La economía cántabra ha caído un 4,3% interanualmente en el primer trimestre, según la Airef

Los datos que siguen llegando de los primeros meses del año reflejan que la deseceleración que se anunciaba es una realidad y que la crisis sanitaria mundial ha sido la puntilla para comenzar la caída. Ayer, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) aportó sis estimaciones después de conocer las cifras de la contabilidad trimestral del INE. Según esa previsión, la economía de Cantabria cayó un 4,3% interanualmente y un 5,3% en relación al trimestre anterior. En ambos casos unas décimas por encima de la media nacional.

La caída del 4,3% en el interanual estimada en Cantabria por la Airef es superior a la del conjunto de España (4,1%) y es la sexta mayor de comunidades autónomas, solo superada por La Rioja (4,8%), Baleares (4,6%), Aragón, Canarias y Castilla-La Mancha (4,4%). La Airef ha realizado esta estimación mediante la metodología denominada Metcap (Metodología de Estimación Trimestral por Comunidades Autónomas del PIB), que ha sido creada por la institución, que ofrece estos datos y su actualización cada trimestre.

En el caso de la tasa intertrimestral, esto es en comparación con el trimestre anterior (el cuarto de 2019), la caída de media del PIB en España ha sido del 5,2% mientras que en Cantabria se estima un descenso del 5,3%, igual que el estimado para Aragón, Comunidad de Madrid y Galicia. El mayor descenso intertrimestral se registra en Asturias y Baleares, con un 5,5 por ciento de crecimiento del PIB.

Por su parte, Funcas retrasa a 2023 la recuperación del PIB y del empleo perdido en la pandemia. Sólo dentro de tres años la riqueza nacional habrá alcanzado los niveles del cuarto trimestre de 2019. Y únicamente entonces la tasa de paro habrá retornado a las cifras previas al estallido del coronavirus, tras alcanzar este año máximos en el entorno del 20%. Este nivel en el segundo trimestre del año alcanzará el 34% de la población activa, incorporando a los trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), según cálculos de Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas. Este indicador terminará el año en el entorno del 22,4%. Torres urgió a la flexibilización de los ERTE tanto en duración como en que se dé la posibilidad de una incorporación paulatina de los trabajadores a la actividad para evitar cierres de empresas y subsiguientes pérdidas de puestos de trabajo.