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Después de varios meses de trabajo administrativo para la obtención de los pertinentes permisos, los nuevos propietarios de la antigua discoteca Aqua, la empresa Commercial Marine North Coast, ya está en disposición de arrancar con los trabajos para convertir el mítico recinto en ... una nave industrial que albergue la construcción de buques. Así lo confirman desde la firma cántabra Metaltec Naval, que en verano estrenó en Santander la primera embarcación impulsada sólo por energía solar y que forma parte de la corporación que adquirió el centro de ocio al Gobierno autonómico.
Esa transformación del inmueble y su paso de negocio de hostelería a equipamiento industrial implica la desaparición de la icónica pirámide de cristal que era una de las señas de identidad del Polígono de Raos y de la bahía de la capital santanderina. Según los plazos que manejan los empresarios, en dos semanas aproximadamente podrían comenzar los trabajos de demolición.
221.040 costó a Commercial Marine North Coast el complejo que alberga la discoteca.
Concesión La ocupación del terreno se alargó hasta 2065 tras una reforma legal en 2015
Destino El recinto albergará un espacio adecuado para los proyectos navales de los dueños
Unas labores que como igualmente detallan desde Metaltec Naval se prolongarán durante casi dos meses hasta dejar el recinto dispuesto para sus nuevos fines, aunque aún no se ha dado más detalle acerca de la evolución del proyecto futuro.
Commercial Marine North Coast compró en septiembre la pirámide abandonada del puerto de Raos por 221.040 euros. La sala de fiestas -que también se llamó Driza en una segunda etapa- salió a subasta pública por quinta vez en los últimos siete años, aunque en esa ocasión hubo algo distinto. El Gobierno sabía que, al menos, una empresa estaba interesada en ella y, al contrario que los años anteriores, encareció la venta. Aqua pasó a costar un 65% más, con un precio de salida de 305.939 euros, muy lejos de aquellos 185.000 euros con los que el Ejecutivo quiso quitarse de en medio el edificio en 2016.
Los 7.000 metros cuadrados de inmueble, en su día con capacidad para 4.500 personas, se demolerán para construir un espacio adecuado para los proyectos navales de la empresa. El tiempo, el abandono y algunos actos vandálicos han hecho mella en el interior del complejo, aunque su estructura de hormigón armado, hierro y cerramiento de láminas de policarbonato ha resistido bien todos estos años. Ni la propia Administración regional quiso invertir en el edificio para convertirlo en oficinas o almacenes. La restauración que necesitaba lo hacía inviable y, mientras tanto, el Ejecutivo tuvo que hacer frente a los pagos derivados de esa propiedad. La pirámide se levantaba en terrenos pertenecientes a la Autoridad Portuaria y el Gobierno pagó por la ocupación del suelo (20.000 euros al año) además de abonar el Impuesto de Bienes Inmuebles (otros 20.000 euros) al Ayuntamiento de Camargo, municipio donde se encuentra, así como la vigilancia del edificio (25.000 euros). En total, más de 65.000 euros anuales.
En 2015, tras la entrada en vigor de una reforma legal en el Reglamento de Puertos, la concesión de ocupación del terreno se amplió hasta el año 2065. Un aliciente más para la empresa que apostó por hacerse con la propiedad.
La entrada de la piqueta en la sala se producirá 29 años después de su apertura, cuando se convirtió en todo un referente del glamour y ocio nocturno regional. La macrodiscoteca venía a llenar un hueco en Santander en una época -los primeros años 90- en la que no existía ninguno de los tres palacios (el de Festivales, el de los Deportes y el de Congresos) que actualmente pueden albergar eventos multitudinarios. En sus buenos momentos Aqua tuvo una piscina interior, jardines, un pub con zona VIP, cafetería, cocina, lavandería, varias barras de bar y discoteca, así como un escenario para espectáculos con sus correspondientes camerinos.
De hecho, acogió todas las grandes citas que llegaban a Cantabria y fue escenario de los conciertos más importantes. Allí actuaron Miguel Bosé, Martes y Trece, Víctor Manuel y otros muchos artistas de primera línea de aquellos años.
Después, la sala vivió momentos más bajos, aunque continuó siendo solicitada para grandes celebraciones, como las galas de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria, la entrega de premios del deporte de la región o fiestas en Nochevieja que se recuerdan multitudinarias. En 2011 se celebró la última gran fiesta, la elección de Míster y Miss Cantabria, aunque la pirámide ya carecía del brillo de sus primeros tiempos de actividad. Donde hace tres décadas el británico Elton John tocó el piano ahora se armarán buques.
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