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La seguridad y salud de los trabajadores de Cantabria es la principal tarea del Icasst y por ello tiene que adaptarse a los cambios de las empresas, del mercado laboral en su conjunto y de la propia sociedad. Álvaro Plaza Langarica acaba de iniciar su ... andadura como director del Instituto Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo. Sustituye en el cargo a Amalio Sánchez que estuvo al frente del mismo desde su creación hace más de diez años hasta su reciente jubilación. Plaza forma parte del Cuerpo Superior de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social desde 2009, ejerciendo la actividad inspectora en Cantabria desde 2017.
La tarea no es fácil, pero el nuevo director conoce de cerca muchos de los temas que ahora van a ser su prioridad. Tiene claro que el instituto ha funcionado bien, pero está dispuesto a mejorar todas aquellas cuestiones que se puedan contando con un equipo con el que está satisfecho y la complicidad de los agentes sociales, mutuas, y de los diferentes departamentos de la Administración. Precisamente, uno de los primeros retos va a ser la puesta en marcha del protocolo de detección de las enfermedades profesionales para lo que se requerirá la colaboración estrecha de Sanidad, especialmente de Atención Primaria.
–¿Qué prioridades tiene al asumir la dirección del Icasst?
–Lleva 10 años funcionando y lo ha hecho muy bien con Amalio y la idea es seguir trabajando en esta línea tanto en Cantabria como en los grupos de trabajo de Madrid. Tengo alguna idea para cambiar la organización interna, que poco a poco se están poniendo sobre la mesa y se irán poniendo en marcha, pero con calma. Potenciar la labor del Consejo Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo con grupos de trabajo específicos sobre los temas prioritarios, como enfermedades profesionales o el amianto.
–En 2019 se registraron en Cantabria 5.931 accidentes laborales, el 99% leves y se produjeron 9 muertes, las mismas que en 2018 ¿Preocupan estos datos?
–Aunque la incidencia de accidentes laborales es más baja en la región, nos preocupa si bien los graves llevan una línea descendente y los que han crecido ligeramente han sido los leves. En el caso de las muertes, el número ha sido 9, como el año anterior, aunque hay que tener en cuenta que 3 de ellas se han debido a causas que no son traumáticas. De todas formas, un solo accidente mortal ya es mucho. Hay que hacer lo posible por reducirlos a cero y recortar los accidentes, incluso los leves.
–¿Se puede lograr cero accidentes? Supongo que la colaboración de empresas y trabajadores es fundamental...
–Es complicado llegar a cero accidentes, pero se debe intentar. Tiene que haber una colaboración absoluta desde el primer trabajador al último directivo. La integración de la prevención tiene que ser total, con el acompañamiento y asesoramiento de la Administración y la labor de control de la Inspección de Trabajo.
–¿ Cumplir las normas y prevenir bien es complicado?
–Si hay voluntad de cumplir las normas no es difícil, pero requiere trabajo y compromiso de todas las parte, pero lo importante es que haya voluntad para aplicar una normativa que ya lleva muchos años. Las empresas deben asumir que el dinero que dedican a prevenir no es un gasto, es una inversión en la buena salud de los trabajadores y monetaria porque evita costes a futuro. Lo que hay que hacer es sentarse y llegar a acuerdos para poner en marcha las medidas preventivas. Entiendo que las empresas grandes tienen menos dificultades que las pequeñas, pero creo que la cultura preventiva está calando y se toma más en serio, aunque todavía hay trabajo por hacer y convencer a las empresas y trabajadores de que invertir en prevención es lo mejor.
–¿Cómo va a encarar Cantabria la implantación del protocolo de detección de enfermedades profesionales?
–Hay muchas comunidades que tienen establecido un protocolo y el primer paso es el médico de Atención Primaria. El otro día conocimos el del País Vasco que ha diseñado Osalan (Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral). Allí, el médico cuando tiene la sospecha desde su ordenador puede consultar y ver si los indicios son de enfermedad profesional, rellena una ficha y contacta con las mutuas. Desde luego, se requiere formación adecuada. La idea que tenemos es conocer más de cerca el sistema de Osalan e incluso nos han invitado a ir a un consulta para ver como funciona. Vamos a constituir el grupo de trabajo con Salud Pública, INSS,Inspección de Trabajo, mutuas, Atención Primaria, etc, y cuando esté diseñado a nivel de personal técnico se pondrá en marcha como proyecto piloto en una zona o centro de salud o bien centrado en una enfermedad, por ejemplo, las músculo esqueléticas, que son las más frecuentes. Desde luego, es necesaria la colaboración de Sanidad y contar con que los médicos reciban la formación adecuada.
Plaza es un firme defensor de la colaboración entre autonomías y la primera reunión con representantes del País Vasco ha puesto sobre la mesa muchos temas que preocupan en Cantabria y en la mayoría de las regiones del Norte. Uno de ellos es el envejecimiento de los trabajadores y trazar el mejor camino para conservar su experiencia y saber hacer para que las nuevas generaciones puedan aprovecharlo. Con esta premisa se ha valorado la posibilidad de crear un grupo de trabajo para estudiar la situación real y marcar unas pautas.
Además, el problema del envejecimiento del personal no solo afecta a las empresas sino a la Administración en su conjunto y hay que actuar en consecuencia
–¿Siguen preocupando los accidentes en 'in itinere'?
–Afortunadamente el año pasado no se ha producido ninguno, pero vamos a seguir potenciando los planes de movilidad de las empresas y reconociendo a las que realizan las mejores prácticas y se cuenta con el Proyecto Circula en colaboración con la DGT. Además, está el Circula Junior en colaboración con Viesgo para que los escolares empiecen ya a formarse en torno a la seguridad vial.
–¿ Está prevista una actuación especial sobre el sector forestal?
–Durante el encuentro con los representantes delPaís Vasco coincidimos en la preocupación por los accidentes laborales en este sector y como contamos con el Grupo Cano, en el que están Galicia y Asturias también, se consideró interesante realizar un estudio o guía al estilo de que se llevó a cabo con el sector pesquero. Además, se podría contar también con Navarra que está interesada y posee una amplia superficie forestal. Hay que recordar que en Cantabria se produjeron dos fallecimientos en 2018.
–¿Qué campañas se van a realizar este año en colaboración con la Inspección de Trabajo?
–La colaboración es muy estrecha. Este año está prevista una especial atención a las personas que tengan contacto con el sílice cristalina ya que es un agente cancerígeno así como determinados productos químicos (manicura, peluquerías). El año pasado, por ejemplo, fueron prioritarias las minicentrales eléctricas. Las enfermedades profesionales y los riesgos para los trabajadores a veces son difíciles de detectar y medir. Por eso hay que llevar a cabo campañas.
–¿La relación con las mutuas?
–De colaboración y participación en los grupos de trabajo, como ya hemos comentado. Además, somos vecinos de Mutua Montañesa.
–¿Resulta difícil cambiar el 'chip' de inspector de Trabajo a director del Icasst?
–Hay que cambiarlo. Antes me centraba en la vigilancia del cumplimiento de la normativa y de sancionar las faltas, ahora es un trabajo más amable, es una labor de gestión, de asesoramiento y acompañamiento de las empresas para que realicen las medidas preventivas adecuadas y cumplan la normativa.
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