«España es el país de Europa más involucrado en la despoblación», asegura la eurodiputada Susana Solís

El proyecto Territorio Rural Inteligente, impulsado por El Diario Montañés, Zwit Project y Next Education, sigue dando pasos de gigante a la hora de sumar colaboradores y dar voz al cambio estructural en el modelo de desarrollo que pide el medio rural. Esta semana, la plataforma se dio a conocer en el Foro Next Education en Madrid, donde tuvo lugar un interesante debate sobre el futuro rural dirigido por Manuel Campo Vidal, periodista y presidente de Next Education. En el coloquio participaron Susana Solís, Eurodiputada por Ciudadanos; Jorge F. Caleya, socio fundador Zwit Project; y Santiago Barquero, delegado de Veolia Cantabria.

Y como principal conclusión de las muchas ideas que este grupo de expertos dejó sobre la mesa quedó que el momento de los pueblos ha llegado. «Es ahora o nunca», enfatizó Susana Solís, quien aseguraba que «tenemos el marco normativo adecuado con la definición de despoblación, ayudas territoriales con fiscalidad diferenciada, voluntad política y fondos para revertir la situación».

En esta misma línea, uno de los promotores de Territorio Rural Inteligente, Jorge F. Caleya, expuso con claridad las oportunidades que tiene el medio rural, «puede dejar de ser ese sector que necesita ser ayudado y convertirse en tractor de la economía nacional».

Y para ello, los fondos Next Generation son vitales ya que, de ellos, diez mil millones de euros se destinarán al desarrollo de las zonas despobladas. Partida que se suma a otros fondos ordinarios, «en total, doscientos mil millones de euros», que hay que saber gestionar e invertir, ya que «en España solo hemos gastado el 43% de los fondos europeos que teníamos adjudicados para el periodo 2014-2020 y es intolerable», indicó la eurodiputada.

Y para ello, una gestión adecuada es vital, «si no es por dinero, lo que faltan son proyectos o proyectos adecuados y una capacidad de gobernar en todos los ámbitos, incluida la oposición», apuntó Campo Vidal en este sentido.

Y aquí el proyecto Territorio Rural Inteligente se perfila como una guía, un punto de referencia desde el que marcar el camino hacia iniciativas concretas que supongan ese revulsivo vital que necesitan los espacios rurales y que tienen en la innovación y la digitalización sus pilares de actuación.

Escenario favorable

El marco, tanto a nivel de mentalidad como normativo, está dibujando un escenario favorable para esta evolución rural. Tal y como explicó Solís se va a atender una de las reivindicaciones rurales más demandadas, la fiscalidad diferenciada; y ha sido también fundamenta la definición de despoblación en Europa, que tiene dos puntos claves, detalló, por un lado que «la densidad de población no se mida por comunidades, sino por provincias o comarcas, y por otro, que se tenga en cuenta el declive demográfico».

Y para que este clima de avance continúe y tenga éxito es vital la implicación y colaboración público-privada». «La integración de importantes empresas al proyecto Territorio Rural Inteligente es una manera de garantizar la ejecución en tiempo y forma de los proyectos en la España Despoblada», afirmó Caleya.

La conectividad es un punto crucial en este proceso de cambio y por ello, tal y como expuso Santiago Barquero, delegado de Veolia

Cantabria, «las empresas no solo deben implantarse en las zonas rurales, sino perseverar aplicando todas las novedades tecnológicas». En esta línea colaboran compañías que ya se han sumado al proyecto como Indra, Correos, Banco de Santander, Capital Energy, Veolia, Carbono Gestión, Más Móvil, ITM Global, Reale Seguros y las fundaciones Cotec, Botín y Alternativas.

Objetivo

Todo suma para conseguir un objetivo que debe ser común: convertir los espacios rurales en escenarios con las infraestructuras y servicios necesarios para vivir y trabajar, además de atraer proyectos emprendedores que contribuyan a fijar población en estos territorios. Para ello, ciudadanos, empresas e instituciones deben creer en el potencial de lo rural.

El cambio se está fraguando y comienza a observarse. «En Europa hay un cambio de mentalidad», aseguró Solís, y va quedando patente que «Europa necesita las zonas rurales para cumplir sus objetivos sostenibles», por lo que es imprescindible invertir en la supervivencia y desarrollo de estos lugares.

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