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No cabe duda de que el impacto de la pandemia del covid-19 ha supuesto un duro varapalo para el mercado laboral de Cantabria. Los ... principales indicadores del empleo llevan a la región a niveles similares a los del año 2013, justo antes de iniciarse la recuperación económica y seis años consecutivos de crecimiento de ocupados tanto asalariados como autónomos, y afiliados a la Seguridad Social, según precisa un informe elaborado por la Secretaría de Empleo de UGT en Cantabria.
Según las estadísticas del Ministerio de Empleo y el de Seguridad Social del pasado mes de noviembre, Cantabria registró 42.053 desempleados, 5.354 ó 14,6% más que los contabilizados en las mismas fechas de 2019, lo que implica el mayor incremento desde 2012 y el único de los últimos siete años porque desde entonces había descendido todos los años en estas fechas.
Este saldo negativo se mitiga en gran medida por los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) excepcionales implantados por la pandemia, cuyos beneficiarios no se incluyen en las listas del desempleo registrado, y que UGT viene reclamando que «se tienen que prorrogar el tiempo que sea necesario hasta que el mercado laboral recupere una cierta normalidad y se supere de una vez por todas la pandemia», subraya el secretario de Empleo del sindicato en Cantabria, Julio Ibáñez.
Similar tendencia a la del desempleo siguen otros indicadores o conceptos laborales como las afiliaciones a la Seguridad Social, que se redujeron en Cantabria el pasado mes de noviembre en comparación al mismo mes del año pasado (-2.860 ó 1,3%) por primera vez desde el año 2013.
En los contratos de trabajo, el informe de UGT recuerda que Cantabria acumula de enero a noviembre de este año un total de 172.345 contratos de trabajo, el menor número en estas fechas también desde el año 2013 y casi un 29% menos (-69.989) que los registrados en el mismo período de 2019.
El balance negativo del paro en la última estadística facilitada por el Ministerio de Empleo en el mes de noviembre se ha repetido desde marzo en Cantabria todos los meses de este año, lo que no sucedía desde 2014. Es más, salvo en los dos primeros meses de 2020 previos a la aparición del covid-19, cuando el paro descendió en la región en comparación a los mismos meses de 2019 (-706 desempleados en enero y -892 en febrero), el saldo interanual del desempleo en Cantabria pasó de ser negativo a registrar incrementos incluso superiores a los peores años de la crisis económica que se inició en 2008.
Como puntualiza el secretario de Empleo de UGT en Cantabria, Julio Ibáñez, «se pasó de tener menos desempleados que en 2019 y que los años anteriores a casi 2.000 más en marzo, 7.000 más en abril, 8.000 más en mayo y 9.250 más en junio en plena campaña de verano y con el sector servicios como el más afectado por el impacto de la pandemia».
En los últimos cinco meses esta brusca tendencia interanual negativa «ha ido desacelerándose aunque no hasta el extremo de evitar que tengamos el peor balance de los últimos siete años», subraya Ibáñez, que señala que «en todos los conceptos el empleo femenino se ha visto reducido más que el masculino porque seis de cada diez nuevos desempleados son desempleadas» señala Ibáñez y añade que «tres de cada cuatro desempleados más que tenemos en Cantabria en comparación a hace un año son del sector servicios (4.105 de los 5.354 registrados) y dicho sector ocupa a más del 90% de todas las trabajadoras de la región y en su mayoría con contratos temporales, que también han sido los que más han descendido con la pandemia (un 95% de los casi 70.000 contratos menos contabilizados en comparación a 2019)».
El informe de UGT identifica el comportamiento mencionado del desempleo y de la contratación con el de la evolución de las afiliaciones a la Seguridad Social, que comenzaron a presentar un saldo interanual negativo un mes después, a partir de abril, cuando se contabilizaron sólo en este mes 8.280 afiliaciones menos que en las mismas fechas de un año antes y cuando sólo dos meses antes en febrero llegó a haber 5.008 más que en 2019.
El balance negativo fue incrementándose cada mes en comparación al del año anterior hasta alcanzar en junio 9.789 menos que en 2019; principalmente por la gran incidencia de la pandemia en el sector servicios (-7.529) y en sectores de actividad económica con mucho volumen de empleo como la hostelería (-3.695 afiliaciones), el comercio (-1.104), las actividades administrativas (-1.633) o el propio sector público (-1.181 afiliaciones).
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