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Campoo es una zona acostumbrada a pelear por su futuro. Sin embargo, en los últimos lustros varios factores parecen conjurarse para jugar en contra ... de esta tierra, que pierde población de forma continua ante las dificultades para asentar proyectos de vida o que los jóvenes accedan a un empleo estable. Antes, la industria -La Naval, con sus diferentes denominaciones en el siglo XXI hasta la actual Forgings and Castings; Gamesa; Forjas de Cantabria...- sostenía buena parte de la actividad, que insuflaba dinamismo económico en comercios y establecimientos hosteleros. Un circuito cuyo caudal ha disminuido ostensiblemente en los últimos tiempos en paralelo a las diferentes crisis que han afrontado, abordan y, casi con total certeza, atravesarán las fábricas más reseñables del entorno.
Incluso el cambio climático ha venido a aportar otro 'palo en la rueda' más en la coyuntura local, puesto que la Estación de Alto Campoo, antaño motor adicional de ingresos y empleo en la época invernal, ha vivido en 2024 su temporada más corta lastrada por la falta de nieve ante un clima cada vez más cálido y con viento sur que limpia rápidamente las laderas de Brañavieja.
De ahí que la confirmación del revés más reciente, la concreción de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para la factoría que Sidenor tiene en Reinosa, haya sido recibido en la zona con resignación. Doce meses de regulación que, pese a que el pacto final mejora el planteamiento inicial de la negociación, contemplan una afectación máxima del 60%. Traducido, la instalación estará prácticamente parada medio año salvo giro brusco del negocio del acero.
Esa es la esperanza que mantiene el presidente del comité de empresa, Sergio Fernández (CC OO), que el jueves pasó cerca de diez horas negociando en Bilbao en pos de las mejores condiciones posibles para los cerca de 150 trabajadores cántabros que conforman la plantilla. El portavoz opina que «se ha reducido ostensiblemente la afectación y el periodo de aplicación. Incluso puede disminuir más, puesto que se ha acordado una comisión de seguimiento en diciembre para valorar si es suficiente o hay que seguir», comienza.
En cuanto a las condiciones económicas, Fernández destaca que «serían muy buenas» si se alcanza un acuerdo en Reinosa sobre ciertas medidas de flexibilidad y calendarios, que llevarían a que la empresa garantizara durante el expediente el 90% del salario bruto, el 100% de las vacaciones y el pago íntegro de las pagas extra. Todo ello «con la esperanza de que las circunstancias de mercado mejoren y la aplicación sea lo más baja posible».
No obstante, el pesimismo sí que emerge entre la plantilla. Uno de los operarios con varios lustros de antigüedad señala a El Diario que «cuando yo entré en Sidenor la estabilidad era mayor. Trabajabas un año, te echaban cuatro meses; trabajabas otros dos años, o incluso tres, y te volvían a despedir unos meses, pero siempre con expectativas de volver a trabajar. Ahora la gente viene a trabajar con contratos de seis meses y saben que a los seis meses les echan, sin opciones claras de retorno como antes. No hay mucha ilusión por trabajar aquí e incluso hay gente que rechaza a Sidenor, cuando antes eso era casi imposible», relata.
La incertidumbre en cualquiera de las grandes fábricas rápidamente llega cual oleaje a comercios y negocios. Pedro Jesús Díez, autónomo local del sector de la construcción, señala que «la inestabilidad de las grandes empresas de Campoo genera incertidumbre y la economía local se ve afectada. A la gente le cuesta invertir y gastar por miedo a lo que pueda pasar, y los pequeños negocios locales ya lo estamos notando», asevera.
En esa línea prosigue Isabel de Luis, al frente de un kiosko en Reinosa. «Todos los pequeños comerciantes dependemos del estado de las fábricas de Reinosa. Si ellas caen, nosotros también», anota.
¿Y los jóvenes? Javier González, estudiante de Formación Profesional en el IES Montesclaros, afirma que «las expectativas de un trabajo a largo plazo son muy difíciles para los que nos incorporamos de nuevas al mercado laboral, y más en la industria de Reinosa. Es inevitable poner los ojos en opciones fuera de la Comarca como Gullón», reconoce.
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