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Algo no va bien en Nissan. Los números que la multinacional acaba de hacer públicos al cierre de su primer semestre fiscal (entre el 1 de abril y el 30 de septiembre) así lo confirman. La marca registró un beneficio neto de 19.200 ... millones de yenes (algo más de 115 millones de euros), que puede parecer una suculenta cifra pero que, en realidad, supone un descenso de nada menos que el 93,51% respecto al mismo periodo de hace un año. Así lo comunica el propio fabricante al tiempo que anuncia las medidas para corregir la situación, que pasan por un plan de ajuste que contempla el despido de 9.000 trabajadores en el mundo y la reducción de su capacidad operativa en un 20%. Una complicada situación que, sin embargo, podría no afectar a la planta que Nissan tiene en Los Corrales de Buelna. Desde el comité de empresa «no le verían sentido» a que se produjera un recorte de plantilla.
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Más allá del balance de situación que Nissan ha dado a conocer desde el otro lado del mundo, «no hay ninguna otra información oficial» que pueda poner en duda de manera directa la continuidad de los trabajadores de Los Corrales de Buelna. No obstante, y pese a esa falta de una confirmación, hay tranquilidad en la planta cántabra. José Ángel de la Peña, delegado de CC OO del comité de empresa, confirma que «no estamos preocupados». Lo justifica en que «somos la única planta productiva de España ya que la de Ávila está destinada a recambios y reducirnos no tendría sentido», valora el sindicalista al tiempo que remarca que «puede que los despidos sean más de un perfil comercial, técnico o administrativo, pero no productivo».
De hecho, sin ir más lejos la planta de Los Corrales de Buelna daba esta misma semana una buena noticia al informar de que había recibido un nuevo encargo para producir 526.000 piezas anuales destinadas a suministrar a una fábrica de México, un importante proyecto que, además, no es el único puesto que pocos meses antes también se dio traslado de otro de un pedido de otras 42.000 piezas más anuales. Un aparente clima de bonanza a nivel regional que no tiene sus ecos en las cifras mundiales.
Para enderezar la situación financiera, Nissan pretende reducir los costes fijos en 300.000 millones de yenes (1.810 millones de euros) y los costes variables en otros 100.000 millones de yenes (603 millones de euros).
Con este objetivo ha anunciado un plan de ajuste que contempla el despido de 9.000 trabajadores, el 6,7% de su plantilla global -133.580 trabajadores- en diversas áreas relacionadas con ventas, gastos generales y administrativos para «racionalizar» la cartera de activos y «priorizar» los gastos de capital para acelerar las inversiones en investigación y desarrollo.
Fuentes de la compañía consultadas por Europa Press no aclaran si estos despidos afectarán al mercado español. En la actualidad, Nissan cuenta con 25 líneas de producción de vehículos a nivel mundial y el plan actual es reducir la capacidad operativa máxima de estas 25 líneas en un 20%.
Al tiempo, el CEO del grupo, Makoto Uchida, ha renunciado voluntariamente al 50% de su compensación mensual a partir de noviembre y los demás miembros del comité ejecutivo de Nissan también se recortarán el salario.
Por su parte, la cifra de negocio disminuyó hasta los 5.980 millones de yenes (35,6 millones de euros) y el beneficio operativo se quedó en los 32.900 millones de yenes (198,5 millones de euros), un 90,22% menos, lo que redujo el margen de beneficio en más de cinco puntos porcentuales hasta el 0,5%.
El volumen de ventas globales del grupo cayó un 3,8% hasta los 1,59 millones de vehículos durante el primer semestre del ejercicio, en gran parte debido a un retroceso de las ventas del 14,3% en China aunque en el caso de Estados Unidos la caída se redujo hasta casi un 3%, unos 449.000 vehículos. En conjunto, ambos mercados representan casi la mitad de las ventas globales de Nissan en términos de volumen.
Precisamente, respecto del desempeño en el mercado norteamericano, el CEO de Nissan ha señalado que las ventas se han contraido en el caso de sus modelos principales aunque se ha visto «sorprendido» por el rápido crecimiento de la demanda de vehículos híbridos, en la que Nissan todavía no está posicionada.
Entre julio y septiembre, la pérdida neta superó los 9.300 millones de yenes que contrastan con las ganancias de 190.700 millones de yenes registradas hace un año.
De cara a los meses que vienen, el tercer mayor fabricante de automóviles de Japón ha reducido su pronóstico de ganancias en un 70% hasta los 150.000 millones de yenes (casi 907 millones de euros) en un nuevo movimiento de ajuste a la baja tras el recorte anunciado del 17% en sus objetivos a principios de año.
«Nissan reestructurará su negocio para ser más eficiente y resiliente, y al mismo tiempo reorganizará la gestión para responder con rapidez y flexibilidad a los cambios en el entorno empresarial», ha asegurado en un comunicado el consejero delegado del grupo, Makoto Uchida, para añadir que las medidas de reestructuración «no implican que la empresa se esté contrayendo».
Uchida, que asumió su cargo en 2019 cuando el fabricante de automóviles se enfrentaba a la crisis provocada tras la marcha del expresidente Carlos Ghosn, pretende ampliar su gama de vehículos eléctricos, forjar nuevas alianzas y vender un millón de coches más al año para 2027.
La japonesa es la última automovilística en sumarse a la oleada de fabricantes extranjeros que luchan contra la desaceleración de sus negocios en China ante el desembarco de la intensificación de la competencia en el gigante asiático, sobre todo, en el segmento de los vehículos eléctricos.
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