«Esperamos contribuir a que la industria de Cantabria no pierda fuerza»

Beatriz Malagon compagina su trabajo en la cementera con la docencia. Es profesora en la Escuela Politécnica de Minas de Torrelavega, de la que fue alumna. Además, ha publicado libros y artículos en revistas. Fue Premio Cátedra de la Comisión Europea por su tesis doctoral.

-A pesar de los veinte años de experiencia en el sector cementero y construcción, imagino que dirigir Cementos Alfa implica asumir nuevos retos...

-El primer reto es mantener la competitividad de la fábrica en un marco sostenible teniendo claro que entre el 85 y el 90% de la producción va al mercado exterior con la incertidumbre del 'Brexit'. Portland cuenta con dos plantas cementeras en Reino Unido y existen las lógicas incertidumbres y, además, tenemos la competencia de los países que no tienen las mismas exigencias medioambientales que en Europa, en especial la reducción del gas de efecto invernadero. Esto ha provocado ya el cierre de cementeras. En Mataporquera se lleva ya tiempo trabajando en la línea de reducir contaminación y se han invertido 15 millones de euros en diferentes proyectos y en estos momentos se encuentra entre el 10% de fábricas más eficientes de Europa, contribuyendo claramente a la lucha contra el cambio climático (en 10 años ha disminuido en un 35% la emisión de NOx, un 90% la emisión de CO2, y en el 2019 se han evitado 40.000 toneladas de emisión de CO2 por la sustitución de combustibles fósiles por combustibles alternativos en un 57,8%. Una de las medidas que ya se está hablando a nivel europeo es precisamente crear una especie de tasa al cemento importado de países con otros requerimientos ambientales que grave dicha emisión de CO2 que no se controla ni se regula en los países de origen.

Otro reto fundamental es el mantenimiento de los cerca de 400 puestos de trabajo entre directos (90) e indirectos,

- Parece claro que la fábrica es fundamental para su entorno ....

-La fábrica es crucial para el Ayuntamiento de Valdeolea, que en los años 60 tenía 4.000 habitantes y ahora están por los 900. Precisamente, he acompañado al alcalde, Fernando Franco, a la Comisión Europea en Bruselas para explicar la importancia de contar con una industria para frenar el despoblamiento en una jornada denominada 'Industria, una solución a la despoblación' . Franco expuso, junto con otros alcaldes de pueblos en riesgos de abandono (densidad de población inferior a 12 hab./km2) así como representantes de industrias en zonas despobladas, sindicatos, europarlamentarios y personal de la CE. un manifiesto firmado por Oficemen y Fiab. De otro lado, ya desde al año pasado hemos abierto aún más la fábrica a su entorno, colaborando de forma activa con el colegio de Valdeolea, y fomentando educación ambiental con proyectos de biodiversidad de los que queremos hacer partícipe a los interesados en nuestras actividades

-¿La apuesta por la economía circular ha sido decisiva para el futuro de la planta?

-Queremos contribuir a la economía circular prestando un servicio social en la correcta gestión. Ha sido muy importante la puesta en marcha del uso de los residuos reciclables. Esperamos contribuir a que la industria de Cantabria no pierda fuerza, siga siendo un motor de la economía de la Comunidad y podamos seguir siendo una fábrica modélica en nuestro sector.

-¿ Es difícil encontrar el perfil profesional que requiere la cementera en la actualidad?

- La fábrica actualmente dispone de una plantilla parcialmente renovada con una mezcla de gente joven con ilusión de dar un impulso a la fábrica junto a personal veterano, con experiencia vital para conseguir buenos resultados. La dificultad es la poca población de la zona y el personal viene también desde Torrelavega o Santander.

- ¿Cómo valora la presencia de Cementos Alfa en el Puerto de Santander?

-El año pasado se han movido casi 500.000 toneladas de cemento por el Puerto. Estamos muy interesados en la mejora de las infraestructuras con el proyecto de La Pasiega y la conexión intermodal con Mataporquera.

- ¿Los resultados de 2019?

-Se han logrado unos beneficios cercanos a los 3 millones de euros, lo que es importante porque en 2016 se vivió una situación de pérdidas de 1,5 millones de euros. Los resultados se deben en gran parte a la economía circular y a los esfuerzos e implicación de la plantilla en las mejoras medioambientales.

- ¿Cómo ve los problemas de la transición energética?

-La planta es una gran consumidora de energía eléctrica y térmica y se ha visto afectada por el fin de la interrumpibilidad. Parar la fábrica como se hacía antes para ayudar a los costes ya no tiene sentido porque no resulta rentable. La apuesta de Cementos Alfa sigue siendo la economía circular y la reducción de gases de efecto invernadero.