Ferroatlántica anuncia un ERTE para sus plantas gallegas y de Guarnizo por los costes energéticos

Las condiciones del expediente empezarán a negociarse el próximo lunes en Madrid, aunque fuentes sindicales ya apuntan que el periodo de vigencia contemplado inicialmente para las suspensiones contractuales abarca hasta marzo de 2021. Consultada por este periódico, la compañía con fábrica en la Comunidad no ha querido hacer valoraciones hasta que se empiece a consensuar el ERTE. La división afectada por la reestructuración tiene en Cantabria una plantilla próxima a los 160 empleados. El total de potenciales perjudicados sumando Galicia y Madrid se aproxima a las 500 personas.

Los sindicatos ya han empezado a calibrar los efectos que puede tener el plan de ahorro dentro de cada instalación integrada en el ajuste. Como dato, la factoría cántabra mantiene operativos todos sus hornos, mientras que en Galicia ha habido que hacer ya paradas ante la imposibilidad de preservar la rentabilidad de las instalaciones con los costes fijos que supone el precio de la energía en los últimos meses. En esta línea, se mantiene la esperanza de que el impacto en la planta de Guarnizo sea menor que en otros puntos.

En todo caso, será la evolución de la factura energética la que vaya marcando el desarrollo del ERTE, una problemática ligada a las fuentes productivas que agrega al Grupo Ferroglobe a la lista de multinacionales atribuladas por este concepto de cara a su porvenir en España.

El director de Ferroglobe en Boo de Guarnizo, Alberto Fuentes, participó en diciembre en un reportaje de este periódico sobre las medidas de la Administración central para abaratar los costes energéticos. En su valoración, ya dejó clara la gravedad del problema para la compañía. «En las fábricas del Grupo la energía eléctrica llega a suponer cerca del 50% de los costes de producción, por lo que disponer de una energía competitiva es imprescindible para mantener la competitividad de nuestras fábricas. El coste de la energía de las fábricas españolas previsto para 2019 es un 300% más caro que en las del mismo grupo en Francia; un 240% más que las de Noruega; y un 190% más cara que en Estados Unidos», lamentó.

Fuentes recordó que el fuerte incremento del precio de las emisiones de CO2 o la disminución de la generación eólica han causado una subida del precio de la energía próxima al 30%, de modo que los costes de producción han sido superiores al precio de venta. «Nos hemos visto obligados a parar varias unidades productivas en las fábricas españolas, una reducción del 66% de la producción, con el fin de minimizar las pérdidas».

«Desgraciadamente, para 2019 el panorama es incluso peor, ya que las previsiones de los precios del mercado mayorista son incluso superiores a los de este último semestre. Es realmente un problema que debe abordarse con agilidad desde las autoridades energéticas», vaticinó.