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La innovación esa algo irrenunciable para las empresas si quieren seguir en el mercado y es una herramienta que hay que tener en cuenta y en este línea ha surgido el concepto de innovación abierta como palanca para el crecimiento empresarial. Esta cuestión fue abordada ... ayer en la segunda de las tres sesiones del ciclo Cantabria +Emprendedora, una propuesta consolidada de la mano de El Diario Montañés y Sodercán que contó con la intervención de Javier Garciñuno, socio de Hasten Ventures y de la oficina técnica Innolab Bilbao. Participaron asimismo, Maite Fibla, cofundadora de la Fundación Ship2b y Alberto Alonso de la Fuente, socio y responsable de Proyectos Impact Hub. La sesión estuvo moderada por la periodista Pilar González.
Javier Garcinuño cuenta con más de 20 años de experiencia liderando procesos de crecimiento y transformación en empresas en el sector servicios, distribución e industrial. También ha participado en la puesta en marcha de proyectos empresariales en el sector de la salud y es fundador y CEOE de una 'startup' en el ámbito de la distribución alimentaria. Es director de Executive Education en IE Business School.
Garcinuño animó a las empresas a realizar una reflexión estratégica sobre las tendencias futuras y lo que permiten las tecnologías. Es importante saber lo que se quiere y qué recursos se van a aportar. «Hay que reflexionar sobre qué voy a hacer y cómo lo voy a convertir en un proyecto», aconsejó el ponente.
Para el conferenciante debemos partir de asimilar que vivimos en un mundo global y que las grandes empresas tradicionales han sido sustituidas por otras como Amazon, Facebook, etc, que empiezan vendiendo en un sector para pasarse a otro y convertirse en competidores. De hecho, los negocios tradicionales se están transformando para no quedarse atrás ante las actuaciones de las nuevas sociedades que son capaces de sacar sus propias criptomonedas o competir en sectores como el transporte (Blablacar) o la hostelería (Airbnb).
El concepto de innovación ha sido objeto de muchas teorías. Uno de los autores claves para su definición fue Schumpeter, como destacó Garcinuño durante su intervención. Para el economista austríaco, la innovación empresarial se da cuando el proceso de innovación se enfoca al campo tecnológico en específico a la tecnología de punta aplicado a la organización y cada uno de los procesos que la componen, es convertir el conocimiento en una realidad.
Lo que todos los ponentes dejaron claro en la sesión de ayer es que para que el proceso de innovación tenga éxito es necesario que esté involucrada toda la organización de la empresa, de arriba hacia abajo.
Garcinuño se refirió también a los cambios que se han experimentado en el mundo de los medios de comunicación y que los teléfonos móviles y las diferentes redes sociales permiten al que quiere ser protagonista de las noticias. Se comparten fotos, experiencias y se realizan críticas. Aparecen ahora con más facilitad las falsas noticias ('fake news') y el problema no es que las que los que las reciben las crean o no sino que hay intereses en difundirlas, como lo hace Putin en Rusia. El ponente apuntó que incluso que en el caso del 'Brexit' hay indicios de la utilización de esta manipulación informativa desde otros países para influir en el resultado y que, precisamente, ese es uno de los motivos por los que se pide un nuevo referéndum.
De otro lado, Javier Garcinuño planteó el concepto Océano Azul (Blue Ocean) que se define como el anhelo de las empresas de contar con un producto que sea diferente y mejor que el de sus competidoras y sostenible en el tiempo. «No se trata de contar con la patente sino de tener un producto difícil de copiar y contar con los flujos de caja suficientes para pagar a todos los que participan en el proceso», explicó el conferenciante que puso como ejemplo el caso de Apple.
Garcinuño afirmó que la innovación debe ser holística, multidisciplinar, con impacto a largo plazo, en competencia, evolutiva, incremental e incierta. Recordó que España está en la parte de la media hacia abajo en innovación en Europa y en torno al puesto 23 en el mundo, lo que supone que hay un importante margen para el desarrollo de sus capacidades en este campo.
