Evolución de la siderurgia

Llamado por José María Cagigal 'el Pereda industrial', fue influyente abogado y político, y desde su éxito empresarial fue diputado provincial por Torrelavega (1868-1871) y senador (1903-1907).

Sus padres fueron José Felipe de Quijano Moncalián, abogado de Torrelavega; y Rafaela Fernández de Hontoria, miembro de una familia con intereses económicos en Cádiz. Su hermano Gilberto llegó a ser diputado por Puerto Rico. Tras estudiar en el Instituto de Santander, cursó en Valladolid la carrera de Derecho Civil y Canónico, que terminó en 1866. Pronto entró en relación con otros miembros jóvenes de las pudientes familias montañesas vinculadas al comercio, como Máximo Solano y Antonio de Bustamante, marqués de Villatorre. En Santander fue secretario de la Diputación y participante en la tertulia que organizaba su buen amigo José María de Pereda, solo unos años mayor que él.

Se hizo cargo del bufete de un tío suyo, al fallecer este. La influencia de otro tío, Benigno Arce, que era ingeniero de minas, le aproximó al negocio industrial, aprovechando un viejo molino familiar en Los Corrales: la fabricación de 'puntas de París' dio inicio a las Forjas de Buelna en 1873. Tal vez haya que remarcar especialmente lo que suponía en aquel entonces para una comarca eminentemente rural como era el valle de Buelna la creación de una empresa de fabricación de puntas de acero, con la llamada además de numerosos puestos de trabajo, que vinieron a contribuir, como luego fue Nueva Montaña, a la economía mixta que permitió subsistir muy dignamente a numerosas familias cántabras.

Quijano constituyó con Ramón Bergé la compañía de seguros La Española (1878) y, con otros empresarios, la fábrica de cerveza La Austriaca SA, una de las más potentes de su ramo junto con La Cruz Blanca. Es interesante remarcar la importancia de un grupo de empresarios cántabros que supieron estar al tanto de las innovaciones tecnológicas europeas y las oportunidades de negocio en ámbitos como la creación de compañías ferroviarias (por ejemplo, en el caso de Quijano, la del Ferrocarril Cantábrico en 1890 y la de Santander-Bilbao en 1897), el comercio portuario, la explotación minera y la producción siderúrgica, de la que los mejores ejemplos fueron Forjas de Buelna y Nueva Montaña SA. Esta se creó el 4 de noviembre de 1899, al hilo de un cierto entusiasmo inversor tras la reciente pérdida de las colonias. Quijano atrajo capital suficiente, en buena parte repatriado de América, para levantar la fábrica y establecer además una fértil comunicación con las minas y el puerto.

En opinión de Andrés Hoyo, «Nueva Montaña significó la aparición de la empresa moderna, el gran capital, y la incorporación de los primeros avances de la llamada 'segunda revolución industrial'». Cuando murió Quijano en 1911, su viuda, que recibió en 1919 el título de condesa de las Forjas de Buelna, y sus cinco hijos se constituyeron en 'Sociedad anónima José María Quijano, Forjas de Buelna'.

Nueva Montaña

La nueva fábrica se instaló en la isla del Óleo, una zona de humedal cercana (pero no muy cercana entonces) a Santander, con un capital inicial muy notable de diez millones de pesetas. En 1900 comenzó a funcionar el primer alto horno. La empresa contaba con una conexión ferroviaria de siete kilómetros con Mina Paulina, en Revilla de Camargo, y con el puerto, para lo que se adquirió a Krauss dos locomotoras tipo 030-T, llamadaS 'Peñacastillo', que ahora está en el antiguo taller de material remolcado de Renfe, en Santander; y 'Reyerta', expuesta junto a la antigua estación de Puente Viesgo.

En 1948 'Sociedad anónima José María Quijano, Forjas de Buelna' se fusionó con Nueva Montaña. En la historia de la firma aparecen nombres propios importantes, como Eduardo Ruiz de Huidobro y Santiago Corral. La nueva sociedad escribió un capítulo notable de la historia económica de la entonces provincia de Santander y de España cuando se quiso convertir en fabricante de coches, en una época, los años sesenta, en que el mercado automovilístico estaba claramente en expansión. Se entablaron negociaciones con marcas como Ford, Volkswagen y British Motor Corporation (BMC, luego British Leyland) y se abrió la fábrica de ensamblaje de Lanbaden, en Pamplona, años más tarde adquirida por Seat y posteriormente por Volkswagen. En 1966 iniciaba su historia, no exenta de problemas, la sociedad Automóviles de Turismo Hispano Ingleses (Authi), constituida con veinte millones de pesetas aportados por Nueva Montaña Quijano con el fin de construir en España los modelos Morris y MG de BMC.

En 1987 el grupo catalán Celsa (Compañía Española de Laminación SA), adquirió Nueva Montaña y Forjas de Buelna, que cambiaron su denominación, respectivamente, a Global Steel Wire. y Trefilerías Quijano. Celsa Group, dedicada a todo el proceso de fabricación del acero, tiene industrias en ocho países y cuenta con más de 120 centros de trabajo repartidos por todo el mundo.

En concreto, la antigua Nueva Montaña Quijano está especializada en la fabricación de alambrón de carbono de alta gama. La fábrica provee a 'Quijano Bedding Seating', creada en 2003, dedicada a la fabricación de alambres para muelles de colchonería y tapicería.