después del incendio de la ciudad, se trasladó al Club de Regatas, pero regresó a los pocos meses a la calle San José. Más tarde estuvo en el número 19 de la calle Calvo Sotelo. En abril de 1956 se trasladó definitivamente al actual emplazamiento en uno de los laterales de la plaza Porticada.

Una ley de 1993, que actualizaba la ya lejana de 1911, adaptó la realidad empresarial al nuevo marco autonómico y de pertenencia española a la Unión Europea. Posteriormente ha habido nuevas reformas legislativas en el ámbito económico para la racionalización del gasto, el crecimiento de la competitividad, de creación de empleo, etc. La citada ley de 2014 ha pretendido impulsar las Cámaras como entidades de prestación de servicios y búsqueda de resultados. Desde 1998 preside la Cámara Modesto Piñeiro García-Lago. En su organigrama, además de presidente, secretario general y director general, se representan la formación y empleo, el comercio exterior, la creación de empresas, la administración y los servicios administrativos, la informática y las comunicaciones y la comunicación y la imagen corporativa. La Cámara de Comercio de Cantabria ha ejercido y ejerce como consultora de las administraciones públicas. Participa en seis sociedades y está representada en más de una veintena de entidades y organismos.

Son numerosas las actividades que realiza. Desde marzo de 2000 edita la revista 'Cámara Cantabria'.