La empresa Saitec acelera la instalación de su aerogenerador en El Sardinero tras el virus

Así lo confirma el director técnico de Saitec Offshore, David Carrascosa, que admite que el aerogenerador se ha pasado toda la 'cuarentena' a flote en los muelles de Astander después de ser fabricado en su mayor parte a escasos metros, en las instalaciones de Degima junto a la ría de Boo, que separa los municipios de Camargo y Astillero. Según el planteamiento más actualizado, la instalación pretende llevarse a cabo entre el 29 de junio y el 12 de julio, un abanico de dos semanas para decidir cuándo salir al mar en función de las condiciones meteorológicas y de oleaje. En todo caso, los trabajos para fijar la plataforma se desarrollarán en una única jornada.

Carrascosa recuerda que «justo antes de la crisis sanitaria conseguimos poner el prototipo a flote en Astander. A partir de ahí, dejamos de poder acceder por el confinamiento. Lo que sí hemos relanzado hace unas semanas ha sido la instalación de las anclas y las cadenas en la ubicación. Tenemos también las boyas de señalización de los puntos de anclaje. Ahora mismo estamos ultimando la puesta a punto de los sistemas eléctricos y electrónicos en Astander», detalla.

El día que se acuerde la instalación, Saitec trasladará el prototipo con remolcadores al punto seleccionado entre el campo de golf de Mataleñas y la Península de La Magdalena. Además, se recogerán las cadenas ya instaladas y se unirán con la plataforma para que empiece a funcionar.

El proyecto, además, sigue su curso. Hoy mismo se celebrará un encuentro institucional en el País Vasco que será el pistoletazo de salida para la siguiente fase del plan, esto es, saltar de la construcción del modelo de 30 kw cántabro a otro de escala mayor y 2 MW de capacidad. Un estadio intermedio hacia la ansiada comercialización.

El programa BlueSATH gira en torno al ensayo en condiciones reales de un aerogenerador flotante a escala 1:6 de un modelo de 10 MW. Sus características técnicas, 17,45 metros de altura a 800 metros de tierra firme, con un peso de 50 toneladas y 15 metros de diámetro de rotor.

La investigación se desarrollará durante doce meses de pruebas para la validación del comportamiento dinámico de la plataforma y el análisis de su impacto ambiental. Luego se retirará.

El 75% de la contratación ha recaído en empresas cántabras y el plan ha contado con financiación europea.