

Secciones
Servicios
Destacamos
El plan de la Comisión Europea para impulsar la industria comunitaria podría no ser suficiente para evitar la huida de compañías a Estados Unidos. Es ... lo que advierte el sector, que critica la falta de concreción del pacto europeo para la industria verde, ante los más de 349.000 millones de euros en incentivos fiscales y subsidios que ofrece la Administración Biden para desarrollar tecnologías limpias. Las compañías del sector piden más facilidades, simplicidad e incentivos para la reducción de gastos operativos, medidas que deberán llegar rápido para asegurar que las inversiones se queden en el continente.
Washington ya ha empezado a tentar a algunas de las grandes compañías europeas como Volkswagen, a quien ha ofrecido ventajas fiscales millonarias para que traslade un proyecto para una fábrica de baterías en Europa del Este a su territorio. El Consejo de Industria Química Europea (CEFIC) asegura que ve «muy poco probable» que la estrategia europea impulse la competitividad del sector. Según su director, Marco Mensink, «se centra demasiado en las inversiones de capital, ignorando los incentivos para reducir los gastos operativos diarios, que sí tiene en cuenta la ley estadounidense».
Esta cuestión es extremadamente importante para la industria gasintensiva -química, cerámica, vidrio, papel…- que utiliza grandes cantidades de gas en su proceso de producción. Y es que, con la pandemia y la guerra, el precio de esta energía se ha disparado y es ya cinco veces más cara en la UE. El coste de la electricidad para una empresa es además el doble que en EE UU. Los Veintisiete trabajan ya en una reforma del mercado eléctrico europeo que sirva para contener la volatilidad del gas, a través de contratos a largo plazo y el impulso de las renovables. Sin embargo, no parece que esta reforma vaya a llegar antes de final de año.
La facilidad para lograr materias primas y el coste menor de éstas también son factores que resultan atractivos para los productores de baterías y electrolizadores. Estos fabricantes son clientes de la industria química, por lo que éstas también podrían moverse a EE UU ante la huida de sus compradores.
En España, la Alianza por la Competitividad de la Industria afirma que la ley estadounidense «influirá de manera clara» en las decisiones de inversión de los principales sectores industriales, «poniendo en riesgo las inversiones europeas y la continuidad de las cadenas de suministro». Este organismo -formado por asociaciones de empresas de automoción, refino, papel, química y farmacia, alimentación y siderurgia, entre otras- apunta que las compañías europeas ya soportan cargas mayores que las estadounidenses, por ejemplo, con el diferencial de derechos de emisiones, que son entre tres y siete veces más caras en la UE.
Advierten, además, de que la huida de las empresas de alta intensidad energética también podría generar una dependencia sobre materias primas y componentes esenciales en la UE, por lo que hace falta una «acción decidida» de las autoridades comunitarias. Exigen, entre otras medidas, el «desarrollo de una política industrial propia, basada en el incentivo y no exclusivamente en la regulación o en la penalización». El nuevo modelo de ayudas europeas debe «corregir» además «los defectos» de los fondos de recuperación Next Generation, incorporando «plazos realistas» para la ejecución de las inversiones. Todo ello deberá diseñarse «evitando la ruptura del mercado único».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.