![El chef Joan Roca, Gonzalo Rodríguez –BBVA– y la psicóloga Laura Rojas Marcos, ayer, con el corresponsal económico de Vocento, Manu Alvarez.](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202205/31/media/cortadas/bbva-kxCI-U170274752491bPC-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
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Diversos estudios sostienen que la gestión del dinero es la segunda causa de estrés y ansiedad entre la población. La angustia de no poder ahorrar para hacer frente a hipotéticos imprevistos, no saber si se llegará a final de mes, o si alcanzará para vivir más o menos dignamente con la pensión de jubilación futura, tiene a menudo un impacto negativo en la salud de las personas.
Alcanzar el bienestar personal depende en buena medida de otro tipo de salud, en este caso la financiera. Sobre cómo gestionar de forma adecuada la economía doméstica y hacer de los buenos hábitos financieros un estilo de vida trató el encuentro organizado por BBVA y Vocento en la sede del banco en la bilbaína plaza de San Nicolás.
En el coloquio –presenciado por alrededor de un centenar de invitados– participaron Laura Rojas Marcos, doctora en Psicología Clínica, Forense y de la Salud; Joan Roca, chef del Celler de Can Roca; y Gonzalo Rodríguez, jefe de Desarrollo de Negocio de BBVA en España y Portugal. Las preguntas corrieron a cargo de Manu Álvarez, corresponsal económico de Vocento.
La salud financiera, lejos de ser un concepto complejo, «se resume en tres cosas muy sencillas», según Gonzalo Rodríguez: «tener un nivel de deuda asumible, un equilibrio adecuado entre ingresos y gastos, y ahorrar una pequeña parte a final de mes para contar con un colchón financiero ante cualquier imprevisto». En definitiva, pasa por «anticiparse, planificar (a corto y largo plazo) y crear hábitos como el del ahorro».
Al igual que en el terreno de la salud física contamos con unos parámetros que nos indican el estado del paciente (tensión, nivel de colesterol, azúcar, falta de vitaminas, etc.), ¿cuáles utilizar para medir la salud financiera? El experto del BBVA propone tres reglas.
Una primera es la del 50-30-20, referida a la distribución porcentual de ingresos. No debemos dedicar más del 50% a los gastos fijos (agua, suministros energéticos, hipoteca, alquiler, colegio, gasolina, etc.); los gastos discrecionales, entendidos como los del ocio (viajes, comidas en restaurantes, cine, espectáculos, etc.), no han de superar el 30%. Y el 20% restante habría que dedicarlo, en la medida de lo posible, al ahorro.
La segunda regla tiene que ver con nivel «sano» de endeudamiento: no debería ser mayor al 35% de los ingresos domésticos mensuales. Y por último, tener un pequeño colchón para afrontar cualquier gasto imprevisto. Ese salvavidas, subraya Rodríguez, debería permitirnos cubrir seis meses de gasto.
Como en toda patología clínica, la clave para evitar el sufrimiento ocasionado por la gestión del dinero está en la prevención. En este caso, según Laura Rojas Marcos, «en contar con la información y la educación financiera adecuada». Recuerda cómo su primera cuanta corriente se la abrió su padre –el reconocido psiquiatra Luis Rojas Marcos– «a los 12, 13 años. Y me explicó qué es lo que significaba».
Un asunto, el de la educación financiera, más desarrollado en países como Estados Unidos, en el que Rojas Marcos pasó parte de su infancia, y «una asignatura pendiente en España». «Aunque nunca es tarde. Yo confío en que se pueda conseguir», dice.
A la hora de llevar un negocio esa cultura de gestión del dinero choca muchas veces con el deseo de ofrecer el mejor producto al precio más ajustado posible. Una lucha que tiene que librar a diario Joan Roca, que junto a sus dos hermanos gestiona el Celler de Can Roca, uno de los restaurantes más prestigiosos del mundo.
Roca desmiente en parte la muy extendida creencia de que los establecimientos gastronómicos de alta gama como el suyo están abocados a la ruina. «Si no, no habríamos cumplido 36 años», se sincera. No es nada fácil, reconoce, pero sí posible. El secreto reside en encontrar «ese equilibrio entre la parte romántica del cocinero y la más práctica del empresario». Y en generar alrededor del restaurante «pequeños negocios complementarios».
Además, los hermanos Roca han sido «pioneros» a la hora de implantar «la doble brigada para que los equipos de trabajadores hagan las horas que les toque, y de contratar una psicóloga que les ayude a gestionar sus emociones y cuidarlos desde el punto de vista emocional».
El ciudadano, como consumidor de alimentos, también debe contar con un conocimiento que le procure una mejor gestión de su economía y al mismo tiempo contribuir a un futuro «más sostenible», considera Roca. «Por eso es importante saber qué comprar, qué es lo que necesitamos, cómo cocinarlo… Todo eso influye en la salud financiera doméstica». Ocurre que, en un mundo tan acelerado como el actual, muchas personas descuidan esa parte de su salud. El prestigioso chef aboga por «enseñar en las escuelas y recuperar el conocimiento que tenían nuestras abuelas» sobre la gestión de los alimentos.
Los maestros y los padres son, según Laura Rojas Marcos, los pilares de una buena educación financiera. La etapa escolar es, a su juicio, «un buen momento» no sólo para adquirir unos buenos hábitos financieros, sino también para aprender «el autocontrol, la gestión de las emociones y la tolerancia a la frustración». Porque «las personas que aprenden a ahorrar desde pequeños van a desarrollar más autoestima y van a tomar mejores decisiones».
Uno de los aspectos más destacables de la salud financiera es que para alcanzarla no hace falta contar con unos ingresos elevados. «Siempre es más difícil cuando son más pequeños», apuntó Gonzalo Rodríguez. «Pero hay mucha gente con ingresos modestos capaces de tener una disciplina de ahorro y una buena salud financiera. Siempre hay una pequeña parte que podemos empezar a ahorrar o tener un equilibrio entre ingresos y gastos. Y con un nivel de deuda aceptable».
Para adquirir esos hábitos de gasto, el experto del BBVA considera imprescindible «educar y concienciar a los clientes de la importancia de que, aparte de tener una buena salud en las finanzas, hay que ahorrar para la jubilación». El siguiente paso es «ponérselo fácil dándole las herramientas y productos necesarios. Que sea lo más sencillo posible».
El cada vez mayor peso del canal digital en las relaciones banco-cliente no debe traducirse necesariamente en un peor asesoramiento financiero. Ni siquiera en uno más despersonalizado. Así lo cree Gonzalo Rodríguez, jefe de Desarrollo de Negocio de BBVA en España y Portugal. A su juicio, la inteligencia artificial es «clave» en esa interacción.
En primer lugar, porque las consultas por vía telemática «liberan» a los gestores de la entidad para otras tareas. Además, los datos –ese bien tan preciado por tantos negocios hoy en día– permiten ofrecer un asesoramiento más personalizado y eficaz.
«De nuestros clientes sabemos la edad, si tienen hijos y cuántos, lo que gastan, en qué gastan. Y eso nos permite dar recomendaciones más individualizadas, y llegar a su vez a más clientes. Y si se trata de operaciones o consultas más complejas, siempre se tendrá el respaldo de un gestor, ya sea en la oficina o en remoto», dice Rodríguez.
El BBVA tiene «más de tres millones de clientes» pendientes de su salud financiera a través del teléfono móvil. La inteligencia artificial permite ofrecerles todo tipo de consejos y recomendaciones para mantener el equilibrio entre ingresos y gastos.
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