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Manu Alvarez
Bilbao
Miércoles, 5 de febrero 2025, 19:15
El empresario José Antonio Jainaga ha decidido mejorar su oferta económica para intentar hacerse con el control del fabricante ferroviario Talgo y adquirir hasta el 29,9% de las acciones de la compañía, en estos momentos en manos de un consorcio de accionistas, Pegasus, que ... lidera el fondo británico Trilantic. Sidenor ha mejorado su oferta, en una propuesta que de momento ha sido catalogada como «no vinculante» y por lo tanto sometida a revisión y que los vendedores de las acciones recibirán hoy, según fuentes próximas a al operación. Como ya es conocido este grupo compite con la compañía polaca PESA -propiedad del Gobierno de ese país- y la india Jupiter en este proceso, aunque estas dos últimas sociedades no han presentado ofertas todavía ni han aclarado si estarían dispuestas a comprar una parte del capital social o a lanzar una opa por la totalidad de las acciones de Talgo.
El fondo Trilantic, que en las negociaciones está representado por la firma PWC, ha abierto un plazo hasta el día 14 de este mes para que los interesados en adquirir sus acciones pedan presentarle una oferta o bien lanzar una opa que apelaría a un decisión de todos los accionistas, ya que Talgo es una empresa que cotiza en Bolsa.
En realidad la oferta que se presenta este miércoles no es solo del empresario vasco -sí es el único social industrial, tal y como había reclamado desde el principio de las negociaciones- sino de un consorcio de que forman parte el Gobierno vasco, la fundación Vital y que cuenta con la incorporación de última hora de la fundación BBK. Así las cosas, la oferta inicial que había hecho el propietario de Sidenor de abonar 4 euros por cada acción de Talgo se ha transformado en una propuesta más compleja. Ahora propone abonar un pago de 4,15 euros por cada título de la compañía ferroviaria y 0,65 céntimos adicionales -un 'earn out' en la terminología al uso- si se cumplen determinados hitos económicos que figuran en los planes de futuro de la empresa pero que no han sido desvelados. La cifra final se situaría así en 4,80 euros por acción, que se acerca algo más a los 5 euros que reclamaba Trilantic desde que el Gobierno tumbó la opa presentada por la húngara Magyar Wagon.
En ese contexto los cuatro socios que avalan la oferta vasca aportarán 150 millones de euros repartidos con el siguiente esquema: José Antonio Jainaga, el Gobierno vasco -a través de su fondo de arraigo de empresas Finkatuz- y BBK, arriesgarán 45 millones de euros cada uno. Mientras tanto, la fundación Vital, que aspira a traer la sede social de Talgo a Álava y a reforzar el centro de producción de Rivabellosa, aportará 20 millones de euros.
El vicelehendakari del Gobierno vasco, Mikel Torres, ya ha anticipado este miércoles en una comparecencia en el foro Europa que «la posición del Gobierno central y la nuestra nos da tranquilidad en la operación Talgo». El respaldo político del gabinete de Pedro Sánchez a la oferta vasca es contundente y así lo ha trasladado tanto a los representantes de la polaca Pesa como a los de la india Jupiter. Incluso, fuentes cercanas a la operación aseguran que el Gobierno central también está interesado en participar como accionista en Talgo, aunque lo haría como accionista directo a través de Sepi y de forma similar a como lo ha hecho en Indra o más recientemente en Telefónica. Con ello el Ejecutivo quiere asegurar que no hay peligro de que Talgo sea desmantelada a medio plazo por otra compañía que puede aprovechar su tecnología en alta velocidad ferroviaria y su cartera de pedidos para deslocalizar más tarde la empresa. Un riesgo que el Ejecutivo no quiere correr con una empresa que se considera «estratégica».
La entrada de BBK en la oferta vasca puede tener un amplio recorrido, más allá de aportar 45 millones de euros para reforzar la financiación del grupo -una auténtica colaboración pública y privada- que aspira a tomar la posición de control de Talgo. No hay que olvidar que esta empresa tienen importantes problemas industriales -escasa capacidad de fabricación para una cartera de pedidos abultada- y que BBK tiene una posición destacada en otro fabricante vasco de material ferroviario: CAF. La fundación bancaria tiene reconocida por la CNMV un control sobre el 13,2% de las acciones de CAF, porcentaje del que posee el 3% de forma directa y el resto por vía indirecta a través de Kutxabank, banco del que a su vez es accionista mayoritario. CAF siempre se ha negado a considerar la opción de compra de Talgo, pero esa conexión accionarial, apuntan algunas fuentes, abre la puerta a fórmulas de colaboración industrial de futuro entre ambas compañías.
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