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Manu Alvarez
Lunes, 7 de agosto 2023, 08:04
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Siemens Energy, la multinacional alemana propietaria de la antigua Gamesa, ha presentado este lunes sus resultados económicos correspondientes a los nueve primeros meses de ... su ejercicio anual, con unas cifras teñidas del rojo que identifica las pérdidas. En total, en estos nueve meses, la compañía ha perdido nada menos que 2.931 millones y ya anticipa que en lo que le queda de ejercicio no solo no mejorará la situación, sino que va a empeorar, hasta situarse en torno a los 4.500 millones de euros de pérdidas.
A finales del pasado mes de junio la compañía ya lanzó un mensaje de advertencia al mercado financiero para corregir sus expectativas de obtener beneficios al cierre de este año. Así, anticipó que los problemas técnicos detectados en las turbinas de Siemens Gamesa, en especial en el modelo 5.X, iban a ocasionar pérdidas de al menos 1.000 millones de euros. La estimación quedó pequeña. En el informe que hoy ha hecho público la compañía ya se eleva esta cantidad hasta 1.600 millones. A ello hay que añadir, además, el impacto negativo que sufre la empresa por el aumento del coste de las materias primas y la venta a pérdidas de muchos equipos que fueron comprometidos hace más de dos años, en un escenario económico sin inflación.
Siemens Energy ha dejado de hablar de «problemas técnicos», como se había referido hasta ahora, para calificar de «desafíos» lo que sucede en el seno de su filial, Siemens Gamesa, que está echando por tierra el buen comportamiento de las otras áreas del negocio, vinculadas a las fuentes convencionales de generación de energía. «Nuestros resultados del tercer trimestre demuestran los desafíos para dar la vuelta a Siemens Gamesa. El sólido desempeño de nuestras otras áreas comerciales me da confianza en la capacidad de nuestra empresa para volver a poner los negocios sobre una base sólida», ha señalado el consejero delegado de la multinacional, Christian Bruch, en una nota difundida a primera hora de la mañana de hoy.
Como ya es conocido, la fabricación y la venta del aerogenerador 5.X se ha convertido en una pesadilla para la multinacional. Iba a ser el equipo estrella de la empresa en la generación terrestre, con capacidad para producir más de seis megavatios de electricidad a la hora, y sin embargo es un pozo sin fondo. Apenas se han vendido 200 unidades pero ello ha bastado para descubrir que tiene importantes problemas técnicos –desafíos en la nueva terminología oficial- que llevan al aerogenerador a no ser capaz de controlar las vibraciones para, literalmente, romperse.
Los ingenieros de la firma no han sido capaces de encontrar todavía una solución definitiva y se agolpan las consecuencias negativas. De un lado están los costes de reparación de los equipos que ya están en servicio, pero la partida más importante hay que buscarla en las penalizaciones que imponen los contratos firmados con los clientes y que son de dos tipos. Para los aerogeneradores que ya están en funcionamiento por no alcanzar la producción de electricidad comprometida –debido a las paradas por averías- y para los que no se han entregado por la acumulación de retrasos y las pérdidas que ello provoca en los promotores de los parques eólicos.
En una entrevista publicada por EL CORREO el pasado domingo, la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, ya lanzó un mensaje de preocupación al señalar que «si Siemens Gamesa no solventa sus problemas, caerán los proveedores vascos». Las compras anuales de la compañía eólica a proveedores de la comunidad autónoma se elevan a unos 140 millones de euros anuales.
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