Revilla, ante la indignación del comité, dice ahora que no se ha decidido aún vender Sidenor

El comité de Sidenor mostró ayer claramente su indignación y pidió una entrevista con el presidente del Gobierno de Cantabria en funciones, Miguel Ángel Revilla, así como con los responsables de Sodercán. Para hoy mismo se ha convocado una asamblea de trabajadores. Los sindicatos de Sidenor (CC OO, UGT, USO y CSIF) afirmaron ayer que se sienten «indignados y defraudados» ante el anuncio de la venta de las acciones de Sodercán en la planta de Reinosa y han exigido una reunión para que aclaren su postura.

En su comunicado conjunto, aseguran que son «conocedores y sufridores durante más de 20 años de las artimañas» del presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, pero que no creían que Revilla y Sodercán «se iban a prestar a ser comodines de Sidenor». Esta es la respuesta al anuncio del martes del grupo siderúrgico que indicó un acuerdo con el Gobierno de Cantabria para la recompra del 24,9% que Sodercan adquirió de Sidenor Forgings & Castings y que posteriormente será vendida al grupo germano-americano NFL. Sin embargo, Revilla dijo ayer que el Gobierno y la empresa pública no han estudiado todavía la oferta, que en principio considera una buena noticia, aunque insistió en que Sodercán y el Ejecutivo estudiarán «si se vende esa participación o no se vende». «Pero ahora no hay mas que eso», remató.

«No hay excusa ni explicación técnica para argumentar que, después de duras y tensas negociaciones entre la plantilla de Sidenor y la dirección, se llegue a un preacuerdo en materia de garantías socio laborales, sea ratificado por la mayoría de los trabajadores y dos horas más tarde el presidente del Gobierno de Cantabria anuncie de la mano de la dirección de la empresa que abandona a la plantilla a su suerte y sin ninguna garantía industrial de futuro», dicen.

El comité acusa a Revilla y a la directora general de Sodercan, Iciar Amorrortu, de «mentir en persona al comité, a la plantilla y a la comarca de Campoo», tras recordarles que en varias reuniones y públicamente «han manifestado que nunca tomarían decisiones sin contar con el visto bueno de los trabajadores y sus representantes». Sodercán, de hecho, negociaba cuando se anunció la recompra y no sabía nada. Los sindicatos han pedido una reunión urgente con ambos para que «aclaren sus posturas en este proceso» aunque añaden que son «conscientes de que las elecciones ya han pasado».

El comité criticó especialmente la postura de Revilla y afirmó que «para evitar asumir responsabilidades es mucho más fácil pactar una salida económica a este problema» y añadió que «los campurrianos no entendemos de la mar, pero usted, el capitán del barco, ha sido el primero que lo abandona a su suerte».

El comité le reprochó que les haya dejado «con el culo al aire» y le recordó que el fin de ayudar a Sidenor económicamente «tenía un objetivo y era mantener en activo a la empresa y sus trabajadores y dejarla en las mejores manos industriales de futuro». «Pero entendemos con su decisión que sólo era una operación de proveer de dinero fácil a su amigo Jainaga», apostillaron.

El alcalde de Reinosa, José Miguel Barrio, anunció que se está «planteando» su continuidad como miembro del Consejo de Sidenor Forgings & Castings debido a su «desacuerdo» con que el Gobierno de Cantabria anuncie la venta de su participación en la sociedad sin haber presentado un plan industrial en el que se exponga la viabilidad futura de la factoría, tal y como se comprometió con los trabajadores. Y, todo ello, «con el agravante de que tenemos que conocer las intenciones del Gobierno a través de la prensa, con lo que no sé cuál es mi papel en este Consejo», lamentó en un comunicado. Lo que sí tiene «claro» Barrio es que si decidió formar parte del Consejo fue para apoyar las reivindicaciones de la plantilla, así como la viabilidad de la empresa.

De otro lado, Izquierda Unida ha acusado a Revilla de «dejar vendida» a la plantilla de Sidenor, al «desprenderse» el Gobierno de las acciones que tenía en esta siderúrgica campurriana La formación de izquierdas apoyó la postura del comité de empresa y criticó que Revilla «ha esperado con alevosía a que pasasen las elecciones para firmar el acuerdo de la vergüenza».