Definió el ponente la innovación abierta como «una fuerza de inversión en nuestro ecosistema» y que consiste en contar con los centros tecnológicos, las universidades, las 'startups', es decir, utilizar las patentes, las investigaciones que están al alcance de las empresas para poder innovar. En su opinión, las empresa tienen que «apostar por la innovación abierta para poder sobrevivir» y añadió que «la innovación es una cuestión de cultura, de arriba hacia abajo».
Garcinuño explicó la experiencia de Innolab Bilbao, que tiene como socios fundadores a IBM, Euskatel, BBK, Mondragón, la Universidad de Deusto, Iberdrola y el Ayuntamiento de Bilbao y en la que se están diseñando y desarrollando proyectos muy interesantes de colaboración entre los diferentes patronos y 'startups'. En su opinión, este es el camino para lograr que la innovación abierta sea una realidad.
Maite Fibla fundó con otros dos socios la fundación Ship2 para impulsar la economía de impacto que tiene como objetivo que las empresas no solo busquen su rentabilidad económica sino que tengan en cuanto el impacto social y medioambiental. «El 70% de las marcas actuales podrían desaparecer y no iba a importar», explicó. En su opinión, lo importante es conocer al usuario al que queremos llegar o al que no queremos perder. Las empresas tienen que adaptar sus productos y hacerlo de forma sostenible.
La ponente, que es doctora en economía y está especializada en desarrollo del capital humano, competitividad empresarial y crecimiento económico, recordó los retos de la economía circular, el desarrollo sostenible con los 17 objetivos aprobados y que deben irse logrando. «Hay que hacer de forma diferente los negocios», apuntó Fibla.
La participante en la sesión aconsejó a los asistentes de que antes de emprender las acciones de innovación estén seguros de que el camino es el adecuado y que definan bien el plan en función de la dirección elegida. «La innovación tiene que asumirse desde la dirección general de la empresa y luego realizar el proyecto», concretó.
Alberto Alonso de la Fuente, es socio y responsable de Proyectos Impact Hub. Ha trabajado en Europa, Asia y Latinoamérica. Explicó las ventajas de establecer flujos externos e internos de conocimiento para así obtener el mayor potencial innovador posible. Como en la actualidad trabaja en España y «al otro lado del charco», destacó la capacidad de resilencia de los empresarios españoles y animó a los organismos públicos a impulsar las actuaciones de innovación.
Para el ponente, «hay que salir del efecto túnel y ver la película a 3 o 5 años». Hay que recordar que la economía es orgánica. Las empresas nacen y mueren y hay que ser muy permeables para preparar a las empresas para que pervivan.
Alonso de la Fuente se define como «apasionado de la consultoría y de la innovación social». >Es experto en gestión de proyectos que formula y ejecuta técnica y financieramente.
santander. La necesidad de la colaboración de lo público y lo privado fue puesta de manifiesto por los diferentes participantes en la sesión que abogaron por la importancia precisamente del impulso púbico para mover a las corporaciones privadas. Garcinuño recordó que Innolab Bilbao cuenta con la participación del Ayuntamiento de Bilbao, que no ha puesto un duro aunque facilita la tarea facilitando espacios para las reuniones y desarrollo de los proyectos. Además, todos coincidieron en que la existencia en las diferentes regiones de centros tecnológicos y universidades en las que se realiza investigación y de los que salen 'startups' son fundamentales. Esta situación se produce claramente en Cantabria. «Es fundamental para los territorios la colaboración pública-privada para que hagan algo por el bien común», explico Garcinuño y añadió que «no se trata de poner dinero» sino tener un fin común, aunque «es lógico que las empresas no renuncien a su fin comercial».
Maite Fibla explicó que trabajó durante un tiempo en el sector público y desde luego tiene que tener un papel importante en el impulso de la innovación, aunque ella ha optado por crear una fundación privada para estar más cerca de las empresas y dar ese plus social que da un enfoque nuevo al negocio tradicional.
Alberto Alonso de la Fuente, por su parte, apostó por la existencia de «un acompañamiento muy fuerte de las empresas por parte de las Administraciones Públicas». En su opinión, las empresas necesitan un entorno favorable para poder realizar innovación y de esta forma podrán tomar mejor las decisiones sobre los proyectos.
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