«Estamos entrando en territorio desconocido; no hay estrategias a más de dos años vista»

La primera pregunta, evidente. La destinataria, Paloma Fernández. ¿Por qué un único mandato? «Siempre he creído que son buenos los cambios. Pienso que tres años son un buen mandato. Sí que es verdad que me he quedado con ese gusanillo de los últimos 15 meses con la pandemia, cuando no hemos podido funcionar como es debido, un tiempo que en la asociación también ha sido muy complicado. De ahí ese sabor agridulce: nos han quedado muchos eventos presenciales por hacer, así como estar más en contacto con nuestros asociados, que es la forma que yo entiendo debe funcionar Acefam. No obstante, entiendo que los cambios tienen que llegar y que es una oportunidad de que vaya entrando más gente y poder ceder el testigo», señala.

Fernández ha dedicado en los últimos años más tiempo a Acefam que a su propio negocio al frente del Grupo Sifer, como le agradece el propio Alciturri durante la conversación que tuvo lugar esta semana en la sede de El Diario, en Santander.

Aun así, más allá de la crisis sobrevenida, ¿cuál es el balance de gestión que hace la ya expresidenta? «Supongo que habría que preguntárselo a los asociados y a la gente que ha estado trabajando a mi lado este tiempo. Yo he puesto mi alma y todo mi tiempo, absolutamente todo mi sentir en Acefam. Soy una persona que me entrego y es lo que he intentado. Ya tenía una experiencia dentro de la Junta Directiva; la vicepresidenta -Mar Gómez Casuso- ha sido muy importante para mí. Estoy contenta por la gente que me ha llamado para darme las gracias. Muchas llamadas que no esperaba. Eso es algo que te llevas para ti», dice.

Eso, en el ámbito personal, mientras que a nivel organizativo sí que emerge una lista de aciertos y tareas pendientes. En el capítulo segundo, «la principal es la educación», comienza Fernández. «Tenemos muy puesto el foco en transmitir a la sociedad la importancia de la educación y la Formación Profesional. Es una demanda muy importante por parte de las empresas en todos los sectores. También transmitir ese sentir de cómo funcionamos y cómo es montar una empresa. Esto queremos llevarlo más a las aulas», anota.

Respecto a lo hecho, «una de las cosas que más me satisface ha sido aumentar el número de asociados», con ocho compañías más al pasar de 57 a 65 en tres ejercicios. «Mantener los asociados en estos tiempos ya es complicado. Los empresarios ponen el foco en sus empresas en tiempos convulsos, pero Acefam igualmente ha estado pendiente de las necesidades de nuestros miembros para trasladarlas a las administraciones».

Del pasado, a la cara visible de la nueva etapa en la Empresa Familiar de Cantabria que encarna Alciturri. ¿Por qué este paso ahora? «Siempre he sido muy asociativo, desde Ascentic y la promoción del Parque Tecnológico. En Acefam he encontrado muchísimo valor en los últimos años. Cada vez que me han pedido algo, me he brindado. Para hacernos una idea, no sabía ni que había elecciones. Cuando Paloma me llamó pensaba que tenía que participar en algo de la asociación y ya iba predispuesto. Primero pensé que sería formar parte de la Junta, hasta que me dijeron que habían pensado en que liderara el proyecto».

Alciturri lleva siete años en un proceso de transición generacional en la empresa que fundó, la tecnológica Semicrol, con su hija, Natalia Alciturri, al frente de la misma en la actualidad. «Creo que cuando hay entornos de valor y estás motivado le dedicas tiempo y esfuerzo. Solamente mantener el número de asociados es un éxito tremendo, gracias al esfuerzo de Paloma», expresa, para agregar que «cada vez les cuesta más a las empresas ser participativas».

El mandatario avanza una línea continuista y «trabajo en equipo». «Tenemos que coger el hilo», reconoce. «Ya tendremos ocasión de contar con ideas propias».

Ahora toca «consensuar objetivos». «El tema formativo es un clamor. No somos capaces de encontrar el camino. Es un problema genérico de todo el país, no sólo de Cantabria. Hay falta de cultura emprendedora», manifiesta.

Alciturri advierte de que son tiempos repletos de desafíos. «Hay un reto espectacular con lo que va a suceder, sólo para gente aguerrida y gladiadora. El momento es duro, incierto pero también esperanzador. Ahí vamos a tener que estar las empresas familiares, seguramente con más flexibilidad. Ya no hay planes estratégicos a más de dos años vista», resume.

«Las empresas familiares ya tienen inculcado un espíritu: el de saber que si te caes te vas a tener que levantar por grave que sea la herida. Sí que hemos visto un antes y un después con la pandemia», remacha Fernández.

Pero Alciturri va más allá. «El modelo es demoledor. Estamos hablando de transformación digital. Lo único que generas es eficiencia en las organizaciones, pero el empleo se reduce de manera drástica. Ahora mismo hay muchos perfiles de personal que antes tenían capacitaciones para llegar a una fábrica y eso ahora ha desaparecido. Cuando hablamos de 40% de empleo juvenil, la pregunta clave es cómo se va a resolver ese problema».

¿Tiene el país capacidad para reorientar a esas grandes bolsas de empleo? «No tengo ni idea», admite el presidente de Acefam. «La regulación ha ido acumulando tantos grados de exigencia que el grado de libertad es ninguno. El aprendizaje es un serio problema», afea.

«Las empresas están poniendo su propia maquinaria en la formación de los alumnos de FP», lamenta Fernández.