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Establecimientos hosteleros en la calle Tetuán de Santander, cerrados forzosamente por el estado de alarma. ALBERTO AJA
Un parón de actividad de seis semanas hará caer un 8,6% el PIB de Cantabria, según la UC

Un parón de actividad de seis semanas hará caer un 8,6% el PIB de Cantabria, según la UC

El estudio de la Universidad recoge como peor escenario una parálisis de ocho semanas desfavorable y descenso del 15,04%

Jesús Lastra

Santander

Domingo, 5 de abril 2020, 07:27

Es la pregunta del millón en una pandemia sanitaria que ha generado igualmente una crisis «económica y social sin precedentes». El entrecomillado pertenece a Ana Botín, presidenta del Banco Santander, que el viernes durante la celebración de una Junta de Accionistas atípica admitió que el impacto del coronavirus en la actividad productiva provocará una profunda contracción de la economía en el primer semestre de 2020, a la que presumiblemente seguirá una recuperación en la segunda mitad de ejercicio pero que, a su juicio, no será tan rotunda como el desplome que vemos y veremos en semanas venideras.

¿Qué impacto en el Producto Interior Bruto (PIB) ocasionará el Covid-19 hasta su control? Días atrás ya se formularon aproximaciones a nivel nacional y mundial, pero ya están disponibles igualmente los primeros cálculos sobre el retroceso que la enfermedad generará en la Comunidad. El análisis procede nada más y nada menos que de la Universidad de Cantabria, que estima que si el estado de alarma continúa durante seis semanas, esto es, el 26 de abril que maneja el Gobierno nacional que preside Pedro Sánchez, en un escenario intermedio la riqueza regional caería un 8,63%. Si el último dato de PIB regional consolidado corresponde a 2018, con una riqueza autonómica a precios de mercado de 13.801.403 millones, según la Contabilidad Regional recogida por el Instituto Nacional de Estadística, el impacto a causa del virus se aproximaría a los 1.200 millones.

El informe, titulado 'Escenarios de efectos negativos del Covid-19 en la economía y a nivel regional: El caso de Cantabria', lo firman los profesores Patricia Moreno Mencia, David Cantarero Prieto y Lidia Sánchez Ruiz, adscritos al Grupo de Economía de la Salud y Gestión de servicios sanitarios, dentro del Departamento de Economía de la propia UC, en colaboración directa con el Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (Idival).

El diagnóstico reclama medidas para que esa pérdida simulada de riqueza no se concrete

Los autores no descartan tener que revaluar sus estimaciones si las limitaciones se prolongan

El diagnóstico, al que ha tenido acceso este periódico, ha trabajado con diversas proyecciones en función de que el estado de alarma se prolongara cuatro, seis u ocho semanas. Dado que esta situación excepcional se extenderá mínimo hasta el 26 de abril, previsiblemente, los propios investigadores reconocen que incluso sus cálculos quizá deban ser reconsiderados. ¿En qué sentido? «En el momento de elaboración de este informe -concluido el viernes, 3 de abril- se empieza a dar a conocer por parte de algunos especialistas sanitarios que el comúnmente llamando 'pico' de la epidemia podría ser más bien una 'meseta', lo que supondría que las medidas de confinamiento habrían de alargarse en el tiempo. Ello haría lógicamente revaluar de manera dinámica en nuestras simulaciones los cálculos en base a hipotéticos nuevos escenarios de contingencia», anotan los autores del estudio.

En esa estimación inicial de cuatro semanas, con una reapertura de actividad progresiva a partir del 13 de abril, se dibujaban tres escenarios diferentes. El primero, favorable, en el que «consideramos que las actividades agrícolas caen un 0% su actividad, la industria un 25% y la construcción y servicios un 50%. En este escenario el PIB baja 3,46 puntos en Cantabria y 3,49 puntos en España». El segundo, intermedio, en el que «consideramos que las actividades agrícolas caen un 20% su actividad, la Industria un 50% y la construcción y servicios un 80%. En este escenario el PIB cae 5,76 puntos en Cantabria y 5,79 puntos en España». El tercero, desfavorable, en el que «entendemos que las actividades agrícolas retroceden un 25% su actividad, la Industria un 80% y la construcción y servicios un 100%. En este escenario el PIB cae 7,52 puntos en Cantabria y 7,51 puntos en España», coligen.

