Enagás y Repsol estudian instalar en Polanco el almacén de hidrógeno valorado en 580 millones

Las actuaciones entroncan con las futuras conexiones y corredores para convertir al hidrógeno verde en una fuente energética dominante en el medio plazo. Sin ir más lejos, Enagás ya anunció en diciembre de 2022 que dentro del gran plan para conectar Portugal, España y Francia se planteaban diversas instalaciones facilitadoras. En concreto, dos depósitos que en un primer estadio de la estrategia se proponían en Cantabria y País Vasco, según confirmaron desde el Ministerio de Transición Ecológica.

Los promotores del proyecto han marcado en rojo Polanco para esa potencial infraestructura para el almacenamiento. Según fuentes conocedoras del plan global, las actuaciones en Cantabria se han concentrado en esta zona. Dicho de otro modo, no hay a día de hoy ubicaciones alternativas a la espera de los resultados que arrojen los diversos estudios.

Las actuaciones en la actualidad se encuentran en una fase «muy incipiente». Es más, las labores hasta la fecha se llevan a cabo a nivel de oficina, no así sobre el terreno.

Según expertos del mercado energético, la viabilidad de este tipo de cavidades salinas geológicas queda demostrada desde hace décadas. Incluso para el hidrógeno, cuyo encaje quedó ratificado alrededor de 1970. Lo que se trata de determinar ahora es si en dichos pozos de Solvay puede construirse un almacén de hidrógeno para las necesidades futuras.

Enagás registró ante la Unión Europea, junto a los operadores galo y portugués, la iniciativa para que el corredor tenga la calificación de Proyecto de Interés Común Comunitario (PIC) y poder contar con el 50% de financiación. Bruselas ha incluido la actuación dentro de ese listado de inversiones prioritarias para el medio plazo continental.

En enero de 2023 la empresa hizo los primeros cálculos de lo que supondría esta infraestructura. En cifras, 580 millones de euros para una capacidad de depósito de 335 gigavatios por hora (GWh). Estas magnitudes eran incluso superiores a las de la instalación vasca, que pese a una mayor inversión estimada (590 millones), tan sólo podría albergar 240 GWh.

En aquel momento el consejero de Industria, Javier López Marcano, explicó a El Diario que al Gobierno de Cantabria no le cogía de nuevas el hecho de que el corredor verde del hidrógeno presentado a Bruselas con la aquiescencia del Gabinete que preside Pedro Sánchez incluyera a la Comunidad como emplazamiento objetivo para instalar un almacén renovable.

En relación con las posibilidades de acopio, detalló que «tenemos conocimiento del interés en la utilización de cavernas salinas creadas por disolución con agua. Se trata de una tecnología establecida a nivel internacional, con silos individuales capaces de almacenar grandes volúmenes de hidrógeno».

Con ese planteamiento general, Enagás ha empezado a estudiar la viabilidad de asentar el almacén en Polanco. El yacimiento de sal fue localizado en 1903 por los geólogos de Solvay, gracias a unos manantiales salados que brotaban del subsuelo y fue una de las razones de que la fábrica se instalase en Barreda, junto con la abundancia de caliza y de agua en la zona. Desde entonces, parte de las cavidades han sido ya rehabilitadas ambientalmente e incluso a comienzos de siglo XXI sirvieron para depósito de inertes.

Por sus dimensiones, capacidad y ubicación bien podrían encajar en el futuro mapa del hidrógeno. Ahora bien, Enagás, consultada por El Diario, asegura que los diferentes proyectos vinculados al almacenamiento se encuentran en una fase de estudio de la mencionada viabilidad técnica. De hecho, el próximo 31 de enero el operador celebrará el segundo Día del Hidrógeno. Ahí es posible que se siga avanzando en el detalle de los diferentes proyectos.

Repsol, por su lado, es en la actualidad el máximo productor y consumidor de hidrógeno en España. De ahí que también participe en el plan junto con Enagás y en colaboración con Solvay.