Europa da el visto bueno a la compra de Teka por parte de la china Midea

Tras su examen, Bruselas concluye que la fusión no plantea problemas de competencia dado su impacto «limitado» en la competencia de los mercados en los que Teka y Midea están presentes.

El expediente, que le fue notificado al Ejecutivo comunitario el pasado 28 de enero, ha sido examinado bajo el procedimiento simplificado que se aplica a los casos menos problemáticos.

La operación, que trascendió en junio del año pasado, venía a disipar la nube de incertidumbre que llevaba tiempo rodeando al Grupo Teka, que ha estado los últimos años en manos de la multinacional Heritage B y cuya fábrica de Santander es la sede del grupo industrial en España. Desde la planta cántabra celebraban entonces el acuerdo porque sostenían que la planta pasaba a manos de un grupo más potente y con ello no sólo se aseguraba su continuidad, sino que «se protege a los trabajadores». De hecho, Midea es todo un gigante de los electrodomésticos y otro tipo de productos electrónicos y de automatización.

Hace ya más de medio año no trascendió el coste de la operación, pero todo parecía indicar que no superaría en exceso el coste de la deuda de la fábrica cántabra, que se estima en torno a los 100 millones de euros. Con ello, eso sí, «se evitará el concurso de acreedores», trasladó entonces el consejero de Industria de Empleo, Innovación y Comercio de Cantabria, Eduardo Arasti, en base a conversaciones con los responsables de la planta de la región.

Teka llevaba a la venta ya desde hace tiempo, bien en busca de un único inversor o, en su defecto, a través de un despiece del negocio que pudiera interesar a diferentes compradores. La entrada de Midea, ahora confirmada por la Comisión Europea, espera dar aire y un nuevo horizonte a la organización, así como evidentemente a la sede de Santander.