Unas simulaciones econométricas que, en todo caso, en este primer supuesto parece que quedarán sobrepasadas por la extensión de las medidas adoptadas desde Moncloa para frenar al Covid-19.

De mes y medio a dos meses

El análisis de Moreno Mencia, Cantarero y Sánchez Ruiz también explora horizontes temporales más factibles a tenor de cómo se está desarrollando el discurrir de la epidemia. Con el matiz de que incluso haya que ir más allá en la reactivación progresiva de la actividad.

Si la suspensión productiva motivada por las restricciones del estado de alarma se mantiene como hasta ahora durante seis semanas, los académicos manejan una horquilla amplia de afecciones. «Para un escenario favorable el PIB disminuirá 5,19 puntos en Cantabria y 5,23 puntos en España. En un escenario intermedio bajará 8,63 puntos en la Comunidad y 8,68 puntos en España; y en una coyuntura desfavorable la disminución será de 11,28 puntos en Cantabria y 11,27 puntos a nivel nacional».

En el tercero de los casos, los miembros del Grupo de Economía de la Salud y Gestión de servicios sanitarios evalúa hasta dónde llegaría la sima económica si el frenazo productivo llegase a las ocho semanas, esto es, prácticamente a mediados de mayo, un supuesto en absoluto descartable. En esas condiciones, «en un escenario favorable el PIB bajará 6,93 puntos en Cantabria y 6,98 en España; en uno intermedio lo hará 11,51 puntos en Cantabria y 11,57 puntos en España; y en una situación desfavorable se contraerá 15,04 puntos en la Comunidad y 15,02 puntos en el conjunto del país». El impacto regional superaría los 2.075 millones.

Los autores del estudio razonan los motivos por los que no se producen grandes divergencias entre las proyecciones locales y las estatales. «Las cifras no son tan distintas para Cantabria y la media nacional puesto que nos basamos fundamentalmente en que el peso de cada sector económico sobre el PIB no es muy diferente en nuestro caso particular. Del mismo modo, nuestra región muestra un decrecimiento ligeramente menor en los escenarios favorables e intermedio debido básicamente al mayor peso que representa el sector industrial cántabro respecto a la media nacional», coligen los expertos de la Universidad.

«La ruina económica activaría otros virus igual de peligrosos que el Covid-19»

«La economía está en manos del virus y de los gobiernos. A su vez, el virus está, en buena medida, en manos de los gobiernos. Por tanto, conjunción de política sanitaria y económica. Si al principio de los problemas me parecía que podía haber una caída del 1% o 2% del PIB regional, luego ya me confesé menos optimista. Al prolongarse e intensificarse la alarma, el daño económico es mayor, lógicamente, aunque el combate sanitario también sea más eficaz», arranca Juan Luis Fernández, consultor de Comunicación y Agenda Pública. En su opinión, «el canje de economía por salud es válido si no es por un tiempo muy prolongado, pues la ruina económica y la pobreza activarían otros virus igual de peligrosos que el Covid-19. Mientras la prioridad es sanitaria, los gobiernos deben sostener a empresas y trabajadores como si no hubiera un mañana», opina.

El documento también repasa la situación del paro. «Del total de parados registrados en España el 70,5% corresponde al sector servicios, el 9% al sector industrial, el 8,47% a la construcción y el 4,49% a la agricultura. En Cantabria esos mismos porcentajes suponen el 75,19%, el 8,01%, el 7,94% y el 1,68%. Si bien es cierto que la construcción ha bajado la actividad más contundentemente este mes, con lo que es esperable que se vea reflejado en los datos de paro que se divulguen en mayo. La necesidad pues de planes específicos de cara a los escenarios de contingencia que pueden darse en próximas fechas revela la necesidad de que tanto el sector público como el privado puedan moverse en un contexto de reducción de la incertidumbre asociada en cuanto a incentivos y ayudas a la reactivación económica. En definitiva, además de las propias soluciones que puedan proponerse desde el ámbito nacional o nuestra autonomía no olvidemos que Europa tiene sobre la mesa el profundizar en elementos tales como los coronabonos u otros estabilizadores automáticos como un amplio y nuevo Plan Marshall o subsidio por desempleo europeo», concretan.

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