![El economista José Carlos Díez durante su intervención en el Foro Económico de El Diario Montañés.](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202211/15/media/cortadas/foro%20dm%20jc%20diaz-18-kspF-U180720994633QzH-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
![El economista José Carlos Díez durante su intervención en el Foro Económico de El Diario Montañés.](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202211/15/media/cortadas/foro%20dm%20jc%20diaz-18-kspF-U180720994633QzH-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
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El Hotel Bahía de Santander suele albergar con carácter mensual el Foro Económico de El Diario, una cita en la que de manera habitual se analiza la coyuntura actual, así como las proyecciones futuras bajo diversos primas. Este martes se produjo de nuevo, pero además ... de términos económicos hubo numerosas referencias a otras disciplinas dispares. De la Filosofía a la Historia. De Genofonte a las pinturas prehistóricas de Puente Viesgo pasando por Napoleón. El economista José Carlos Díez acudió a Cantabria con la intención de poner el foco en los problemas que atenazan hoy en día a Europa y, sobre todo, cuáles son sus perspectivas. En el centro, la Comunidad y su estrategia futura para adaptarse a un mundo nuevo, porque el pasado en gran medida no va a volver, advirtió.
Como eje del problema actual, ese que castiga empresas y atribula familias, el incremento disparado de los precios. «A España lo que se le da bien es la inflación. Nos hemos tirado sin pagar deuda pública desde 1525», arrancó, en un acto presentado por la periodista Pilar González y moderado por el director de este periódico, Íñigo Noriega.
En consecuencia, Díez tras recordar que «llevamos desde 2007 viviendo a crédito» en referencia al aumento progresivo, continuado, y desmesurado, de la deuda pública en relación al Producto Interior Bruto (PIB), sostuvo que «hay que cortar la dinámica de expectativas de inflación», aunque reconoció que «creo que se han pasado un poquito con los tipos de interés».
El ponente casualmente fue el primero en participar durante la pandemia en el Foro Económico en su formato digital, cuando el confinamiento general obligó a la población a permanecer en sus domicilios salvo para actividades esenciales. De aquella experiencia rescató una frase que, aseguró, guía su día a día. «Tu estado de ánimo es tu destino», por lo que más vale encarar el mañana, y los desafíos aparejados, con optimismo.
A partir de ahí, referencias y metáforas, todo ello durante más de hora y media de conferencia en un tono próximo e informal. «La inflación es como conducir con niebla. Se levanta el pie del acelerador. Lo que ocurre es que esto en economía tiene consecuencias».
Díez recordó lo acaecido en el último trienio desde la irrupción del coronavirus. «Fue un impacto durísimo. Además, la gestión inicial no fue la mejor. Llevamos muchos años con las luces de posición puestas, pero en ocasión hay que activar las largas».
A su juicio, «la pandemia provocó una serie de distorsiones de la economía mundial para las que esta no estaba preparada. El Estado sujetó la economía gracias a la política monetaria y a la política fiscal escogida. También ayudó la reacción rápida de la biotecnología» para alumbrar las vacunas.
Con eso se llegó a mayo de 2021, momento en que la producción industrial era «un 15% superior a diciembre de 2020». En otras palabras, un acelerón notable de la actividad en el que «había más demanda que oferta, por eso aparece la inflación».
El experto admitió que «nunca entendí el Pacto de Rentas, pues el ser humano sólo es racional cuando no le queda más remedio». En paralelo, una transformación de la realidad social y productiva con mayor prevalencia de lo digital. En todo caso, sostuvo que «no todo va a ser digital, aunque sí que va a permitir trabajar en cualquier lugar del mundo. Cantabria tiene que ser destino natural de nómadas digitales».
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Una dinámica que se ha visto modificada por la actitud de «un señor que se llama Putin». Díez dijo no entender la postura ucraniana, país al que comparó con «la Palencia de los años 50». ¿En qué sentido? «Uno no se mete en una guerra con su proveedor energético si no tiene un Plan B», aseveró.
Entonces, ¿cuál es el escenario para los próximos meses? En primer lugar, «pasar el invierno. En España, salvo que molestemos a Argelia, es posible que no tengamos problemas de desabastecimiento. La gran solución es ir hacia las renovables. A mayor implantación, más se reduce la dependencia del gas y más baja el coste de la electricidad», subrayó el invitado.
¿Qué haría si fuera ministro de Economía? «Juntaría a las partes implicadas y líderes mundiales y les diría cómo arreglamos esto. Si no hay un acercamiento sí que preveo un otoño complicado», admitió, al otear que si la guerra sigue los problemas se replicarán en el otoño-invierno del próximo ejercicio sobre todo por los precios energéticos.
¿Y Cantabria? «Creo que tiene su economía bastante bien», en especial porque tiene empresas orientadas donde Díez ve un amplio potencial. «El ámbito agroalimentario tiene mucho margen de crecimiento, en especial en los nichos de comida saludable con un mercado enorme en varios países de Europa».
Como receta, «comercializar allí y cambiar los canales de distribución». Sobre el empleo, «en el sector primario se puede generar más demanda de mano de obra de la que hay, mientras que en la industria se pueden doblar tranquilamente los puestos de trabajo actuales».
En relación al turismo, «Cantabria lo está haciendo muy bien. Para ayudar a la desestacionalización del sector los nómadas digitales pueden ser el complemento. Es un colectivo que por persona se gasta 3.000 euros al mes donde vive y trabaja en remoto. Eso sí, siempre y cuando no se les trate como delincuentes fiscales», apostilló.
En síntesis, «son dos años complicados pero si piensas que va a ir bien la cosa, será mejor».
José Carlos Díez analizó, entre otros aspectos, la situación de las pensiones. «Hay que subir las rentas para pagarlas», comenzó. ¿Cómo? Entre otros factores, favoreciendo empleo y actividad. «Hay que poner molinos y abaratar el gas», ironizó, para admitir que «tenemos un serio problema con el sistema de pensiones. Hay una mayor esperanza de vida y las pensiones nuevas son mucho más altas que las de aquellos que fallecen. Los desequilibrios estructurales son evidentes y hay que gestionarlos».
No obstante, una crítica. «Un país no puede funcionar si la renta de la población que no trabaja se le actualiza un 8,5% y a los que sí trabajan se les sube de media su renta un 3%. Eso es imposible».
En relación a la deuda pública, abogó por «mantener contentos y calmados a los inversores, así como empezar a generar ingresos adicionales para pagar», dijo el experto, que sí que admitió que países como Italia abordan una situación peor.
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